QUINTA MUESTRA DE CINE INDEPENDIENTE

QUINTA MUESTRA DE CINE INDEPENDIENTE

por - Muestra, MUESTRA 2009
02 Ene, 2009 08:51 |

5-para-el-blog1

En el documental que abre la quinta edición de esta muestra de cine, Mauricio Kagel, que ya no está entre nosotros, dice: «La música contemporánea es la música de hoy, como producto del desarrollo del lenguaje musical… Pero la gente que no hace música lo que desea profundamente es entretenerse. No dejan de estar influenciados por una cierta tendencia a consumir la música, no a repensar la música. Y ese entretenimiento usted no lo puede condenar… Lo que se necesita es ayudar al público, y llevarlo a reflexionar sobre la música. La música del siglo XX trae muchas preguntas. El oyente tiene que trabajar. Pero, cuando entra en ciertas zonas espirituales de la música contemporánea, la música también actúa como una droga y la quiere volver a escuchar». Si uno reemplaza el vocablo música por cine, la declaración de Kagel sirve para pensar el cine y la relación que se tiene con él y la función específica de cualquier muestra de cine o festival.

En efecto, muchos nos aconsejan, a menudo, ser más condescendientes, y entonces programar películas fáciles, menos exigentes, algo que entretenga y que nos transporte a un limbo simbólico; en otras palabras, cine chill out. El espíritu conformista es un poderoso y sigiloso enemigo. Pero es robarle, por subestimar, los placeres que Kagel advierte cuando el espectador, en ese caso, decide probar otro sistema de imágenes y ver otro cine.

Por eso, el cine que programamos en esta muestra y en el cineclub intenta siempre desmarcarse de ese sesgo cultural que aprueba la pasividad militante y la ley del mínimo esfuerzo, un indirecto modo de devaluar cualquier aprendizaje, condición necesaria para obtener conocimiento. Nosotros, por ende, apostamos por el riesgo, el esfuerzo, la curiosidad. Y eso no implica destituir el placer de mirar y divertirse, un derecho legítimo para todo tipo de espectador, pues el humor siempre posee un elemento subversivo, capaz de reír de todo y estimular el disenso y la sospecha.

Esta quinta edición está organizada por secciones. Horizontes contemporáneos presenta películas diversas que representan la actualidad del cine. En esta sección hay nombres consagrados como Iosseliani, von Trier, Sayles, y directores menos conocidos como Gomes, Lou, Keret, Loktev. El ojo lúcido valida conscientemente el género documental. En esta ocasión se reúnen algunos documentales sobresalientes como el film de Costa sobre los Straub ¿Dónde yace tu sonrisa escondida?, una clase magistral de cine (y también de estética, ética y política), como también lo es Las playas de Agnés (Varda). Hay allí un film obligatorio para pintores, Dong, y otro para músicos, Süden. Dos secciones son temáticas: África no es Animal Planet casi no necesita explicación: tres películas intentan mostrar algo de un continente complejo del que no conocemos prácticamente nada. Las tres películas de El psiquismo en fotogramas permiten entender algo del funcionamiento de nuestro comportamiento. Y como siempre presentamos la sección Clásicos para un canon, es decir, una selección de películas centrales en la historia (secreta) del cine y que importan a la hora de entender qué es el arte cinematográfico. Finalmente, hay dos directores en foco: Jean Vigo y Béla Tarr, dos maestros del medio que han sabido explorar el lenguaje del cine hasta sus últimas consecuencias. Una selección de cortometrajes también reforzará la idea de cine de autor (o política de los autores). Se verán cortos de Greenaway, Polanski y Tscherkassky, autores reconocidos, acompañados por los cortos del joven realizador español Xavi Sala y del prestigioso pintor Remo Bianchedi, vecino de La Cumbre, aquí en función de realizador cinematográfico.

A partir de este momento se apagan las luces. Curioso destino el del cine: ser un régimen de luz capaz de mostrar algo del mundo imposible de ver sin una cámara.

Roger Koza, programador.

PRIMERA SEMANA

MARTES 6

21.30hs: Película de apertura

kagel5

Süden, de Gastón Solnicki, Argentina, 2008

67 minutos / Apta para todo público

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Pan de Azúcar (28′), de Hermes Paralluelo, Argentina-España, 2008

*El realizador Hermes Paralluelo estará presente en la función.

Süden es, en primera instancia, un documental sobre el esperado regreso del compositor argentino Mauricio Kagel, radicado en Colonia, Alemania, tras 40 años de no visitar su país. Invitado por el Centro de Experimentación del Teatro Colón en el 2006, Kagel vuelve a ver Buenos Aires, una ciudad que parece apreciar aunque no la ha elegido para vivir. El film no explicita por qué se fue décadas atrás, aunque indirectamente deja bien en claro el conjunto de desgracias que todo artista dedicado a la música contemporánea tiene que enfrentar si pretende ser fiel a su profesión y vivir en Argentina. En escasos 67 minutos, Solnicki registra ensayos y anécdotas simpáticas de algunos de los músicos (una desopilante visita a un dentista, la compra de facturas, una fiesta de recepción en una embajada, la discusión insólita con un afinador profesional). El momento cardinal y sublime, se cree, habrá de ser la presentación en el Teatro Colón. Pero Solnicki es valiente y lleva la película hacia otra dirección. Se trata de entender la música y ver cómo el arte, eventualmente, puede alterar la existencia cotidiana. Así, Süden funciona por contrapuntos y oposiciones. Es una película de primeros planos precisos que se armonizan con planos medios y algunos generales, de lo que se predica un juego entre lo singular (el músico) y lo general (la música) que permite ver el proceso creativo, el trabajo musical en sí. La puesta en escena interactúa con la materia musical, de tal modo que los planos se orquestan más que se compaginan. Las operaciones de montaje se anticipan a la partitura. Dice Kagel: «Yo sé que en Buenos Aires la música es esencial para la vida. De alguna manera es un sustituto para todo lo que no funciona a nivel político y social». Extraña declaración de resonancias románticas; la música, finalmente, como medicina y consuelo, pero, después de ver Süden, la música, también, como práctica espiritual destinada a contrarrestar el devenir brutal de la vida diaria. Los planos de Solnicki evocan otra humanidad posible. (Roger Koza, programador)

23.45hs: Horizontes contemporáneos

Una vez, de John Carney, Irlanda, 2007

85 minutos / ATP

Antes de la película se proyectará el cortometraje Música bajo tierra (20′), de Pablo Lecaros, Argentina, 2008

