OSCAR 2009: EL DÍA QUE AMÉRICA CONQUISTÓ INDIA

OSCAR 2009: EL DÍA QUE AMÉRICA CONQUISTÓ INDIA

por - Varios
25 Feb, 2009 01:18 | Sin comentarios

Por Roger Alan Koza

Los primeros minutos de esa ceremonia casi cósmica llamada la noche de los Oscar fueron secretamente medulares. Sin duda, Hugh Jackman, como maestro de ceremonia, demostró que además de ser un galán y un actor es también un muy buen bailarín y cantante. Su primera intervención fue precisa: hay una crisis; la respuesta holística de toda la noche: hay una industria firme.

El aplastante triunfo de Slumdog Millionaire (¿Quién quiere ser millonario?) sobre El curioso caso de Benjamin Button no debe ser leído como un llamado a la diversidad cultural y un modelo de producción más barato. Sin duda, el filme de Boyle costó menos que el de Fincher, pero poco tiene que ver su consagración con un gesto de curiosidad respecto de cómo se vive en otros lados del mundo. Más bien lo contrario: India, el país más religioso del mundo, ahora sí, se entrega completamente al Capitalismo. ¿No son esos planos generales de Calcuta, Benarés, Bombay (en donde todos, renunciantes, brahmanes, sirvientes, gozan del triunfo de un joven que deviene en millonario en un programa televisivo de preguntas y respuestas) la verificación del éxito de un modelo socioeconómico? En efecto, la neocolonialista Slumdog Millionaire no solamente estetiza y despolitiza la miseria india mientras la convierte en espectáculo, sino que también promueve, secretamente, un orden del mundo en donde la fortuna es la única esperanza del desposeído. Ni la pobreza ni la riqueza «están escritas en el destino», como se sugiere en la película; ambas son efectos de un sistema económico específico. Así, el tufillo imperialista resonaba en las palabras del Sr. Colson, productor del filme, rodeado por miembros del elenco: «Estoy muy feliz de que estos niños oscuros, cuyos nombres no recuerdo, puedan estar acá».

 Los dos Oscar para Milk (guión original e interpretación masculina), la película sobre Harvey Milk, el primer político americano abiertamente gay que accediera a un cargo, sí tienen una connotación evidente: la reciente votación desfavorable en el estado de California respecto de los derechos de los homosexuales a contraer matrimonio. Sean Penn fue muy locuaz y agradeció a los miembros de la academia que «simpatizan con comunistas y gays». El legítimo valor político de Milk, sin embargo, no la convierte en la mejor película de Gus van Sant, su director.

Pero Hollywood tiene sus límites: ignoró olímpicamente a una de las mejores películas del 2008: Waltz for Bashir, de Ari Folman, un documental animado sobre la guerra del Líbano de 1982, cuya pertinencia contemporánea es ostensible, como también prefirió desestimar la poderosa Trouble the Water, una película en donde el huracán Katrina no queda en fuera de campo como en la mediocre El curioso caso de Benjamin Button. En los rubros en los que competían ganaron otras películas. Y es lógico: el cine que interroga al mundo, el cine que hace visibles sus injusticias y sus esperanzas, va más allá de la lógica del espectáculo.

FOTOS: 1) fotograma de Slumdog Millionaire; 2) Slumdog millionaire recibe el premio mayor. 

 Este artículo fue publicado con otro título por el diario La voz del Interior en el mes de febrero 2009.

Copyleft 2009 / Roger Alan Koza