SANGRE EN LA BOCA

SANGRE EN LA BOCA

por - Críticas
27 Ago, 2016 03:05 | 1 comentario

**** Obra maestra  ***Hay que verla  **Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

Por Roger Koza

YENDO DE LA CAMA AL RING

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Sangre en la boca, Argentina-Italia, 2015

Dirigida por Hernán Belón. Escrita por Guión: Hernán Belón y Marcelo Pitrola.

** Válida de ver

La nueva película de Hernán Belón es fiel a un género clásico con algunos matices idiosincrásicos y varias escenas de sexo

Es verosímil que un boxeador en el final de su carrera se rehúse a despedirse del ring; la fugacidad o la temprana finitud de la vida útil de un deportista es una condición insobornable: el vigor del cuerpo, incluso del más entrenado, no desconoce el desgaste. A su vez, el deseo sí puede desobedecer a la presunta conveniencia de la estabilidad. A cualquier edad, un hombre o una mujer puede elegir contravenir lo que se espera de él o ella. La conducta de El Tigre, el boxeador cuarentón que interpreta Leonardo Sbaraglia, se agota en esos dos movimientos del espíritu; la película también.

La segunda película de ficción de Hernán Belón cuenta la historia de un campeón continental que no conoció la gloria mundial, lo que no significa que el boxeo no le haya deparado bonanza económica. El pugilista maneja un BMW para ir al viejo gimnasio y nada indica que tras su retiro le faltará el dinero para sostener a sus dos hijos y a su esposa, pero no solamente se pelea por dinero. En la busca de una última pelea por el título que le falta conocerá en su lugar de entrenamiento a una hermosa boxeadora, mucho más joven que él. El romance es inevitable, la catástrofe familiar y profesional también.

El atractivo del género pugilístico recae siempre en el contexto de un misterioso deporte que representa a menudo un orden del mundo y una contrapartida en la que el atleta debe trabajar sobre su voluntad. Belón prefiere circunscribirse al ring, cuadrilátero por el que se desliza con su cámara con notable comodidad, y apenas esboza lo que está alrededor de ese universo deportivo. Lo mismo pasará con el drama familiar y erótico. El abrasador sentimiento que une el cuerpo de los amantes es admirable; las nalgas de Sbaraglia y los pechos de Eva De Dominici jamás sobreactúan, pero no hay mucho más allá de la cama, excepto indicaciones mínimas de una psicología folclórica y una previsible disputa familiar centrada en la tenencia de los hijos.

Es curioso. Por separado, la mayorías de las escenas son buenas y las resoluciones formales no carecen de elegancia. La subjetiva que anticipa un encuentro sexual en una ducha o la incorporación de una cumbia después de un combate denotan atención al detalle. El problema, paradójicamente, es el todo. Eso no significa que la película se vuelva insignificante y desdeñable; simplemente quiere decir que Belón, el tema elegido y sus intérpretes conformaban un todo para tramitar un golpe cinematográfico de los buenos. El film se mantiene en pie con dignidad; le falta, solamente, el punch que hace la diferencia.

Esta crítica fue publicada en otra versión por el diario La voz del interior en el mes de agosto de 2016

Roger Koza / Copyleft 2016