El título en inglés de este pequeño y grandioso film de John Carney es Once, y bien podría titularse Once Again, «Una vez más», porque es sin duda el deseo que surge del espectador cuando descubre esta pieza de cámara, acaso un musical propenso, paradójicamente, a un difuso realismo social. En Dublín, un músico (callejero) y también empleado de una ferretería (paterna) conoce a una mujer en la calle mientras interpreta una de sus canciones. Luego harán música, quizás se amen. Esta versión proletaria de Letra y música transmite la misma felicidad de esa película, pero se desmarca de esa quimera mercantil en donde hacer música se asocia al éxito y a la fama. Aquí, la música es una labor cultivada para cuidar la propia dignidad y una expresión catártica para conjurar el propio desencanto. Una vez hace visible la mentada comunicación entre músicos, pues en varios pasajes permite ver cómo se compone grupalmente, dejando asentado que la música es una actividad colectiva (y también ofrece un retrato del músico que nada tiene que ver con las drogas y la vagancia, aunque sí, discretamente, con la rebeldía). Como film musical está en las antípodas de productos miserables como High School Musical, la artificialidad sofisticada de Chicago o el sadismo cool de Sweeney Todd. Los planos secuencia extensos y un registro directo del sonido en varias ocasiones producen un efecto de extrañamiento sobre las reglas del género, operación estética que compensa el glamour del musical canónico y le otorga un profundo sentido humano. (RK)

MIÉRCOLES 7

18.00hs: El ojo lúcido (Documentales)

¿Dónde yace tu sonrisa escondida?, de Pedro Costa, Portugal-Francia, 2001

103 minutos / ATP

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje El espacio exterior (10′), de Peter Tscherkassky, Austria, 1998

No es necesario haber visto ninguna película de Jean-Marie Straub y la recientemente fallecida Danièle Huillet para apreciar este sublime y frecuentemente cómico film sobre cómo trabajan juntos en el montaje de una película. Esta pareja peleadora, amable y excéntrica y el director Pedro Costa son vanguardistas que poseen un agudo entendimiento del llamado cine clásico (Chaplin, Ford, Hawks, Mizoguchi, Ozu), lo que llega a ser evidente en los monólogos de Straub, los cortes precisos en el montaje de Huillet (los que se ven en detalle) y en el hermoso modo en el que Costa filma a ambos. El crítico australiano Adrian Martin dice que «probablemente es el mejor documental que he visto en mi vida»; sin duda es el mejor film jamás hecho acerca del montaje cinematográfico. Thierry Lounas codirigió. (Jonathan Rosenbaum)

20.15hs: Clásicos para un canon

Voces distantes, de Terence Davies, Reino Unido, 1988

84 minutos / ATP

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje La C es para casa (9′), de Peter Greenaway, Reino Unido, 1976

Una de las mejores películas británicas de todos los tiempos de uno de los directores menos conocidos de dicha cinematografía nacional, Voces distantes es una exposición magistral de cómo emocionar en el cine sin apelar a la manipulación ortodoxa y al sentimentalismo kitsch, más aún cuando se trata de retratar autobiográficamente la vida de una familia, católica y proletaria, de Liverpool, durante las décadas del ’40 y ’50 del siglo XX. Un prodigio formal, la historia podrá ser sencilla, aunque no por eso banal. En efecto, éste es un film en el que la recolección de los recuerdos (fiestas, una guerra, dos casamientos, un funeral, el amor por la música y el cine) se materializa en imágenes, imitando el funcionamiento de la memoria. Así, la música popular inglesa constituye un sonido emocional colectivo que atraviesa las generaciones y explica en parte la intimidad. Es historia sonora. Tal procedimiento está acompañado por un trabajo en la textura y tonos del film, además de que las elecciones de encuadres y movimientos de cámara también enfatizan el trabajo del recuerdo. Véase el pasaje en el que uno de los personajes, Eileen, tras su boda, extraña a su padre mientras abraza a su hermano. Un paneo lento hacia la izquierda va yuxtaponiendo escenas pretéritas en las que mostrando y no diciendo se explica por qué a este personaje le duele la ausencia de su padre. Ésta es una de las tantas secuencias magistrales de esta obra maestra de Terence Davies. (RK)

22.00hs: Horizontes contemporáneos

Palacio de verano, de Lou Ye, China, 2006

140 minutos / No recomendada para menores de 18 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje La canción del inmigrante (12′), de Federico Menéndez, Argentina, 2008

Doble controversia: primera película china que incluye en su narrativa la revuelta estudiantil en la plaza Tiananmen en 1989; primera película china en la que se ven personajes cogiendo en pelotas y de frente. Sexo y política, dos tópicos problemáticos para cualquier cineasta chino cuyo interés no pase por apoyar inescrupulosamente el régimen de turno haciendo películas de espadachines voladores. Todo empieza con la partida de la heroína, Yu Hong, que abandona su pueblo natal al norte de China para estudiar en la Universidad de Pekín, en donde participará en las protestas estudiantiles de finales de la década del ’80 y en donde también se enamorará de distintos hombres. Son tiempos de cambios veloces e irreversibles, lo que Lou Ye patentiza en su revoltoso y dinámico montaje, en el que sus planos secuencia elegantes inducen a experimentar el vértigo de ser parte de un período histórico que se resiste a ser pensado. Doce años de historia parecen poco: Lou demuestra lo contrario. Palacio de verano transmite un sentimiento de desarraigo generalizado en el que el amor físico funciona como una experiencia transitoria de pertenencia. Ésta es una película en la que se puede ver cómo la Historia se inyecta en la intimidad y la transforma. Como la mayoría de las películas de los cineastas de la Sexta Generación, es un intento legítimo de interrogar la Historia en tiempo presente. (RK)

00.45hs: El psiquismo en fotogramas

WR: Los misterios del organismo, de Dusan Makavejev, Hungría, 1971

Duración: 85 minutos / No recomendada para menores de 18 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje El mundo ya no es más macho (1′), de Graciela Lamano, Argentina, 2008

Pocos directores llegaron tan lejos como Dusan Makavejev en mostrar cómo se articula lo corporal y lo político en un sistema socioeconómico; aquí, a través de una suerte de extraña y genial apropiación de la obra del psicólogo austríaco Wilhelm Reich. Así, las tesis centrales de La función del orgasmo y La psicología de masas del fascismo son presentadas por una voz en off mientras se ve un plano fragmentado en forma de balón en el que se ven juegos eróticos practicados por una pareja. En ocasiones, WR: Los misterios del organismo recurrirá a material de archivo que intercala con entrevistas de familiares de Reich, pacientes y partidarios, que sirven para comprender algunos de sus postulados y aspectos de su vida, como su fatídico destino en los EE.UU. Pero WR: Los misterios del organismo no es un documental sino una película por momentos inclasificable que boga por la libertad en todos sus órdenes. Así es que, pasados unos treinta minutos, el film salta de EE.UU. a la ex Yugoslavia. Y allí empieza a contarse otra historia, la de Milena, una entusiasta militante feminista reichiana y también comunista, que pretenderá desarticular el estalinismo autoritario bajo una fórmula paradójica, acaso heterodoxa para el oficialismo de turno: «Camaradas, no puede haber conflicto entre el socialismo y el amor físico. El socialismo no puede excluir de su programa el placer humano. La revolución de octubre se truncó cuando se rechazó el amor libre». (RK)

JUEVES 8

18.00hs: Jean Vigo en foco

L’Atalante, de Jean Vigo, Francia, 1934

85 minutos / ATP

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Una sonrisa (2′), de Roman Polanski, Polonia, 1957

