LAS PELÍCULAS DEL BAFICI 2017: VARIEDADES CORDOBESAS

LAS PELÍCULAS DEL BAFICI 2017: VARIEDADES CORDOBESAS

por - Festivales
21 Abr, 2017 04:15 | Sin comentarios
El cine cordobés contemporáneo empieza a diversificarse en sus propuéstas estéticas y temáticas; una buena señal. ¿El final de películas sobre adolescentes? En el Bafici, al menos, se puede ver una tendencia divergente.

La repetición de una evidencia: todos los años hay títulos del cine cordobés que se estrenan en el Bafici. ¿A qué se debe? A que en nuestra provincia se siguen haciendo películas y a que la mayoría son buenas.

En esta decimonovena edición del festival, hay cinco largometrajes de directores cordobeses. El pampero, de Matías Luchessi, poco tiene que ver en esta ocasión con el universo cordobés, pero nadie puede negar que el director de Ciencias naturales ha nacido aquí. Su prometedora segunda película, interpretada por Julio Chávez, participa de la competencia argentina, como también sucede con Otra madre, de Mariano Luque, y Fin de semana, de Moroco Colman.

Fin de semana es un drama seco sobre el reencuentro de una madre con su hija adolescente tardía y también un film sobre un duelo: el padre de la joven protagonista ha muerto. Colman expresa una gran firmeza para trabajar sobre las capas emocionales de sus personajes sin poner el peso en la palabra para expresar los sentimientos. Son los colores, los sonidos y los gestos los que transmiten un estado anímico. Darle con todo a una batería en la mañana sintetiza mejor la bronca de una pérdida irreparable. Colman, además, ha sabido mostrar la ciudad de Carlos Paz sin la habitual trivialidad con la que se la vende.

Otra madre es muy diferente al film de Colman. Luque se preocupa en su segundo largometraje del lugar social de las madres, sobre todo de aquellas que tienen en sus espaldas tanto la crianza como la manutención. A partir de un personaje interpretado por Mara Santucho, una madre demasiado joven, Luque ingresa en un orbe femenino de clase media trabajadora y espía una cotidianidad de pocas satisfacciones y grandes esfuerzos. En dos o tres momentos, Luque se despega del mero retrato e incorpora una dimensión onírica y también un viaje en el tiempo, giros narrativos en los que se corrobora su talento.

La película de Manuel, de Lucas Damino y Sebastián Menegaz, tiene un protagonista enigmático: Manuel Wayar. Este hombre que suele trabajar como albañil especializado tiene una segunda vida vinculada al cine y a otras insólitas actividades culturales (espectáculos musicales, intervenciones e instalaciones, obras de teatro). La propia película sugiere una lectura posible a través de una cantidad de palabras que cada tanto aparecen impresas en el plano con una doble y heterogénea definición de su sentido. Manuel es siempre más que él mismo; definirlo resulta casi imposible. Este film, que pertenece a la tradición del retrato crudo y directo de Germán Scelso, cuenta con varias secuencias sorprendentes y es parte de la competencia latinoamericana.

Por último, La mirada escrita, de Nicolás Abello, se verá en la sección “Hacerse grande”. Lo amateur de este thriller sobre un asesino de mujeres no impide reconocer que hay un verdadero director detrás de cámara y que si algún día cuenta con los medios que necesita, tendremos en él a un cineasta de peso. En este film, además, la cantante Gabriela Beltramino despunta como una criatura nacida para la pantalla grande.

* Este texto fue publicado por el diario La voz del interior en el mes de abril 2017

*  Fotogramas: Fin de semana en el encabezado; La película de Manuel en el inicio.

Roger Koza / Copyleft 2017

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