JUSTICIA A CUALQUIER PRECIO

JUSTICIA A CUALQUIER PRECIO

por - Críticas
28 Ene, 2008 12:37 | Sin comentarios

 **** Obra maestra *** Hay que verla ** Válida de ver * Tiene un rasgo redimible °Sin valor

por Roger Alan Koza 

LA LUCHA CONTRA EL DEMONIO 

Justicia a cualquier precio, EE.UU., 2007.

Dirigida por Andrew Lau. Escrita por Hans Bauer y Craig Mitchell.

° Sin valor

Un bodrio que no deja de ser objeto de reflexión y un síntoma del cine globalizado.

Hollywood domina. A veces hasta la naturalización de una tesis infame: decir cine americano es igual que decir cine a secas. Así, el nuevo procedimiento de colonización consiste en fagocitar talentos lejanos, globalizar  (es decir, americanizar) el ingenio de otras cinematografías, hacer, como en este caso, que el chino suene en inglés. Si el cine de Hong Kong es una potencia y una competencia conviene reclutar a sus directores. En el 2007, Andrew Lau y, como se verá en breve, también Wong Kar Wai.

El rumor sobrevolaba la supuesta consagración reciente de Scorsese: su sobrevaluada Los infiltrados era inferior a Asuntos infernales, la brillante película de Andrew Lau que fue el modelo de esta remake. Con un antecedente semejante no se necesitaba ser un Nostradamus del séptimo arte para predecir el debut de Lau en Hollywood. Y el resultado es penoso.

Después de una presentación estadística sobre violaciones y víctimas de abusos sexuales diversos en el país de los cowboys, Justicia a cualquier precio se inicia con una voz en off que advierte: «Si miras largo tiempo hacia el abismo, llegas a sentir como si el abismo te mirara a ti». Aunque no se cite la fuente la máxima pertenece a Nietzsche, y su aplicación en este caso indica un peligro para todo aquel que luche contra los demonios que pueblan la naturaleza humana.

Richard Gere es un agente civil que dedica su tiempo a vigilar (y castigar) a ex convictos de crímenes sexuales. Está a punto de retirarse  y ha elegido a su reemplazante, una joven, a quien pretende enseñar los secretos de un oficio poco placentero pero absorbente. Su tarea pedagógica coincide con un secuestro reciente. Es posible que alguno de sus retorcidos conocidos esté vinculado con el incidente.

En el libro Planet Hong Kong, el reconocido teórico David Bordwell intentaba explorar, a través de esta cinematografía nacional, una vertiente en la que el cine popular no está disociado de su costado artístico, incluso vanguardista. Pero nada de lo que aquí hace Lau oxigena la estética del thriller, pues su película se parece a cualquier otra: montaje frenético, música por todos lados, subrayado narrativo (explicarlo todo); no hay un solo plano personal.

Y si estéticamente la película es mecánica, su abordaje sobre la violencia sexual es coherente con su pereza formal. Como en la mayoría de las películas de asesinos seriales, violadores  y otros delincuentes concebidos como lacras comunitarias, Justicia a cualquier precio no consigue establecer el vínculo entre las patologías de los individuos y el modelo social al que pertenecen. La proliferación de abusadores de todo tipo (y de películas sobre ellos) no es una casualidad sociológica. Más bien indica uno de los efectos no deseables que puede ocurrir cuando una sociedad convierte a la transgresión en un deber ser, casi en una ley.

Finalmente, la torpeza intelectual deviene en un error inadmisible, propio de una ideología médica superada: un perverso no es necesariamente un delincuente. No es lo mismo un fetichista que un pedófilo; no es lo mismo un sadomasoquista que un necrófilo. Justicia a cualquier precio no discrimina, incrimina. 

Copyleft 2000-2008 / Roger Alan Koza

Esta crítica fue publicada en el mes de enero por el diario La Voz del Interior de la provincia de Córdoba.