El único largometraje de Jean Vigo, una de las obras maestras supremas del cine francés, fue editado y luego brutalmente reeditado mientras Vigo estaba muriendo, por lo que una restauración «definitiva» es imposible. Su trama: una simple historia de amor en donde una mujer de provincia (Dita Parlo) contrae matrimonio con el capitán de una embarcación (Jean Daste), y los otros personajes que tienen implicancias son los miembros de la tripulación (Michel Simon y Louis Lefebvre) y un vendedor ambulante (Gilles Margaritis) que flirtea con la flamante esposa en un cabaret y le describe las maravillas de París. La sensualidad de los personajes y de los escenarios, capturados de un modo indeleble por la luminosa fotografía de Boris Kaufman, constituye uno de los tantos méritos de la notable poesía de la película, cuya convicción va más allá de las categorías de realismo y surrealismo, del mismo modo que su poderosa sexualidad trasciende, finalmente, categorías tales como la heterosexualidad, la homosexualidad, e incluso la bisexualidad. Plano tras plano, e instante tras instante, la película está completamente viva y abierta a las posibilidades del mundo, por lo que la magia y la realidad parecen funcionar como las dos caras de una misma moneda, sin ajustarse completamente a la visión de Vigo… Una inspiración fundamental para las generaciones de cineastas que le sucedieron, aunque ninguno pudo jamás siquiera igualarlo. (JR)

19.45hs: Béla Tarr en foco

La condena, de Béla Tarr, Hungría, 1987

122 minutos / No recomendada para menores de 16 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje El arribo (2′), de Peter Tscherkassky, Alemania, 1998

Una de las películas favoritas de Susan Sontag, y no es difícil imaginar por qué. A quienes no le vaya la melancolía existencial de Antonioni y Tarkovski se les aconseja permanecer lejos de la sala, pues el sello distintivo del estilo implacable de las imágenes en blanco y negro -mucha lluvia, niebla, perros callejeros, bares decadentes y sucios; planos largos artísticamente trabajados, construidos por movimientos de cámara lentos y continuos; ruidos mecánicos en fuera de campo- está tan poderosamente presente que la melancolía parece casi un fetiche. La historia mínima en medio de todo esto -un solitario recluido (Miklos Szekely), que está desesperadamente enamorado de una cantante de cabaret (Vali Kerekes), anhela encontrar en ella su salvación, por lo que vincula a su marido en un enredo de contrabando para poder estar más tiempo con ella- parece casi secundaria ante la belleza formal de los arabescos fascinantes que giran alrededor del más lúgubre de los suburbios industriales. Lo que constituye casi un milagro es que algo que invita a mirar casi compulsivamente esté ligado a una sociedad y a una locación que parecen tan depresivas como petrificadas. (JR)

22.00hs: Horizontes contemporáneos

Jardines en otoño, de Otar Iosseliani, Francia, 2006

116 minutos / No recomendada para menores de 13 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje El pan y el callejón, de Abbas Kiarostami, Irán, 1970

La última obra del gran cineasta de Georgia es una variación más del conjunto de sus películas, aunque en cada una de ellas hay una nueva revelación: aquí un homenaje difuso al género femenino, aun cuando una de las mujeres sea una abuela interpretada por el genial Michael Piccoli (en reemplazo de una de las actrices no profesionales del director). El tema de Iosseliani es el ocio inteligente, una práctica estética (y política) a contramano de una sociedad que legitima el trabajo como valor absoluto; beber, cantar, amar, cultivar la amistad, viajar, pintar son acciones subversivas frente a las coordenadas institucionales y simbólicas de un sistema de vida en donde la producción lo es todo. En esta ocasión, el Ministro de Agricultura de Francia, Vincent, es destituido y se queda sin trabajo y esposa. ¿Qué hacer si no se tiene que trabajar? Vivir, en un sentido que, lógicamente, excede lo biológico. Iosseliani ofrece más de 100 planos secuencia coreográficos en los que personajes diversos (curas cristianos ortodoxos, refugiados africanos, artistas, funcionarios públicos, prostitutas, etc.) interactúan y atraviesan la vida de Vincent. El legítimo heredero de Jacques Tati propone una perspectiva hedonista, que no confunde con el consumo. La riqueza espiritual deviene de un saber vivir, incompatible con esa pulsión por poseerlo todo, propia de los pudientes que no distinguen entre un tapado de piel y una obra de arte. (RK)

00.15hs: Horizontes contemporáneos

Tristram Shandy: la historia del gallo y el toro, de M. Winterbottom, Reino Unido, 2005

91 minutos / No recomendada para menores de 13 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Hot Pot (3′), de Remo Bianchedi, Argentina, 2008

Esta adaptación cinematográfica del magistral libro acaso inadaptable La vida y las opiniones de Tristram Shandy de Laurence Sterne, ícono de la literatura anglosajona del siglo XVIII, es tan divertida e inteligente como 24 Hour Party People, película anterior del prolífico y versátil Michael Winterbottom. Más accesible y universal que aquel film sobre la historia de Manchester y su música de la década del ’70, Tristram Shandy es más una película sobre una película que intenta adaptar un libro imposible de llevar al cine. El excelente comediante Steve Coogan es Tristram, su padre y él mismo, y su locuacidad sostiene el tono cómico y filosófico que define la identidad de la película. Tras una primera media hora brillante el resto del metraje quizás no contenga ni el ritmo ni la sagacidad de su inicio, pero el film de Winterbottom está por encima de las comedias con piloto automático que pululan en el cine contemporáneo. (RK)

 SEGUNDA SEMANA

MARTES 13

17.50hs: Clásicos para un canon

Un condenado a muerte ha escapado, de Robert Bresson, Francia, 1957

101 minutos / No recomendada para menores de 13 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje A propósito de Niza (23′), de Jean Vigo, Francia, 1930 (Jean Vigo en foco)

Basado en el relato de un teniente sobre su escape en 1942 de un fuerte de la Gestapo en Lyon, esta película solemne y sin embargo extraordinariamente atrapante es la elegida si se trata de señalar el mayor logro de Robert Bresson, uno de los grandes artistas cinematográficos (solamente comparable con su película más corrosiva y metafísica, Al azar, Baltasar). La mejor película sobre fugas de prisión, reconstruye la mismísima noción de libertad a través de sonidos en fuera de campo y define la salvación como un trabajo meticuloso y paciente. El mismo Bresson pasó parte de la guerra en un campo de concentración y posteriormente vivió en Francia mientras estaba ocupada por los alemanes, experiencia que se patentiza magistralmente en el uso concentrado del sonido y la imagen para dar a conocer un alma en cautiverio. Una película esencial. (JR)

20.00hs: África no es Animal Planet

Hienas, de Djibril Diop Mambety, Senegal, 1992

112 minutos / No recomendada para menores de 13 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje 47 años atrás (3′), de Youssef Chahine, Egipto, 2007

