PLAY-DOC 2018. MEMORIAS DE GALICIA (03):  LAMALAND (TEIL 1) O EL GRADO CERO DE TODO

PLAY-DOC 2018. MEMORIAS DE GALICIA (03): LAMALAND (TEIL 1) O EL GRADO CERO DE TODO

por - Festivales
11 Sep, 2018 04:29 | Sin comentarios
Algunas palabras sobre este meticuloso retrato sobre los dos últimos miembros de la comunidad fundada por la hermana de Nietzsche, película galardonada en la última edición del festival

He aquí la encarnación del nihilismo, acaso la expresión diabólica por antonomasia: la vida no se dirige a ninguna parte, no hay plan, tampoco telos; el presente circula sin fin, repetitivamente, y la propia materia del mundo se precipita al abismo. En esa ontología exangüe, dos hermanos, sobrevivientes de una experiencia religiosa y “utópica” de la década de 1880, están entregados a perpetuarse tercamente en un mundo signado por la monotonía y la inacción. ¿Por qué insisten en habitar las espectrales ruinas de una experiencia pretérita?

Los desgastados cuerpos de los hermanos Scheweikhart, últimos testigos de la comunidad aria fundada por Elizabeth F. Nietzsche en 1887 en lo que se conoció como Nueva Germania, parecen destinados a la putrefacción, como todo lo viviente que los circunda. Del delirio étnico apenas se percibe algo cuando suena Richard Wagner y los hermanos descansan, sosegados por los acordes de Parsifal. También, cuando la única palabra que se enuncia en voz alta es el vocablo Satán.

La incomodidad del film de Sigg proviene de la obcecada determinación por sostener un intolerable grado cero de relato. Esto implica planos extensos y actividades mecánicas; el máximo misterio nace del sonido de unos cables de tensión, y la única actividad a contrapelo de este retrato sobre la consagración de la nada en sí pasa por la resistencia que ofrece el sonido, concebido como una naturaleza de primer orden. Asignarle una significación a la batalla sonora entre los grillos y Wagner es tomar un camino incierto, pero la evidencia de que se instiga una confrontación entre los sonidos y la referencia operística es innegable.

Probablemente, a Friedrich Nietzsche le hubiera gustado constatar el fracaso de este emprendimiento reaccionario al mando de su hermana, pero apenas dos años luego de la fundación de la colonia sufrió su famoso colapso mental. De todos modos, del siglo XIX al XXI se ha aprendido a desdeñar enfáticamente las filosofías que enaltecen la pureza y la superioridad de una raza.

Foto: Beckermann y Sigg (foto de portada); Lamaland (Teil 1)

Roger Koza / Copyleft 2018