FESTIVAL INTERNACIONAL PACHAMAMA-CINE DE FRONTERA 2018

FESTIVAL INTERNACIONAL PACHAMAMA-CINE DE FRONTERA 2018

por - Festivales
20 Dic, 2018 11:35 | Sin comentarios
La autora de la nota asistió a la última edición del Festival Internacional Pachama-Cine de Frontera en carácter de jurado. En esta nota repasa algunas películas y el contexto del festival.

UN FESTIVAL QUE RESISTE

El Festival Internacional Pachamama- Cine de Frontera se desarrolló este año a fines de noviembre en la ciudad de Rio Branco, Acre, Brasil. En su novena edición, su director Sergio de Carvalho y el alma mater de la muestra Marcelo Cordero, junto con su curador principal Sebastián Morales, diseñaron y construyeron un festival donde tanto las películas en todas sus secciones, como las actividades pedagógicas y recreativas estuvieron atravesadas por una mirada fuertemente política.

Urgente y necesaria, esta muestra da cuenta del difícil momento en el que se encuentra Brasil, sobre todo la zona del Amazonia (donde se ubica el Estado de Acre) no solo por la llegada reciente de Jair Bolsonaro, sino por los años de fracasos económicos, educativos, de gestión, de administración que llevaron a una desidia moral extrema que olvida al pueblo, que lo relega a una zona donde la inseguridad, la pobreza, el abandono se hacen tan visibles que duele verlos.

Sin duda, hecho a pulmón y atravesados por la pasión al cine y al conocimiento, sus integrantes – todos, desde el director hasta la producción y demás- el festival intenta mantener la tradición, el ser nacional y sobre todo conservar la dignidad de los hombres de acceder a la cultura y al conocimiento. Derribar las barreras que separan a los hombres resguardando su identidad y respetando su voz propia es uno de los objetivos del equipo que conforma este festival a lo largo de nueve años.

Llama la atención positivamente el modo natural en que el festival integra a los indígenas del lugar, habitantes eternos de un espacio complejo. Una ciudad atravesada por un río, donde la lluvia es habitual, donde las condiciones de vida son difíciles, es el contexto natural de estos habitantes. Los indígenas no solo participaron del evento, sino que además son homenajeados en su carácter de verdaderos nativos de la zona. Un corpus de películas seleccionadas por el festival dio cuenta de su presencia, poniendo de manifiesto su pertenencia, su idiosincrasia y su particular modo de ver el mundo.

Hablando ahora específicamente de cine, la muestra principal de largometrajes de la que fui uno de los jurados junto con Fernanda Pessoa y Alfredro Manevy  (a los que agradezco la gentileza, la amabilidad y las cervezas compartidas en interesantes deliberaciones sobre cine) tratamos de rescatar aquello que el festival pondera en primer lugar: una mirada política que no deje de hacerse cargo de una estética que la acompañe de manera coherente.

Uno de los grandes aciertos de la dirección artística y de la curaduría de la muestra es la selección de películas atravesadas por una misma idea: la política en todas sus manifestaciones, que en algunos casos fue abiertamente ilustrada como sucede en Cómo matar a tu presidente de Ernesto Flores, película de Bolivia, o en Algo quema de Mauricio Alfredo Ovando, también de Bolivia. Incluso la película de apertura, Excelentíssimos, del brasilero Douglas Duarte, es una evidencia de la agenda del festival, pues se trata  de un documental fuerte en su contenido donde las relaciones de poder se desvisten de manera explícita narrando cómo Dilma Roussef debió dejar su cargo de presidente. Evidentemente con este documental se sientan las bases de toda la muestra, cuestión que siempre debe tenerse en cuenta: la importancia de la película de apertura y lo que ella genera.

Desde Argentina desembarcaron Buenos Aires al Pacífico, de  Mariano Donoso y también El día que resistía de Alessia Chiesa.  En ambas puede leerse como la política las atraviesa, y como asimismo afecta la vida familiar, social, territorial, espacial. El modo en que estas dos películas muestran los efectos de la política sobre la vida cotidiana de los hombres es realmente magistral y a la vez devastador. Tanto Donoso como Chiessa saben darles sonoridad a los silencios, trabajar de manera inteligente con el fuera de campo y construir una puesta en escena nunca exenta de belleza y constituirla a su vez como un gesto único de resistencia.

En estas cinco películas mencionadas resultó muy extrema la presencia de las decisiones políticas que diseñan la vida de los pueblos, no solo la de sus hombres y de sus mujeres, sino también las que definen sus territorios. Todos estos films revisan un pasado histórico que de tan presente aún duele y a la vez estimulan a una alerta permanente.

Cabe destacar que todas las películas seleccionadas no se distinguieron entre ficciones y documentales, una buena decisión sobre todo a la hora de pensar en la lábil frontera entre estas dos formas de hacer cine. Desde hace varios años, la realidad es tan densa que le come los talones a la ficción y esta de algún modo conduce las ideas de un modo más amable sin dejar de perder la fuerza del realismo.

Tanto Inferninho de Guto Parente y Pedro Diógenes, como Os sonâmbulos de Tiago Mata Machado, ambas de Brasil, así como la chilena Tierra sola, de Tiziana Panizza, conforman pequeños universos donde la importancia de los cuerpos – como presencias micropolíticos- es central. Esos son los cuerpos que conforman las esferas políticas y privadas de nuestras vidas. En estas películas se relevan personajes marginales que buscan y a veces encuentran su lugar en el mundo y que de algún modo pueden sobrevivir en esta difícil cotidianidad.

La única película que de algún modo se alejó del eje deliberadamente político es Introducción a la oscuridad, de Gastón Solnicki, una coproducción entre Argentina y Austria. En este caso la mirada política se soslaya por un fuerte amor al cine (que no deja de ser un gesto político, aunque en otro sentido de lo mencionado con anterioridad), por la atracción de la figura de uno de sus mejores gestores como fue el gran programador Hans Hurch. La película destila emotividad y a la vez Solnicki salda una deuda con su maestro, declarándolo entre susurros como su padre en el terreno del cine.

El festival es valioso en sí mismo, todas las películas, incluso las de las muestras paralelas revistieron interés. Y a la vez es valioso para toda la comunidad y la de otras zonas aledañas, pues el festival es pura y necesaria resistencia cultural y política.

*Fotogramas: 1) Inferninho; 2) Póster de la edición; 3) Buenos Aires al Pacífico. 

(Aquí se puede apreciar todos los films ganadores)

Marcela Gamberini / Copyleft 2018

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