Después de su extraordinario debut con Touki Bouki (1973) -el primer film experimental del cine africano- el realizador Djibril Diop Mambety sobrevivió principalmente como actor de teatro y cine, y, naturalmente, las expectativas sobre su segunda película no eran menores. Cuando Hienas se estrenó en 1992 la consideré una película menos arriesgada pero, tras reflexionar un poco más, la encuentro más trabajada y madura que su opera prima y sus ironías resultan ser aún más deletéreas. Es un adaptación africana de la famosa obra de teatro del escritor suizo Friedrich Dürrenmatt, La visita (también filmada, aunque sin éxito, por Bernhard Wicki con interpretaciones de Ingrid Bergman y Anthony Quinn a mediados de los ’60): una mujer envejecida y rica regresa a su empobrecido pueblo, del que se fue muchos años atrás, y le ofrece una fortuna a su gente si asesinan a un almacenero del pueblo que la sedujo, embarazó, y abandonó cuando ella tenía 16 años. En un principio, los aldeanos rechazan con desprecio el ofrecimiento, pero deciden que al menos tienen el derecho de comprarle fiado al almacenero, mientras que el gusto por los lujos empieza a acrecentarse, lo que implica una cómica alegoría acerca del colonialismo y el consumismo, y su mutua dependencia. Diop Mambety demuestra un gran talento para dirigir a sus actores, e incluso se lo puede ver en un rol menor aunque central. (JR)

22.00hs: El ojo lúcido (Documentales)

Las playas de Agnès, de Agnès Varda, Francia, 2008

110 minutos / No recomendada para menores de 13 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje El afilador (7′), de Jean-Marie Straub y Danièle Huillet, Italia, 2000

«¿Qué es el cine?», se pregunta Varda, el único miembro femenino de la Nouvelle Vague, cuando su película-autorretrato está a punto de culminar. Su respuesta es baziniana: «La luz que viene de algún lado capturada por imágenes, algo oscuras y coloridas». Y agrega: «Aquí, me siento como si hubiera vivido en el cine, que el cine es mi hogar. Pienso que siempre viví en él». Esta película sobre sus memorias es indirectamente un ensayo sobre cómo constituir una existencia singular en obra de arte, o cómo el arte puede componer la identidad de un sujeto. A punto de convertirse en octogenaria, Varda, una auténtica espigadora con una cámara, selecciona materiales diversos (recuerdos de su infancia, escenas de sus películas, fotografías propias, pinturas, instalaciones, material de archivo) e intenta hilar una narración sobre su propia vida. Sus playas, el paisaje que se encontraría si se pudiera ver en su interior, son los recuerdos, que, como queda establecido en la primera escena, son espejos sostenidos por otros para poder reconocerse. La vida de Varda está atravesada por el siglo XX y sus amistades y sus intereses son un buen ejemplo: la constitución del cine moderno, la segunda guerra mundial, Vietnam, la revolución cubana, los movimientos libertarios de la década del ’60, Jim Morrison, espigadores desconocidos, Chris Marker (al que se lo ve en su versión gatuna), Godard (al que se lo ve sin anteojos), Jane Birkin. Un buen segmento de la película gira en torno a su marido, el cineasta Jacques Demy, a quien Varda sigue amando, a pesar de su muerte temprana. Ésta es la película de una persona libre; no hay muchas, aunque pensemos lo contrario. (RK)

00.15hs: Horizontes contemporáneos

Día noche, día noche, de Julia Loktev, EE.UU., 2006

91 minutos / No recomendada para menores de 13 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Los padres (6′), de Xavi Sala, España, 2003

Día noche, día noche, la inquietante opera prima de Julia Loktev sobre una adolescente que decide inmolarse en Times Square a plena luz del día, elude el lugar común y humaniza la figura del terrorista sin por esto justificarlo. El film de Loktev es prácticamente mudo, aunque materializa la determinación y el dolor de quien decide matarse en nombre de una causa política, jamás develada en la película y cuidadosamente desmarcada del Islam (excepto por una escena menor), aunque sí vinculada al fundamentalismo religioso. Y si en apariencia los últimos 40 minutos de película giran en torno a una posible explosión, Día noche, día noche, paradójicamente, se convierte en una exploración vital y colorida de los actos cotidianos y la vida cosmopolita de una ciudad, así como también se descubre una solidaridad disponible y sorprendente entre quienes conviven en la Gran Manzana. En este film estéticamente prodigioso los primeros planos se combinan con una concepción del sonido específica, y en esa amalgama Loktev dota algunas de sus escenas de un suspenso casi existencialista. La música de la película es la ciudad, el multilingüismo y el pulso sonoro de la calle. Las manos y los rostros son los protagonistas. Cada detalle es un mundo. También hay una elección sobre los tonos, decisión que acompaña los estados de ánimo de la protagonista. Así, el sabor y color de una manzana, por ejemplo, puede convertirse, para quien mira, en una experiencia trascendental. Día noche, día noche deja constancia de que New York sigue siendo vulnerable. ¿Quién puede imaginar a una niña de 15 años a punto de dinamitarse? (RK)

MIÉRCOLES 14

18.00hs: El psiquismo en fotogramas

Mi tío de América, de Alain Resnais, Francia, 1980

123 minutos / No recomendada para menores de 13 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Asesinato (2′), de Roman Polanski, Polonia, 1957

Esta obra maestra del realizador de Noche y niebla, un éxito sorprendente en su país, combina divulgación científica y narrativa, ciencia y ficción, de tal modo que el conjunto es un ensayo fluido y lúcido, aunque perturbador (y reduccionista), de nuestros comportamientos más inconscientes pero también visibles y reconocibles. Bajo el marco conceptual del ya fallecido Henri Laborit, un heterodoxo neurólogo conductista, tres personajes, interpretados por Depardieu, Nicole Garcia y Roger Pierre, ejemplifican una teoría sobre la conducta basada en la división de nuestro cerebro en tres secciones según la cual el homo sapiens es al mismo tiempo un reptil, un mamífero y un ser humano propiamente dicho. Quizás pueda molestar ser equiparados con ratas de laboratorio, pero ver el desenvolvimiento de un político, una actriz y un gerente empresarial, y sus dramas, pasiones y fantasías, convierte a todo el experimento en un espejo temible y fascinante en el que cualquier espectador puede ver su propio rostro, su propio deseo. La puesta en escena es magistral, y la inteligencia formal de Resnais compite en exactitud con las apariciones de Laborit explicando los laberintos pulsionales de la naturaleza humana. (RK)

20.15hs: Horizontes contemporáneos

El iceberg, de Fiona Gordon, Bruno Romy y Dominique Abel, Bélgica, 2005

84 minutos / No recomendada para menores de 13 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Dos hombres y un armario (15′), de Roman Polanski, Polonia, 1958

