PASANDO LISTA: UNA MIRADA SOBRE LAS DIEZ DE VALDIVIA

PASANDO LISTA: UNA MIRADA SOBRE LAS DIEZ DE VALDIVIA

por - El canon internacional, Festivales, Varios
04 Sep, 2013 02:32 | comentarios
santiago5

Santiago

Por Nicolás Prividera

Siguiendo a la fallida encuesta de Sight&Sound, el festival de Valdivia se propuso hacer la que podría haber sido una contralista de mejores películas del cine latinoamericano de los últimos veinte años. Pidieron entonces a representantes  de varios festivales (Bafici, Ficunam, TransCinema, Habana, Fidocs, etc).que enviaran un listado de diez films, con la condición de que no hubiese más de dos films por país (pero que debía haber al menos un film chileno…). Veamos el resultado, y luego algunas breves consideraciones críticas:

1- Whisky (2004) Pablo Stoll-Juan Pablo Rebella, Uruguay
2- Luz silenciosa (2007) Carlos Reygadas, México
3- Santiago (2007) João Moreira Salles, Brasil
4- La libertad (2001) Lisandro Alonso, Argentina
5- La ciénaga (2001) Lucrecia Martel, Argentina
6- Historias extraordinarias (2008) Mariano Llinás, Argentina
7- Un tigre de papel (2007) Luis Ospina, Colombia
8- Hamaca paraguaya (2006) Paz Encina, Paraguay
9- Silvia Prieto (1999) Martin Rejtman, Argentina
10- Aquí se construye (2000) Ignacio Agüero, Chile

En principio, hay que decir que la metodología es problemática per se, y da cuenta de lo mal que se lleva el método estadístico con las elecciones estéticas: como dice Javier Porta Fouz, “al limitar el voto a dos por país en una lista de 10, se ven beneficiadas las películas de los países con menos producción elegible” (esto da como resultado que una película amable pero menor como Whisky encabece la lista). Así, el gesto de amplitud (al convocar participantes de varios países) termina dando un resultado aún más parcial que si se hubiera permitido un voto irrestricto… Y no se trata de que seguramente ese puesto hubiera sido para alguna de las argentinas: dejando todo chauvinismo de lado (esperemos que alguien se tome la molestia de hacer los cómputos por festival, para ver si favorecieron títulos propios en los primeros puestos), se trata justamente de que la lista (al menos en sus primeros 10 puestos…) no da cuenta de la complejidad del cine de la región. Es decir, no expresa la voluntad de apartarse “lo más posible del canon”. Y para peor, tampoco como canon es totalmente convincente…

UnknownPorque ni siquiera se podría decir que la única película que representa a cada uno de los seis países restantes sea la “más” representativa (salvo el caso de Hamaca paraguaya, donde el adjetivo “única” es casi literal): Luz silenciosa es tal vez lo mejor de Reygadas, pero representa más el “estilo internacional” que al cine mexicano. Y el caso más curioso es precisamente el del cine chileno (y lo digo con todo lo que defiendo al cine documental, y todo el aprecio que tengo por Agüero): sabiendo que en este momento es el cine más notable de la región, es extraña –y significativa– la elección de un cineasta de otra generación (lo que sólo se explica por la rendición ante el canon…)

En el caso del cine argentino, si bien es claro que los votos se dispersaron entre muchos títulos, el resultado no es tan inesperado (si bien se extraña la ausencia de Bielinsky), y a la vez da cuenta de su diversidad. Es decir: se trata de films canonizados, y a la vez muy distintos entre sí (cada uno representa una cierta tendencia del cine argentino). Lo curioso es que la mejor película argentina ni siquiera encabece las de su país (y para quien esto escribe, La ciénaga encabeza cualquier lista). O –y esto vale para toda la lista– que las elecciones parezcan responder a una canonización que ni siquiera la obra posterior de un director viene a inquietar (para seguir con el ejemplo argentino: nunca entenderé la elección de Silvia Prieto antes que Los guantes mágicos –película superadora de la anterior en todo sentido–, salvo como un efecto del puro culto acrítico).

En fin: se podrían decir muchas más cosas, y esperemos se digan cuando se conozcan todos los votos. Por mi parte, no voy a proponer mi propia lista porque he visto una ínfima parte de la producción latinoamericana, y no haría más que repetir el fácil consenso contra el que suelo luchar… Lo único que puedo decir es que me alegró ver tan reconocida una película como Santiago: no sólo por ser un documental (“género” usualmente dejado de lado, como en esta misma lista se puede comprobar, visto que hasta uno de los tres elegidos es un fake…), sino por ser un film que problematiza lo que gran parte del cine latinoamericano naturaliza (incluidas varias de las películas de esta lista): la mirada (de clase, claro) sobre el otro.

Nicolás Prividera / Copyleft 2013