LA ESTÉTICA DEL COLESTEROL

LA ESTÉTICA DEL COLESTEROL

por - Ensayos
14 Mar, 2023 04:43 | Sin comentarios
No es una crítica, sí una apreciación general de La ballena de Darren Aronofsky.

Las acusaciones son varias. La más conocida: The Whale es una película gordofóbica. Quien devora, quien deglute una pizza completa como si fuera un caramelo o quien se traga un sándwich hasta atorarse merece sufrir. La obesidad es así un drama psicológico, y en el caso de la película de Darren Aronofsky está signado por una relación culposa entre el exceso dietético y un amor homosexual. El profesor de lengua que interpreta el gran Brendan Fraser ha abandonado a su mujer y a su hija por un hombre. El tema excluyente es acá la redención del personaje antes de morir, es decir, el reencuentro con su hija.

La segunda impugnación sobre el inflado film del señor Aronofsky recae en su inhabilidad para diluir el origen teatral de la puesta en escena. Que una película se ciña al living de una casa como principal escenario no significa que la puesta de cámara esté condenada a una situación de teatralidad. Conjurar el teatro por primerísimos planos o algún que otro flashback a orillas del mar no es un método infalible. Se puede filmar en un espacio reducido sin apelar a los cambios de perspectiva y escala de planos para hacer una película, y se puede evitar el registro óptico y sonoro mimético de la percepción que se tiene ante una obra de teatro. 

El gran problema de la película recae en una aseveración constante en la boca del personaje de Fraser: ser honestos y personales en la escritura. Eso predica cuando se dirige a los estudiantes que asisten a sus clases online. Esa virtud que exige el personaje es desatendida constantemente por el propio Aronofsky, quien incurre en todos los mecanismos de manipulación con los que se puede hacer emocionar sin ningún esmero, aprovechando la saturada codificación sentimental del cine de Hollywood. En ese sentido, los excesos de música, los primeros planos en situaciones catárticas, el cambio de luz en una escena clave y los personajes propensos a ser más estereotipos que individuos es el equivalente al colesterol en un cuerpo. La saturación estética de la que padece la película no se disimula citando a Herman Melville. Ni la sensibilidad de Fraser alcanza para desmentir la puerilidad que acecha desde el minuto uno.

*Comisionado y publicado por La Voz del Interior en el mes de marzo 2023.

Roger Koza / Copyleft 2023