Extraña comedia física (y casi muda), aunque también un retrato melancólico sobre el amor, la opera prima de Gordon, Romy y Abel, los tres protagonistas del film, podrá o no producir (son)risas, pero sin duda habrá de sorprender por su lenguaje cinematográfico, más cerca del cine mudo y de la comicidad de Jacques Tati. Tras un prólogo exótico, una mujer esquimal advierte que su mundo nada tiene que ver con los osos polares y las focas, y menos aún con la paz natural. Quizás su mundo esté en extinción; al menos su lenguaje, el inuktitut, está en riesgo de marchitarse. Pero dice que un posible hijo e incluso su marido podrán aprender su lengua, pues detrás de esta inquietud de supervivencia lingüística hay una historia de amor. Y así larga una película imprevisible, sobre una mujer que tras quedar atrapada en una cámara frigorífica de un fast food abandonará su vida mecánica, su familia y su trabajo, en un viaje que la llevará de Bruselas al Ártico. Caricaturesca, medidamente circense, El iceberg está compuesta de unos 150 planos, medios y panorámicos fundamentalmente, y hace gala de la profundidad de campo, demostrando además cómo el sonido (y no la música) puede suministrar información relevante sin subrayados. Una escena secundaria, políticamente esencial, que transcurre en un camión de reparto, justifica por sí sola los 84 minutos de este film proveniente del país de los hermanos Dardenne. (RK)

22.10hs: Horizontes contemporáneos

Cine, aspirinas y urubúes, de Marcelo Gomes, Brasil, 2005

99 minutos / No recomendada para menores de 16 años

Antes de la película principal se proyectará El combate del siglo XX (1′), de Remo Bianchedi, Argentina, 2007

Esta bellísima e intimista meditación indirecta sobre la violencia y su expresión bélica se hilvana a partir de una trama mínima: durante la Segunda Guerra Mundial un alemán vive en el sertón brasileño pasando cine ambulante, método de seducción para vender sus revolucionarias aspirinas. El alemán cimienta una amistad con un campesino. Cuando Brasil rompe las relaciones diplomáticas con Alemania, el extranjero deviene en un enemigo potencial, y tendrá entonces que huir o esconderse. Desprovisto de cualquier ornamento folclórico, Gomes explora un contexto rural que a pesar de la distancia en el tiempo poco debe haber cambiado, y su interés parece ser querer advertirlo. Pero la gloria de Cine, aspirinas y urubúes consiste en su delicada y austera puesta en escena, capaz de transmitir emociones reconocibles sin la manipulación característica del cine contemporáneo y eludiendo todo tipo de subrayado que indique una interpretación determinada. La sugerencia es la regla. La sutileza, una norma. Y la magia, si se quiere, la del cine, una alusión, acaso un milagro, como lo experimentan algunos campesinos en plena noche mirando absortos la ciudad de San Pablo proyectada en una pantalla. (RK)

00.10hs: Horizontes contemporáneos

Honeydripper, de John Sayles, EE.UU., 2007

123 minutos / No recomendada para menores de 13 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje En el instituto (3′), de Xavi Sala, España, 2006

Se supone que esta película transcurre en 1950 en Alabama (en donde fue rodada), pero en realidad es como si ocurriera en el País del Nunca Jamás ubicado en la imaginación de John Sayles, teñida por un trabajo de investigación, un agudo oído para los diálogos y diversas fantasías acerca del nacimiento del rock and roll. Sin embargo, como en el musical Stormy Weather, de 1943, un elenco maravilloso, principalmente afroamericano, sostiene elegantemente la película, incluso atravesando decorosamente algunos ocasionales pasajes forzados, como el pegajoso flashback hacia el final del film. Danny Glover interpreta a quien fuera alguna vez un pianista reconocido, Tyrone «Pine Top» Purvis, que intenta salvar su local de música del desastre económico pretendiendo que un joven viajero con una guitarra (Gary Clark Jr.) es la estrella de blues Guitar Sam. Haciendo trampa, de algún modo, resuelve problemas diversos como el de la competencia, la electricidad, la falta de efectivo, su relación con su esposa y su hija, y también con el sheriff del pueblo (Stacy Keach), propagando, de ese modo, una especie de mejoramiento general orientado a la dicha comunal que para mí constituye la película más disfrutable de Sayles desde The Brother from Another Planet, de 1984. (JR)

JUEVES 15

18.00hs: Béla Tarr en foco

Nido familiar, de Béla Tarr, Hungría, 1977

100 minutos / No recomendada para menores de 13 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Manufraktur (3′), de Peter Tscherkassky, Austria, 1985

La opera prima del gran maestro húngaro Béla Tarr, junto con Miklòs Jancsò, el realizador más importante de su país, fue rodada a sus 22 años, antes de matricularse en la escuela de cine en la que finalmente estudió. A menudo se insiste en que Nido familiar no representa la genialidad formal por la que se lo conoce al realizador, pero tal señalamiento, en parte pertinente, no debería desviar la atención sobre los aciertos formales de esta película sobria y lúcida sobre la institución familiar en Hungría en tiempos de un comunismo decadente en la década del ’70 del siglo pasado. Los únicos planos abiertos se ven al principio: Budapest, sus calles, su gente, sus edificios. El resto de la película se constituye a través de primeros planos de rostros y planos medios de la interacción familiar, matizados por entrevistas con burócratas de todo tipo. Una pareja joven no puede conseguir departamento y están obligados a vivir en la casa de uno de sus padres, un ambiente con nueve habitantes. Tarr contextualiza ese dato en clave política, y muestra así los diversos efectos sobre la vida íntima de los sujetos. Al inicio se nos advierte que «Es una historia verdadera. No le sucedió a la gente de la película, pero les podría haber pasado». Nido familiar excede la ficción y el documental; es el cine de un maestro con una firme visión sobre el mundo. (RK)

20.00hs: El ojo lúcido (Documentales)

Dong, de Jia Zhang-ke, China, 2006

68 minutos / ATP          

Antes de la película principal se proyectará el mediometraje Cero en conducta (43′), de Jean Vigo, Francia, 1933 (Jean Vigo en foco)

Este documental del mejor cineasta chino de la actualidad es un complemento de Naturaleza muerta, un film ficcional en torno a las transformaciones geológicas y urbanas de una zona casi mítica, sin duda poética y milenaria, conocida como las Tres Gargantas, a la orilla del río Yangtze, provincia de Fengjie. Aquí Jia sigue los procedimientos estéticos de un pintor de su generación cuyo nombre lleva la película. Dong es observacional: el artista mira los cuerpos de los trabajadores y los pinta; Jia los filma y sugiere así las consecuencias de esa labor: escenarios destinados a desaparecer, más bien a hundirse, pues la construcción de una presa gigante habrá de inundar los viejos paisajes urbanos para siempre. En algún momento habrá un accidente, y Jia y Dong visitarán a la familia del difunto. Es un pasaje conmovedor y circunspecto en donde los primeros planos de los rostros expresan mucho más que la personalidad de esos sujetos y sus sentimientos individuales. Posteriormente, Jia y Dong se trasladan de China a Tailandia, en donde el pintor retratará mujeres jóvenes, muchas de ellas, posiblemente, prostitutas. Si allí Dong se concentra en la verdad de los cuerpos, Jia, en ese segmento, se focaliza en la ciudad como si fuera un sujeto. Bangkok en su devenir capitalista es la posible fisonomía de las próximas metrópolis chinas, y esto conlleva un estilo de vida. El enigmático plano final en donde dos ciegos caminan pidiendo limosna por un mercado posee un potencial hermenéutico digno de ser descifrado. (RK)

