LAS HIERBAS SALVAJES

LAS HIERBAS SALVAJES

por - Críticas
09 Dic, 2010 02:50 | comentarios

**** Obra maestra  ***Hay que verla  **Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

Por Roger Alan Koza

LOS VUELOS DE UN OCTOGENARIO

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Las hierbas salvajes / Les herbes folles, Francia, 2009

Dirigida porAlain Resnais. Escrita por Alex Réval y Laurent Herbiet.

****Obra maestra

Una de las grandes películas del año, cuya ligereza puede confundir a más de uno y no percibir, por lo tanto, una obra compleja, libre y absolutamente genial.

La vejez es un estadio en el que un artista puede alcanzar una libertad soberana. A sus 87 años, Resnais demuestra por qué, hace más de medio siglo, es un cineasta fundamental. Moderno, lúdico, declaradamente formalista, y un surrealista anacrónico, Resnais, que ya está preparando su próxima película, puede en Las hierbas salvajes transitar magistralmente la comedia romántica, el thriller, el drama y hasta insinuar un musical, siempre con una fluidez admirable.

El origen literario de Las hierbas salvajes (está basada en la novela El incidente, de Christian Gailly) sólo podrá asociarse a una voz en off capaz de describir sin exactitud lo que sucede en la película como también de interpretar los pensamientos de los protagonistas. El resto del filme es puro cine. Así, el plano inicial, literariamente inconcebible, es un misterioso travelling hacia adelante. La cámara se dirige hacia un agujero en una construcción abandonada. Luego, sobrevolará a ras del suelo la hierba salvaje que crece en el pavimento. Es una metáfora del encuentro azaroso entre dos sujetos y un amor cuyo destino más certero podría ser el fracaso. Pero no aquí, pues en el cine, o más bien a la salida, “nada nos sorprende. Todo es posible”.

El robo de una cartera y la devolución de una billetera serán los lazos materiales que unirán a Marguerite y a Georges. Ella, dentista y soltera; él, casado con hijos, y quizás un sobreviviente de alguna crisis devastadora, al menos a juzgar por su conducta por momentos delirante. Estos cincuentones poseen una pasión en común: la aviación. Poco importa si el romance prosperará, pues en este retrato del amour fou la asociación libre es la regla, lo que importa es volar. La cartera vuela, la cámara también, y el vuelo concreto del desenlace llevará a una resolución narrativa que parece un koan del Zen.

Si Corazones era secretamente un filme sobre la nieve, Las hierbas salvajes es oblicuamente un tratado sobre el color. Las luces de neón de una sala de cine, un momento sublime y cinéfilo, son imborrables. El resto es puro Resnais: hacer visible cómo funciona nuestro órgano pensante. Sus planos son materializaciones perfectas de cómo pensamos.

Esta crítica fue publicada en el mes de agosto 2010 por La voz del interior.

Roger Alan Koza / Copyleft 2010