LOS OLVIDADOS: GEORGE STEVENS

LOS OLVIDADOS: GEORGE STEVENS

por - Columnas
25 Oct, 2021 11:27 | Sin comentarios
A veces los "olvidados" son justamente recordados por lo que se debería olvidar. He aquí un caso.

Otro caso paradójico el de George Stevens; reconocido por las obras de su última etapa, El desconocido, un western para quienes no gustan del género, Gigante, un mediocre vehículo para un insoportable James Dean o La historia más grande jamás contada, un poco digerible mamotreto religioso, versión Hollywood, mientras que la mayoría de sus obras más valiosas están totalmente olvidadas. 

Nacido en 1904 en Oakland, California, hijo de actores, Stevens debutó a los cinco años en el teatro en la compañía de su padre. Su ingreso en el mundo del cine se produjo en la Universal en 1921 como asistente de cámara. En 1927, su contacto con el productor Hal Roach le permitió trabajar como cameraman en varios cortos de Stan Laurel y Oliver Hardy y en 1930 Roach le asignó la dirección de varios capítulos de la comedia The Boy Friend. En 1932 paso a la RKO, donde dirigió algunos cortos, debutando en el largometraje en 1933. Tras varias comedias rutinarias, Stevens logró su primer éxito con La mujer que supo amar (1935), con una deslumbrante Katharine Hepburn, y a partir de allí su carrera –más allá de algunos altibajos- dio lugar a varias obras de gran interés en diversos géneros (comedia, musicales, melodramas, aventuras). Durante la guerra sirvió en el Cuerpo de Señales de la Armada y fue responsable de la filmación de la liberación de Dinamarca y la del campo de concentración de Dachau. En los años 50 alcanzó la fama con los Oscars obtenidos por Ambiciones que matan (1951), un premio merecido aunque algunos críticos así no lo crean y el mucho más discutible de Gigante (1955). En los años 60 profundizó su declinación, retirándose de la pantalla en 1970. George Stevens falleció en 1975 en California de un ataque al corazón.

A diferencia de otros directores, inclusive superiores a él, George Stevens tuvo un reconocimiento del establishment crítico aunque, lamentablemente, fue por las películas que realizó en los últimos años de su carrera, las menos relevantes de su filmografía. También se diferenció de otros directores en cuanto a que su obra fue bastante más acotada y si en las primeras dos décadas fue relativamente prolífica, entre 1955 y 1970, año de su retiro dirigió apenas cuatro películas. Es probable que esa escasez tenga que ver con el perfeccionismo que se le atribuía, un rasgo que no necesariamente mejora la obra de un director (y este caso es un buen ejemplo). Pero si se habla del período más valioso de su obra hay que señalar algunos rasgos característicos de sus films,. El primero sería la meticulosidad y precisión de su puesta en escena y su gusto por la observación de pequeños detalles que definen a personajes y situaciones. Otro elemento a destacar es su notable dirección de actores (nada menos que 16 de sus protagonistas fueron nominados al Oscar). Y conviene señalar también su efectivo uso de la profundidad de campo en algunos de sus films, mientras que en otros predominan los planos cortos que tienen que ver con la situación opresión o angustia que viven sus personajes Y en otras películas, vg, Ambiciones que matan, consigue dotar de una intensa dramaticidad a sus close up. Y conviene también señalar la religiosidad que impregna varios de sus films, en algunos casos explícita y en otros expuesta de una manera más oblicua. Y es innegable además, que sus años de aprendizaje junto a a Stan Laurel y Oliver Hardy le otorgan a sus comedias un notable timing, alternando escenas muy ligadas a la screwball comedy con pasajes en que el uso de los silencios le otorga un particular ritmo a sus relatos. Lo cierto es que, entre 1935 y 1952, George Stevens realizó películas que están entre las más destacadas de cada género que abordó (Tres contra la ciudad en las comedias, Swing Time en el musical, Gunga Din dentro del film de aventuras). Pasemos entonces a recomendar varias de las películas realizadas por el director en aquel fructífero período.