22.15hs: África no es Animal Planet

Temporada de sequía, de Mahamat-Saleh Haroun, República de Chad, 2006

96 minutos / No recomendada para menores de 13 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Hiyab (8′), de Xavi Sala, España, 2005

Este enigmático film, uno de los siete producidos por el New Crowned Hope Festival y la Viennale, en conmemoración del 250 aniversario del nacimiento de Mozart, puede desconcertar, pues la totalidad del metraje casi carece de música, aunque el punto de partida e inspiración es la obra tardía del vienés La clemencia de Titus. ¿Una película sobre la gracia? Sí, pero en un sentido materialista, y tras un arduo aunque honesto aprendizaje de los personajes. Después de 40 años de guerra civil, se declara, en Chad, una amnistía general. Un joven y su abuelo escuchan la noticia por radio, pero, como suele suceder en estos casos de perdón y olvido por decreto, las heridas pretéritas permanecen latentes. Así, el joven, inducido por su abuelo, habrá de ir en búsqueda de quien matara a su padre. El delicado y elegante film de Saleh Haroun no solamente funciona como una lección política sobre cómo se conquistan la reconciliación y la clemencia, sino que además ejemplifica un modelo narrativo característico de un acervo cultural tan alejado de Hollywood y sus mañas, sostenido en una puesta en escena en la que cada plano revela un mundo singular: los colores, los sonidos, los movimientos de los cuerpos, la presencia de la radio como sistema privilegiado de comunicación, las pocas pero justas palabras, hasta la preparación del pan, constituyen la identidad de una película y de un país. (RK)

00.15hs: Horizontes contemporáneos

El jefe de todo esto, de Lars von Trier, Dinamarca, 2006

99 minutos / No recomendada para menores de 16 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Ventanas (4′), de Peter Greenaway, Reino Unido, 1974

Secretamente inteligente y formalmente extravagante, la última película del provocador profesional conocido como Lars von Trier es menos pretenciosa que las películas de sus trilogías sobre la bondad y los Estados Unidos, y menos provocadora que su mejor trabajo hasta la fecha, Los idiotas, pero no deja de ser una grata sorpresa. Como el propio von Trier afirma al inicio, se trata de una simple comedia (sobre el universo del management) y no se deben esperar, por consiguiente, grandes meditaciones sobre la vida. Pero este ensayo humorístico sobre la manipulación laboral y el funcionamiento estructural de los roles en una empresa dista de ser light y pasatista. Así, la contratación de un actor desempleado, por parte de un alto funcionario, para simular e interpretar al jefe de una firma danesa a punto de ser vendida a un grupo islandés (de lo que se predican consecuencias ingratas) devela una lógica institucional específica. Con esta película von Trier retoma algunas ideas del ya vetusto y ridículo Dogma 95, e inaugura aquí un sistema de encuadres automáticos (Automavision) en donde el control del director deja de ser total. El resultado es inocuo, aunque así se privilegian planos fijos en contraposición a los planos en movimiento característicos del Dogma. (RK)

TERCERA SEMANA

MARTES 20

18.40hs: El psiquismo en fotogramas

Guía de cine para pervertidos, de Sophie Fiennes, Reino Unido, 2006

150 minutos / No recomendada para menores de 13 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Querido teléfono (17′), de Peter Greenaway, Reino Unido, 1976

El carismático y lúcido filósofo marxista y psicoanalista lacaniano Slavoj Zizek postula una tesis que de inicio a fin parece verificarse: si se pretende entender el mundo contemporáneo entonces hay que estudiar el arte cinematográfico. Con ese propósito, Zizek viaja a través de más de 40 películas (clásicos de Hollywood, films de Tarkovski, Eisenstein, Coppola, Lars von Trier, Fincher, etc.), a veces literalmente inserto en pasajes famosos de las películas que analiza. Su lectura sobre el cine de David Lynch es fascinante y está despegada del oscurantismo propio de las declaraciones del mismo Lynch, y acaso es éste el gran aporte de Zizek a la teoría cinematográfica, aunque no deja de ser relevante la interpretación estructural sobre la obra de Hitchcock y sus señalamientos sobre la voz y la función de la música en el cine. Divertida y exigente, Guía de cine para pervertidos restablece el lazo histórico, a fines del siglo XIX, entre el cine y el estudio de la psiquis. Tanto el psicoanálisis como el cine nos han enseñado, desde sus inicios, a desear. (RK)

22.00hs: El ojo lúcido (Documentales)

Encuentros en el fin del mundo, de Werner Herzog, EE.UU., 2007

83 minutos / ATP

Antes de la película principal se proyectará Maestros (11′), de Alexander Kluge, Alemania, 1963

En este viaje de aventuras a la Antártida, Herzog insiste sobre sus obsesiones temáticas: formas de vidas extremas y heterodoxas que estén en el linde de la civilización, allí en donde nuestra especie se confunde con las otras sin distinción metafísica alguna. En ese paisaje frío y despoblado Herzog encuentra a sus excéntricos de turno: físicos, biólogos, contorsionistas, descendientes de aztecas, músicos amateurs, solitarios y freaks para todos los gustos. Es otra Humanidad. En las profundidades de un océano congelado habitan criaturas marinas extrañas, casi un universo paralelo mientras que la vida en la superficie polar es escasa, y, si se trata de los populares pingüinos, Herzog no hallará ninguna semejanza con la vida humana, aunque mostrará un posible pingüino demente y listo para terminar con su vida y le preguntará a un científico sobre la homosexualidad de esta ave marina. Humorística y fascinante, Encuentros en el fin del mundo incorpora material de archivo al registro casi observacional del director, como sucedía también en El hombre oso y en La salvaje lejanía azul, dos películas precedentes con las que comparte una extraña mirada (casi utópica) sobre un hipotético mundo post-apocalíptico. (RK)

00.15hs: Horizontes contemporáneos

El sexo es una comedia, Catherine Breillat, Francia, 2003

95 minutos / No recomendada para menores de 18 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje La lámpara (8′), de Roman Polanski, Polonia, 1959

Poco se ha visto de Breillat en la Argentina, obsesiva cineasta dedicada a explorar en sus largometrajes cuestiones sobre política sexual. He aquí una mujer no necesariamente feminista dispuesta a politizar el placer femenino hasta el límite de lo tolerable. O recuérdese si no Romance, film sobre sadomasoquismo y otras yerbas, con la presencia del gran astro de cine xxx Rocco Sifredi (su último film, Anatomía del infierno, basado en su novela Pornocracia, vuelve a tener a Sifredi como protagonista). El sexo es una comedia destila un humor homeopático, casi imperceptible hasta una escena evidente cuya comicidad alude literalmente al título del film. Su trama mínima, el momento de filmar una escena de sexo, sirve para entender el mundo del cine, las reacciones dominantes a la hora de exponer el cuerpo desnudo. Esta película se impone finalmente como una meditación sobre la diferencia o continuidad entre la vida y la ficción. La magistral escena final así lo testifica. (RK)

