JARDINES DE OTOÑO (2)

JARDINES DE OTOÑO (2)

por - Críticas
04 Jul, 2009 11:33 | Sin comentarios

Dos ( breves ) apuntes sobre Jardines en otoño.

Por Fernando Pujato

1. Desde el magnífico plano-secuencia (los fantasmas de Chaplin y Keaton discutiendo, el de Tati discurriendo, por y entre féretros y cajones mortuorios) que abre el film, hasta las primeras secuencias luego de la dimisión del ministro de agricultura francés, la coreografía paisajística –en el sentido espacial y no geográfico del término– de Otar Iosseliani resulta imaginativa, finamente irónica ( pero no burlesca ) y nos traslada desde el cerrado mundillo de una hipocresía adventicia hasta el, también, cerrado mundo de la ilegalidad inmigratoria y el diletantismo galo.

El escape al hartazgo de la monotonía de Lunes por la mañana, que funcionaba (al menos en su primera parte ) con la misma idea de puesta que Jardines en otoño, ha sido reemplazado por el refugio conservador en las amistades viriles (las mujeres aquí son siempre amantes-amigas, pero nunca sólo amigas ) y en la única figura capaz de ampararnos de los horrores – y los errores– que trasuntan nuestras vidas: la Madre, en este caso no Rusia sino Georgiana.
La salida “fuera” de ese lugar (aunque funcionaba simbólicamente; el interregno libertario duraba sólo un par de días ) ha travestido en escape “dentro” de este lugar, porque ya no hay huída posible más allá de los lindes de una geografía clausurada por el contexto de un universo globalizado, aunque pretendidamente barrial.

El caso es que la oposición estupidez política-consumo vulgar / inteligencia vivencial-ocio artístico está inclinada, a lo largo de todo el film, hacia el segundo de estos términos oposicionales, y esto hace no sólo que el balance total de aquél se parezca más a la celebración del estado de un tiempo libre “productivo”, que al contraste entre dos formas de ver y situarse en el mundo sino, sobre todo, que resienta un tanto la puesta en escena, tornando los cruces escénicos dentro de los planos, en una suerte de encadenamiento forzado de lo que hay que ver allí.

Esto, en sí mismo (suponiendo que algo de lo anteriormente dicho tenga algún viso de razonabilidad) no tiene porqué molestar a nadie, pero el artificio está demasiado expuesto como para que el movimiento coral se libere espacialmente.

2- Las “mujeres” de Vincent discuten acaloradamente en la puerta del hospital donde ha sido trasladado por un golpe en la cabeza, la madre de éste lo defiende diciendo algo así como “el puede tener todas las amigas que quiera…”.

Las “mujeres” de Vincent (y su madre, por supuesto ) están sentadas en una larga mesa, confraternizando entre ellas mientras su amigo pintor las retrata y llega a la reunión su última adquisición “amistosa”.

Hay, en estas dos escenas, un cierto aire a la comedia italiana de los ‘70: gritos de género, reuniones familiares y el encubrimiento maternal hacia la picaresca de un hijo mujeriego. Pero Vincent es un bont vivant y no un Pascualino, siete bellezas; el grotesco Mediterráneo no encaja bien con la comedia a la Alta Cultura Francesa.

El plano en el que vemos a los inmigrantes expulsados del edificio de Vincent, y a éste y a sus amigos borrachos también “expulsados” del bar habitual, todos debajo del puente, compartiendo cigarrillos y gestos comunitariamente, no los iguala ni los asemeja. Aquello que preconizaba Serge Daney en cuanto a Freaks, la idea de Tod Browning de que colocando en el mismo plano a hombres y “monstruos” acentuaría el contraste entre ambos pero que, por esa misma razón, el “problema está resuelto de antemano”, no parece funcionar de la misma manera en el film de Iosseliani. Se ve aquí mas una momentánea pretensión populista integracional, que la equiparación – o el intento de equiparar – de dos realidades antagónicas que comparten el mismo espacio, pero no el mismo lugar.

Un par de apuntes vagos e impresionistas sobre una película tal vez (y ésta es tan sólo una idea) certeramente neo-impresionista.

Copyleft 2009 / Fernando Pujato

* En este blog se puede leer mas  sobre Jardines en otoño: http://www.conlosojosabiertos.com/2009/05/30/1343/