JESÚS LÓPEZ

JESÚS LÓPEZ

por - Críticas
14 Mar, 2022 07:40 | Sin comentarios
La asociación entre la escritora Selva Almada y el cineasta Maximiliano Schonfeld es promisoria. Jesús López resplandece en palabras, planos y sonidos.

El muleto

Un método desesperado y frecuente ante la muerte de un ser querido consiste en investir un objeto o un lugar con algún secreto poder por el cual se siente ilusoriamente la presencia de aquel que ya será para siempre un ausente, una memoria de los vivos. La dolorosa constatación de que un muerto es un agujero en la existencia puede ser intolerable. Es por eso que el tiempo del duelo y los modos de atravesarlo son tan idiosincrásicos como opacos. Nunca se sabe muy bien cómo se las ingenia el que extraña intensamente a un elidido del mundo; un ritual, una canción, un paisaje pueden acudir para atenuar la falta; la invocación sigilosa es una esperanza.

En Jesús López, una familia de inmigrantes del Volga que vive en un pueblo de Entre Ríos tiene que aprender a aceptar la muerte de un joven llamado Jesús. Tuvo un accidente andando en moto, quizás hubo un culpable, pero las causas de un deceso no conjuran el dolor, aunque sí pueden significar la falta y disimular el absurdo. El relato filmado por Maximiliano Schonfeld y coescrito con la magnífica autora Selva Almada se detiene a observar lo que sucede con esa familia. Las reacciones de los padres, los tíos y los sobrinos constituyen los estímulos vivientes con los que la película trabaja sobre los meandros del duelo y retrata los ajustes anímicos de los personajes, que hacen lo que pueden. Cada detalle expresa un paso hacia adelante en la anuencia íntima ante la ausencia, o cada detalle también señala a su modo la negación de lo que ha sucedido.

La idea genial de Schonfeld y Almada fue elegir un concepto automovilístico para detectar el fetichismo de los familiares. El muletto es el automóvil suplente y asimismo el conductor que suele resguardar y apoyar obedientemente a la estrella oficial de la escudería. En el misterioso esquema afectivo de los López, Jesús tendrá un muleto, su sobrino llamado Abel, quien tiene más o menos la misma edad y nunca pensó en correr carreras de auto como su primo. Al padre de Jesús se le ocurre que su sobrino puede manejar el Fiat en una carrera homenaje que se celebrará en memoria del hijo. Esa circunstancia no es solo eso; es una táctica inconsciente de lidiar con lo irreparable.

Pero lo dicho hasta acá no evoluciona narrativamente como si se tratara de una recta en la que el relato se desliza hacia una meta sin curvas ni descansos. Hay giros fantásticos, observaciones precisas acerca de una cultura de inmigrantes del siglo XIX que empieza a desaparecer y también una atención a una vida juvenil que poco tiene para soñar. Al tratarse de una muerte, es lógico que las promesas pretéritas pero siempre vigentes del pensamiento religioso estén presentes y ayuden a simbolizar lo imposible. El drama central es uno, pero sobre él se inmiscuyen otros.

Jesús López no sería lo que es si la película de Schonfeld no contara con el encanto óptico por obra del cual el color amarillo demuestra sus variaciones en el cabello de uno de los protagonistas y en los campos de trigo, uno de los tantos momentos donde el sol es cómplice de la puesta en escena. Es que el mundo en que tiene lugar este duelo es honrado por el instrumento más noble para indagar sobre lo circundante. Se podrían elegir la carrera final, el plano del inicio en que se puede conocer a Jesús en vida o tantos otros que no son fáciles de olvidar, pero el plano de clausura tiene la contundencia de las grandes películas. Y Jesús López lo es.

***

Jesús López, Francia-Argentina, 2021

Dirigida por Maximiliano Schonfeld. Escrita por Selva Almada y M. Schonfeld.

***

*Publicada por La Voz del Interior en marzo 2022

Roger Koza / Copyleft 2022