MIÉRCOLES 21

18.15hs: Clásicos para un canon

El viajero, de Abbas Kiarostami, Irán, 1974

71 minutos / ATP

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Mamíferos (11′), de Roman Polanski, Polonia, 1959

El primer largometraje de Abbas Kiarostami contiene, potencialmente, la totalidad de su cine y, como suele ocurrir en las operas primas de los grandes maestros, se trata de una obra maestra. Como en los cortometrajes anteriores a El viajero, los protagonistas son los niños, aunque no se trata en este caso de un film con fines pedagógicos. La historia: un niño obsesionado por ir a Teherán a ver un partido de fútbol empieza a juntar dinero como puede. Tiene que escabullirse del control de su familia y el colegio. En un pasaje bellísimo, el niño oficia de fotógrafo escolar con una cámara que no funciona. Por cada foto posa un alumno de la escuela, incluso algunas madres. De algún modo, Kiarostami destituye la inocencia para convertirla en expresión poética. En otras palabras, determinados eventos ordinarios son trastocados para elevarlos a un contexto extraordinario. Como ocurriría tres décadas después con Offside, de Jafar Panahi, discípulo de Kiarostami, el fútbol y el deseo de un niño por entrar a la cancha funcionan indirectamente como un espejo en el que se refleja la incompatibilidad e inconmensurabilidad entre el mundo adulto y el de la niñez. La cámara, como en ¿En dónde está la casa de mi amigo?, se mantiene irrestrictamente a la altura del niño que sostiene el relato. Es una perspectiva, una premisa ética y estética. Y también un análisis político: la niñez no es una institución, es más bien una forma que se institucionaliza. En el estadio tiene que esperar unas horas hasta que comience el partido que tanto espera. Explora la cancha y sus alrededores. Observa nadar a otros niños en una pileta del club y decide dormir una siesta. Todo esto no sólo sirve para que Kiarostami introduzca dos secuencias oníricas en las que se pueden ver las posibles puniciones que le esperan al niño, sino también para determinar el cruce entre el deseo y la ley en un orden social específico. Tan magistral es esta pieza temprana que tiene la delicadeza de ocultar su perfección. (RK)

20.00hs: Clásicos para un canon

Rosetta, de Jean-Pierre y Luc Dardenne, Bélgica, 1999

90 minutos / No recomendada para menos de 13 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje La parabólica (13′), de Xavi Sala, España, 2007

En la impecable edición de MK2, bajo la dirección de Serge Toubiana, parte de la obra esencial de Charles Chaplin ha sido restaurada y digitalizada. La archiconocida El pibe la presenta Kiarostami; el director de Ten y Five afirma que el cine de Chaplin y el suyo están dominados por una lógica de la vida y no de la imagen. Rosetta de los hermanos Dardenne es un buen ejemplo de este linaje cinematográfico. En efecto, se trata de un cine cuya lógica trasciende la mera lógica de la imagen. Los Dardenne interpelan el presente sin condescendencia alguna; sus películas son films-relámpagos que iluminan la tristeza y la desesperación del mundo con la pretensión de alterar, por mostrar, el orden simbólico que las produce. Y a veces lo consiguen. Justicia poética y ejemplo del poder político del cine, la ley laboral para adolescentes en Bélgica se llama Ley-Rosetta. Este film cuenta la historia de una adolescente de 17 años de la clase trabajadora que intenta trabajar para mantenerse y para mantener a su madre, una alcohólica compulsiva. El relato se circunscribe a mostrar la cotidianidad de Rosetta dividida entre rituales de supervivencia y su rutinaria búsqueda de empleo. Diríase que los Dardenne postulan un nuevo universo laboral que consideran una zona de guerra: conseguir un empleo es participar en un combate. Si Brecht decía que el pan viene antes de la moral, aquí la sentencia adquiere una materialidad opresiva. Tal sensación es conquistada por una construcción formal subordinada al relato. La cámara persigue a Rosetta como si fuera un soldado en el frente: planos secuencia, cámara en mano, nada de música extradiegética. Rosetta es el film que mejor refuta la impostura del Dogma 95 y su predecible defunción. Cuando David Cronenberg le otorgó la palma de oro en 1999 dijo: «Elegimos lo que representa el futuro del cine». Lo sabemos: el desempleo disciplina, provoca comportamientos vergonzosos. Véase la escena en la que Rosetta delibera sobre dejar hundir en el río-pantano a su único amigo o salvarlo: ¿supervivencia o solidaridad? Rosetta apuesta a un tipo de dignidad condensada en el último pasaje de su trama, en donde ambos personajes son testigos, como nosotros, de una metamorfosis. Es el gesto que convierte a un animal moribundo como Rosetta en un agente libre que impugna toda injusticia. (RK)

22.00hs: Horizontes contemporáneos

El viaje del globo rojo, de Hou Hsiao Hsien, Francia-Taiwán, 2007

115 minutos / ATP

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Taris (8′), de Jean Vigo, 1931 (Jean Vigo en foco)

No sé qué hubiera dicho Bazin sobre esta versión de El globo rojo, famoso film infantil de Albert Lamorisse en el que un niño entabla un vínculo afectivo con un globo, pero sospecho que este film de Hou, ninguneado con ligereza por muchos de mis colegas, le hubiera gustado mucho, al menos posee diversos pasajes de cine puro y un lenguaje cinematográfico singular y refinado. Comisionada por el Museo d’Orsay, ésta es la segunda película de Hou en la que trabaja sobre un territorio en el que es extranjero, pero, como ocurría con Tokio en Café Lumière, su mirada transforma París en un espacio misterioso y luminoso, como si jamás hubiera sido filmado. En esa ciudad trastocada por un observador delicado, Juliette Binoche, quizás en el mejor papel de su carrera, interpreta a una madre soltera, desbordada por su trabajo como actriz y otras situaciones personales; una estudiante de cine de China cuida a su hijo. Como suele suceder en el cine de Hou, predominan las situaciones a una línea narrativa ortodoxa, aunque Hou convierte el living de una casa en un laboratorio social en el que se divisa algo más que la dinámica familiar. Sin primeros planos, el director elige los planos medios extensos y los reflejos en espejos como aproximación a este mundo desconocido. Ocasionalmente, un piano acompaña sus lentos movimientos de cámara; son instantes de calma y hermosura. El famoso globo en cuestión tendrá sus apariciones, aunque el aporte animista proviene del teatro de títeres de la dinastía Yuan, del que se ven fragmentos de un ensayo. (RK)

00.15hs: África no es Animal Planet

Silencio…estamos filmando, de Youssef Chahine, Egipto, 2001

108 minutos / No recomendada para menores de 13 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje El trabajo del sueño (11′), de Peter Tscherkassky, Austria, 2001

