LA COLUMNA DE JORGE GARCÍA (04): CINE AMERICANO: AYER Y HOY

LA COLUMNA DE JORGE GARCÍA (04): CINE AMERICANO: AYER Y HOY

por - La columna de JG, Varios
18 Ene, 2012 05:28 | comentarios

Samuel Fuller

Por  Jorge García

Para muchos críticos y cinéfilos veteranos –como es el caso de quien esto escribe- uno de los procesos más lamentables que se ha producido dentro de la cinematografía mundial en las últimas décadas es la degradación de la calidad del cine norteamericano. Si se me pidiera hoy una lista de las mejores películas producidas en Hollywood a lo largo de la historia, la proporción entre las realizadas antes de 1970 y las rodadas a posteriori de esa fecha sería alrededor de 10 a 1 a favor de las primeras. Y no hablemos si el requerimiento fuera acerca de directores. ¿Qué realizadores actuales podrían compartir una lista con John Ford, Howard Hawks, Raoul Walsh, Orson Welles, Buster Keaton, Frank Borzage, Nicholas Ray o Samuel Fuller, y esto sólo nombrando a cineastas nacidos en los Estados Unidos? Hoy muchos críticos jóvenes consideran al cine norteamericano actual como el mejor del mundo; si se establece una relación entre la cantidad y la calidad de esas producciones, mi opinión es absolutamente contraria, ya que creo que es uno de los peores. Vayan estos desordenados y muy incompletos apuntes para intentar establecer algunas de las razones de esas diferencias.

NARRACIÓN. El cine americano de la época de oro enganchaba al espectador desde el plano inicial (ver Los sobornados, 1953, Fritz Lang) y luego desarrollaba una narración fluida en la que la cámara (salvo casos puntuales como el de Welles) no se notaba porque siempre estaba donde tenía que estar y el montaje (otra vez con la excepción de Welles) era prácticamente invisible. Era eso posiblemente lo que producía lo que el recordado Rodrigo Tarruella llamaba “poder hipnótico” de ese cine. A ello hay que sumarle la presencia de personajes que casi siempre se definían por sus acciones y no por explicaciones psicológicas, algo que le otorgaba al relato una rotunda visceralidad. En las producciones actuales (y soy consciente de que generalizo) la narración rara vez resulta fluida, abundan los inútiles movimientos de cámara y los personajes en muchos casos resultan escasamente creíbles en sus comportamientos (mucho menos a partir de las explicaciones que se dan de esas conductas). Y aquel placentero clasicismo narrativo hoy sólo se puede apreciar ocasionalmente en algún veterano como Clint Eastwood. Además –y esto es una cuestión personal- me gustaría que alguna película americana actual no terminara con una canción sobre los títulos finales.

GÉNEROS. Uno de los rasgos definitorios del cine americano clásico fue la proliferación de los géneros. Es así que hubo abundancia de grandes películas tanto dentro del melodrama, como del western, en el musical y el cine negro, en las comedias y las películas de acción y aventuras. Con el agregado que varios de esos géneros (western, musical, cine negro) fueron específicamente americanos. Desde hace varias décadas se asiste a la progresiva extinción del cine genérico, con el agravante de que cuando se intenta reflotarlo los resultados son (con puntuales excepciones) generalmente penosos. Y  las millonarias parafernalias de efectos especiales no consiguen mejores resultados que lo que se hacía con muchos menos recursos (comparar, vg, El hombre increíble, de Jack Arnold con cualquier producción actual de ciencia ficción). Sólo sobreviven las comedias románticas de escaso vuelo y los dramas domésticos de baja intensidad. Desde ya que aparecen ocasionalmente algunos títulos valiosos, pero su proporción es ínfima respecto del total.

AUTORES. Hoy casi nadie defiende la teoría del autor cinematográfico, aunque personalmente creo que sigue estando vigente. Entendiendo esa teoría como la presencia de una serie de constantes estilísticas y temáticas que dan lugar a un visión del mundo personal, en el cine clásico americano aparecen una gran cantidad de directores a los que se puede encuadrar sin dificultades en esa categoría (para lanzar algunos nombres, Ford, Hawks, Hitchcock, Welles, Lang, Lubitsch, Minnelli, Sirk, Borzage, Anthony Mann, Preminger), con una obra abundante y compacta. ¿A qué directores del cine norteamericano actual se los podría encuadrar como autores? Tengo la esperanza que nadie responda con el nombre de un importante empresario como Steven Spielberg. Hay algunos realizadores que a través de dos o tres películas esbozan una cosmovisión personal pero creo que a ninguno le da la talla para otorgarle la categoría de autores cinematográficos.

INDEPENDIENTES. Algo que se pretende presentar como novedad dentro del actual cine norteamericano es el de las películas “independientes” (las presuntamente desligadas de las grandes compañías). Conviene aclarar dos cosas; la primera es que directores “independientes” existieron siempre, el caso más paradigmático es el de John Cassavetes, particularmente en sus primeras películas. La otra es que las películas indies actuales poco se diferencian de las otras, en todo caso muestran diferentes clisés. Además, durante la época clásica, los grandes directores nunca necesitaron rodar fuera de los estudios para filtrar su visión del mundo y su estética personal. Por cierto que ha habido casos de películas mutiladas (Soberbia, de Welles, es un ejemplo ) pero en general la mano de los estudios se veía en los happy ends impuestos, aunque los mejores realizadores siempre se las ingeniaban para que el verdadero final quedara claro dos minutos antes.

En fin, estos difusos y muy incompletos esbozos solo apuntan a justificar mi preferencia por el cine americano clásico y mi escaso aprecio por los productos que ofrece Hollywood actualmente. Además, que quieren que les diga, las películas clásicas eran mucho más entretenidas –aun en el caso de directores de segunda y tercera línea – que las producidas ahora.

JORGE GARCÍA / COPYLEFT 2012