SEMANA DEL 03 al 09/11 EN CINECLUBES

SEMANA DEL 03 al 09/11 EN CINECLUBES

por - Cineclubes
03 Nov, 2008 01:26 | Sin comentarios

CÓRDOBA: COLEGIO DE FARMACEÚTICOS DE CÓRDOBA, CORRO 143.

Martes 4 de noviembre, a las 21.30hs:

Madeinusa, de Claudia Llosa, Perú, 2005

100 minutos / No recomendada para menores de 16 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Hoguera, de Andrés Baiz, Colombia, 2007

La opera prima de Llosa, una meditación libre y personal sobre el choque entre modernidad (clase media) y tradición (campesinos), es más una fantasía surrealista que un ejercicio predecible en el tan mentado realismo mágico característico de cierto cine latinoamericano. Más intuitiva que intelectualmente rigurosa, Llosa imagina un pueblo perdido en las montañas, en donde durante las pascuas sus habitantes son libres de experimentar todo tipo de pecados. Dios está muerto y pronto resucitará, y, con esto, el retorno a las buenas costumbres. Madeinusa es el nombre de una joven que tras su encuentro con un gringo de Lima en plena festividad habrá de cambiar las coordenadas simbólicas de su vida, de lo que se predica una mirada política sobre la interacción entre dos culturas antagónicas. Este film ganó en muchos festivales (Róterdam, Hamburgo); la recepción en Perú ha dividido la opinión del público y los especialistas. Visualmente elegante, Madeinusa es polémica por evitar el encomio y el desprecio respecto de una cultura específica, y deja en claro que el paganismo subyace siempre en la experiencia cristiana ortodoxa de un continente convertido por la fuerza. (Roger Koza, programador)

LA CUMBRE: SALA LUIS BERTI, BELGRANO 470.

5 de noviembre, a las 21.15hs:

WR: Los misterios del organismo, de Dušan Makavejev, Hungría, 1971

Duración: 85 minutos/No recomendada para menores de 18 años

Antes de la película principal, en el horario especial de LAS 20.10HS, se proyectará Ciudadano Langlois, de Eduardo Cosarinsky, Francia, 1999, seguido del cortometraje Lapsus, de Juan Pablo Zaramella, Argentina, 2007

Pocos directores llegaron tan lejos como Dušan Makavejev en demostrar cómo se articula lo corporal y lo político en un sistema socioeconómico; aquí, a través de una suerte de extraña y genial apropiación de la obra del psicólogo austríaco Wilhelm Reich. Así, las tesis centrales de La función del orgasmo y La psicología de masas del fascismo son presentadas por una voz en off mientras se ve un plano fragmentado en forma de balón en el que se ven juegos eróticos practicados por una pareja. Por un período de tiempo, WR: los misterios del organismo recurrirá a material de archivo que intercala con entrevistas de familiares de Reich, pacientes y partidarios, que sirven para comprender algunos de sus postulados y aspectos de su vida, como su fatídico destino en los EE.UU. Pero WR: los misterios del organismo no es un documental sino una película por momentos inclasificable que boga por la libertad en todos sus órdenes. Así es que, pasados unos treinta minutos, el film salta de EE.UU. a la ex Yugoslavia. Y allí empieza a contarse otra historia, la de Milena, una entusiasta militante feminista reichiana y también comunista, que pretenderá desarticular el estalinismo autoritario bajo una fórmula paradójica, acaso heterodoxa para el oficialismo de turno: «Camaradas, no puede haber conflicto entre el socialismo y el amor físico. El socialismo no puede excluir de su programa al placer humano. La revolución de octubre se truncó cuando se rechazó el amor libre». (RK)

VILLA GIARDINO: SALA TEATRO-CINE ALEJANDRO GIARDINO

9 de noviembre, a las 20.00hs: Cierre de temporada

La orilla que se abisma, Gustavo Fontán, Argentina, 2008

64 minutos / ATP

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Seis bagatelas, de Pedro Costa, Portugal, 2007, seguido de Pan de azúcar, de Hermes Paralluelo, España-Argentina, 2008

La nueva película de Gustavo Fontán es un riguroso ensayo poético sobre la obra del poeta entrerriano Juan Laurentino Ortiz (1896-1978), más conocido como Juanele. Fontán elige el camino menos transitado: traducir una experiencia verbal en imágenes, es decir, transfigurar los versos en planos. La aventura estética de Fontán consiste en mostrar lo poético y dejar de nombrarlo. Su película es un viaje perceptivo precedido de la palabra de Ortiz, aunque ésta está prácticamente ausente, excepto por dos placas con fragmentos de poesía y la voz de Juanele recitando un poema en el epílogo. «Acaso la revolución consista en lo que el hombre por siglos ha estado postergando: la necesidad del verdadero descanso, el que permite ver cómo crecen, día a día, las florcitas salvajes». Éste es el punto de partida, sentencia engañosamente candorosa, y que Fontán habrá de materializar plano tras plano hasta el final. En efecto, se trata de purgar la mirada de la saturación indiscreta de lo audiovisual masivo y publicitario que no permite ver. Así, la cámara de Fontán deviene en un préstamo de ojos, con los que se habrá de ver un mundo, el nuestro, el de Juanele, uno poblado por gatos, hojas, tormentas, lluvias, ríos, cielos, hombres que pescan y navegan con sus botes en la bruma, pero vistos como si éstos estuviesen brotando desde las rimas de Ortiz. El filósofo Oscar del Barco ha sugerido que la poesía de Juanele es una teofanía real, y Fontán así parece percibir el encuentro del lenguaje poético con el mundo. El Litoral es Juanele, el río es él. Nadarlo es casi un imperativo fisiológico. (RK)