Thierry Jouse decía sobre el cine del egipcio Chahine, uno de los grandes cineastas de África: «Es mejor hablar de un refinamiento mezclado con trivialidad, como si a partir de contrarios de todo tipo naciera una paradójica manera de libertad». Si hay algo inmediatamente evidente tras ver Silencio… -un film en el que se combinan musicales de Hollywood, el kitsch propio de Bollywood y la comedia de enredos matrimoniales- es la libertad absoluta que domina todo el metraje y la autoridad ejercida sobre el lenguaje cinematográfico. Superficialmente, el relato gira en torno a una cantante famosa y actriz, Malak, cuyo esposo la abandona por su mejor amiga, mientras que su hija quizás contraiga matrimonio con el hijo del chofer de la familia, un intelectual de izquierda. La aparición de un supuesto psicólogo con ansias de devenir en estrella habrá de precipitar cambios en la vida de Malak y en la de sus familiares y equipo de trabajo. Pero Chahine, anárquica y oblicuamente, ofrece una meditación sobre los vínculos de clase y la relación del arte con la vida y viceversa. No todo es lo que parece, empezando por el psicólogo y los típicos pasajes de melodrama que pueden distraer al prejuicioso. (RK)

JUEVES 22

18.00hs: Clásicos para un canon

El ladrón de caballos, de Tian Zhuangzhuang, China, 1986

88 minutos / ATP

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Prólogo (4′), de Béla Tarr, Hungría, 2004 (Béla Tarr en foco)

Esta película de Tian Zhuangzhuang de 1985, situada en un remoto Tíbet silvestre y con un elenco de actores no profesionales, es un espectáculo alucinante en Cinemascope y en color, tal vez el título más personal de la «Quinta Generación» de cineastas de Pekín, surgido del Pueblo de la República de China (al menos hasta su film El cometa azul). La originalidad de Tian y su manejo magistral del sonido y la imagen ofrecen una comunicación directa, más allá de las trampas propias de su trama (un ladrón de caballos expulsado de su clan) y la cultura regional (rituales budistas de muerte), expresando un misticismo ecológico que sugiere una nueva relación entre la naturaleza y el hombre. Tian ha declarado que realizó este film para el siglo XXI, y hoy todavía es un film del futuro. (JR)

 19.50hs: Béla Tarr en foco

Las armonías de Werckmeister, de Béla Tarr, Hungría, 2000

146 minutos / No recomendada para menores de 13 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Thi Loaa (4′), de Remo Bianchedi, Argentina, 2008

Una escalofriante, hipnótica e intensa interpretación sobre la depuración étnica (en espíritu si no en la letra) del maestro húngaro Béla Tarr, situado casi virtualmente en el mismo mundo rural en blanco y negro de sus películas La condenda y Satantango (ambas también coescritas con Laszlo Krasznahorkai). Como ocurría en Satantango, Krasznahorkai trabajó con Tarr en la adaptación de su propia novela, La melancolía de la resistencia, aquí reestructurada y muy trabajada en términos de secuencias narrativas y perspectiva, de tal modo que está fundamentalmente limitada a la experiencia de un mensajero simplón y una figura artística. Un «circo» decrépito (en verdad un camión gigante) en una ciudad empobrecida muestra el cuerpo disecado «de la ballena más grande del mundo» mientras corre el rumor de la llegada de un «príncipe» extranjero. En algún momento, los desempleados del pueblo habrán de tomar el hospital local como si fueran una horda de linchadores, y procederán a devastar con todo. Las semejanzas de las novelas de Krasznahorkai con la ficción gótica del Sur son llamativas como ocurre también con otras alegorías de Europa Oriental, dando lugar a una prosa cadenciosa, tan monótonamente adusta como la de Thomas Bernhard. Los planos extensos en los que se sigue a los personajes -el equivalente estructural de las oraciones en las novelas de Faulkner, aunque aquí el contenido remite a las comedias de la inercia de Beckett- subrayan nuestra complicidad fácil con estos monstruos, y con los actores, incluyendo a Hanna Schygulla en un bienvenido regreso. Se extraña quizás el sarcasmo y la duración de Satantango, pero se trata de una obra esencial, especialmente para todo aquel que desconozca el cine de Tarr. (JR)

22.30hs: Película de clausura

Medusa, de Etgar Keret y Shira Geffen, Israel, 2007

78 minutos / No recomendada para menores de 13 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Ana (12′), de Gabriela Trettel, Argentina, 2007

La opera prima del novelista Etgar Keret, Medusa, película que dirigió y escribió con su esposa, Shira Geffen, obtuvo la cámara de oro en Cannes 2007, y fue una de las sorpresas de aquella edición. Desde su inicio, Keret deja en claro que aquí intenta hacer cine y no literatura por otros medios. El segundo y tercer plano del film, ambos planos secuencia elegantes, indican una preocupación formal que habrá de verificarse en toda la trama, que se circunscribe a tres mujeres cuyas vidas van a modificarse tras el contacto con otras tres mujeres: una camarera tendrá que «revisitar» su niñez tras el encuentro con una niña salida del mar; una mujer recién casada aprenderá algo esencial de una poetisa; una mujer sexagenaria podrá superar su hostilidad a toda expresión afectiva en la interacción con su enfermera filipina. No son sus dobles, pero sí agentes de cambios en el tono existencial con el que los tres personajes experimentan sus vidas. Femenina y circunspecta, Medusa es oceánica, no solamente por su título y por situar su relato en Tel Aviv; el mar es aquí una cifra del inconsciente de los personajes, la sustancia líquida que remite a sus fantasías y probablemente un topos de libertad. Sin rabinos y palestinos, Medusa circunscribe su poética (y su política) a la secreta gramática de la intimidad, aunque Tel Aviv funciona como otro personaje y algunos de sus personajes concretos sean conscientes de pertenecer a la segunda generación después del Holocausto. (RK)

00.20hs: Horizontes contemporáneos

Atorado, de Stuart Gordon, EE.UU., 2007

94 minutos / No recomendada para menores de 18 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Intervalos (7′), de Peter Greenaway, Reino Unido, 1968

Ésta es una de las pocas películas en las que la advertencia epistemológica y moralista, basada en un hecho real, adquiere por su absurdo hiperbólico un extraño sentido de verdad y pertinencia ética. En esta comedia negrísima, esencialmente un cuento político, una joven y bella enfermera de un geriátrico, después de una noche de éxtasis, atropella a un desempleado cuyo destino es vivir en la calle. El accidente funciona como un catalizador de todas las coordenadas simbólicas de una sociedad, la norteamericana, y Gordon, con una idea precisa de puesta en escena, se transforma en un sociólogo humorista del egoísmo de una nación y es capaz de exponer en una hora y media el ethos de un pueblo. (RK)

 TODAS LAS PELÍCULAS SE EXHIBEN EN FORMATO DVD AMPLIADO

 ORGANIZA CINECLUB CON LOS OJOS ABIERTOS