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LA MUJER QUE SUPO AMAR (Alice Adams, 1935) fue el primer título exitoso del director y está ambientado en un pequeño poblado; presenta un potente personaje femenino, brillantemente interpretado por Katharine Hepburn. Si bien el film, a primera vista, parece una comedia con toques dramáticos, en realidad pertenece al subgénero “americana” que detalla la conducta de diversos personajes dentro de un determinado ámbito.

RITMO LOCO (Swing Time, 1937). Fred Astaire y Ginger Rogers protagonizaron una serie de films en los que la permanente elegancia de él y el sex-appeal con un toque de vulgaridad de ella conseguían una química formidable. Esta es posiblemente la mejor película de la dupla, con varios números memorables como el que Astaire desarrolla disfrazado de negro y varias canciones inolvidables.

GUNGA DIN, 1939 es la mejor adaptación de los varios relatos de Rudyard Kipling llevados al cine, dentro de la que se podrían llamar films de “aventuras coloniales”. Si bien el tono reaccionario del escritor no deja de estar presente, la película es un relato vibrante con grandes pasajes de acción y un ritmo narrativo que no decae en ningún momento.

LA MUJER DEL AÑO (Woman of the Year, 1941) es otro ejemplo de notable química entre dos actores, en este caso Spencer Tracy y Katharine Hepburn, en el que fuera su primer trabajo conjunto. Él es un cronista de eventos deportivos y ella una influyente comentarista política y la atracción-rechazo entre ambos es permanente. Memorable la escena en que Katharine intenta cocinar y él la observa sin que ella lo perciba.

LA CANCION DEL RECUERDO (Penny Serenade, 1941) se mete en un tema riesgoso, el de la adopción, con alguna situación melodramática incluida. De todos modos, lo que podría haber sido un lacrimógeno folletín, gracias a la pericia narrativa del director y su adecuada delineación de caracteres, se convierte en una sobria y efectiva comedia dramática.

TRES CONTRA LA CIUDAD (The Talk of the Town, 1942) es una brillante comedia “seria” en la que un hombre injustamente acusado de asesinato se refugia en la casa de una amiga de la infancia, sin saber que llegará como inquilino un notorio abogado que desconoce la situación. La precisa interrelación entre los personajes  y el notable trío interpretativo (Cary Grant, Jean Arthur y Ronald Colman) convierten al film en un notable exponente del género.

EL AMOR LLAMO DOS VECES (The More, the Merrior, 1943), está más encuadrada dentro de la comedia screwball, y en ella un funcionario que no encuentra donde vivir consigue que una muchacha lo tome como inquilino, pero las cosas se complican cuando otro hombre llega al lugar. Un film de un ritmo narrativo vertiginoso y un notable timing y que confirma a Jean Arthur como una notable comediante.

RECUERDOS DE MI MADRE (I Remember Mama, 1948) es un nostálgico retrato de la saga de una familia de inmigrantes noruegos ambientada a principios del siglo XX. El film está rigurosamente filmado a través de planos cortos y cuenta con una extensa secuencia memorable, la de la muerte de uno de los integrantes de la familia. Irene Dunne brilla como la madre del título.

AMBICIONES QUE MATAN (A Place in the Sun, 1951) es una adaptación de la novela de Theodor Dreiser Una tragedia americana y es una mirada bastante desolada sobre el american dream, centrada en un muchacho de origen pobre que se ve envuelto en una doble relación, con una compañera de trabajo y con una rica heredera, algo que lo llevará a una inevitable autodestrucción.

EL DIARIO DE ANA FRANK (The Diary of Anne Frank, 1959) tiene una buena cantidad de minutos demás, porque en varios pasajes cae en la teatralidad  y ofrece algunas resoluciones visuales arcaicas, pero en sus mejores momentos este relato acerca de dos familias judías y otra persona que viven durante más de dos años en un ático durante la ocupación nazi trasmite con intensidad un clima opresivo y angustiante.                                                                          

Jorge García / Copyleft 2021