MOTIVOS PARA NO ENAMORARSE

MOTIVOS PARA NO ENAMORARSE

por - Críticas
10 Sep, 2008 04:21 | Sin comentarios

**** Obra maestra  ***hay que verla  ** Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

Por Roger Alan Koza

EL AMOR ES UN LUGAR COMÚN

 

Motivos para no enamorarse, Argentina, 2008.

Dirigida por Mariano Mucci. Escrita por Laura Gargarella.

*Tiene un rasgo redimible

Después de El boquete, un film cuyo grotesco no lograba combinarse con su rústica sociología, la segunda comedia romántica argentina exitosa del año al menos intuye que la vida amorosa no está disociada del contexto social, una excepción narrativa para un género concebido hoy como mera distracción sentimental.

Hay una nueva fórmula que parece funcionar en el cine argentino y convoca al público: la comedia romántica protagonizada por intérpretes solventes, algunos asociados a la televisión, dirigida por realizadores que reconocen la diferencia de naturaleza entre el cine y la TV. No se trata ni de un «producto popular», ni de un cine para entendidos. La nueva comedia romántica nacional (a la norteamericana) es una puerta abierta para muchos públicos posibles.

Los primeros minutos de Motivos para no enamorarse  prometen: una joven de 25 años, Clara, no tiene otro proyecto que el de encontrar un verdadero amor. Sus novios podrán ser escritores, músicos, deportistas, pero todos, sin excepción, son narcisistas. En esta generación de Clara el Yo es un artículo de fe, un punto de partida poco utópico para constituir un vínculo que trascienda el mero encamarse. Entre tantos intentos, sin mucha convicción, le da crédito a un candidato al que conoce en un levante, un verdadero banana argentino. Previsible, Clara, quien comparte una vivienda con una amiga, quedará sin casa y sin novio.

A la precariedad de la vida sentimental, se le suma la precariedad ocupacional. Clara trabaja en un call center, un empleo prototípico del desamparo vocacional y la usura laboral. En ese contexto, conocerá a Teo, un viudo cincuentón de buena posición y sin hijos, de profesión desconocida, quizás artista, obsesivo, ligeramente suicida, cuya única compañía hogareña es una tortuga y su único pasatiempo se circunscribe a jugar al ajedrez con sus congéneres generacionales. Por azar, Clara y Teo se conocerán, incluso vivirán juntos sin saberse enamorados, y, lógicamente, habrán de tener que superar la única asimetría ostensible: la diferencia de edad.

A diferencia de Un novio para mi mujer, una película casi aceptable (y formalmente más ambiciosa), cuya trama parece desarrollarse en el limbo, este filme de Mucci tiene el mérito de intuir que la vida amorosa no es ajena al contexto social e histórico en el que los personajes habitan. Los planos generales y en picado del call center otorgan visibilidad a un universo impío y embustero, en el que los vendedores fingen estar en Barcelona mientras seducen, con «actitud positiva», a sus clientes con productos inmaculados. Teo le dirá más tarde a Clara: «Hay vida más allá del call center», aunque Mucci y su guionista no advierten que a veces no hay trabajo más allá del call center.

Si bien Motivos para no enamorarse sugiere que el amor entre quienes tienen edades muy dispares no es una novedad (aquí la cita culta alude a un romance decimonónico, Camile Claudel y Rodin), la película sí insinúa una hipótesis atendible: en nuestro presente, el encuentro amoroso entre gente cronológicamente dispar se sustrae de los lugares comunes propios de las parejas que pertenecen a una misma generación.

El problema de Motivos para no enamorarse  es su demagogia formal y su corrección narrativa; así, los lugares comunes van fagocitando un material noble. Secuencias musicalizadas, no muy lejos del clip, varios planos acelerados, subrayados excesivos (como el de la niña que juega a la rayuela), podrán facilitar la identificación del público pero mutilan la libertad de la película. Son los motivos para no enamorarse, aunque sí se pueda ver.

 Copyleft 2000-2008 / Roger Alan Koza

Esta crítica fue publicada con algunas modificaciones durante el mes de septiembre por el diario La Voz del Interior de la provincia de Córdoba.