GUÍA PERVERSA DE LA IDEOLOGÍA / THE PERVERT’S GUIDE TO IDEOLOGY

GUÍA PERVERSA DE LA IDEOLOGÍA / THE PERVERT’S GUIDE TO IDEOLOGY

por - Críticas
06 Ene, 2014 04:09 | comentarios

**** Obra maestra  ***Hay que verla  **Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

Por Roger Koza

RIDÍCULO Y SUBLIME

23028-default-katalog_2013_docu-out_perverts-guide_wf-2

Guía perversa de la ideología / The Pervert’s Guide to Ideology, Reino Unido-Irlanda, 2012

Dirigida por Sophia Fiennes. Escrita por Slavoj Zizek

**Válida de ver

Menos estimulante cinematográficamente que la primera colaboración entre la cineasta y el filósofo, este nuevo esfuerzo por iluminar la vida política contemporánea (a través del cine ) adolece por momentos, a pesar de ser un film sobre ideas, el no haber encontrado una forma cinematográfica más arriesgada para filmar ideas en vez de ilustrarlas.

En su segunda colaboración con la realizadora británica Sophie Fiennes, el controversial filósofo esloveno Slavoj Zizek vuelve a poner en marcha su ostensible capacidad pedagógica: algunos conceptos filosóficos y psicoanalíticos demasiado abstractos y abstrusos se tornan aprehensibles a través del comentario de Zizek sobre varias películas de consumo popular (en su mayoría hollywoodenses). En este caso, se trata de examinar la ideología como tal y su constatación empírica en el mundo contemporáneo.

Si en Guía de cine para pervertidos, por el propio peso del tema, el aparato conceptual marxista y lacaniano ofrecía no sólo una guía simbólica para la interpretación de ciertas películas (aporte indudable para mirar el cine de Hitchcock o Lynch), sino también un modo de concebir el cine en sí y sus efectos en el orden simbólico circundante, esta vez el cine funciona mucho más como un mero instrumento de ilustración de una crítica ideológica de nuestro tiempo; el cine como problema político en sí mismo apenas se insinúa.

La consistencia del punto de vista elegido por Zizek tiene una presentación inicial inigualable: Sobreviven, de John Carpenter. Los famosos anteojos que encuentra John Nada en una iglesia, que le permiten ver el verdadero sentido de los letreros callejeros y todos los discursos que se despliegan en el espacio público, es la metáfora elegida por Zizek para situar su posición filosófica: sin un plus perceptivo nuestra propia mirada (natural) es de por sí la ideología; en ese sentido, la premisa lleva a una conclusión no del todo explícita: el cine funcionaría como un par de anteojos orientado a examinar ciertas prácticas sociales que de otro modo nos resultan absolutamente naturales y necesarias.

La puesta en escena se reduce prácticamente a reconstruir alguna escena del film analizado e introducir ahí al propio filósofo, lo que en ciertos pasajes no está lejos de convertirse en un gag. A diferencia de Guía de cine para pervertidos, algunas secuencias no corresponden a ningún film y están rodadas en lugares clave para el capitalismo global (por ejemplo, un cementerio de aviones en el desierto de Mojave que revela el costado secreto y decadente de la producción infinita del capitalismo).

Uno de los momentos más lúcidos es el análisis de la Novena Sinfonía de Beethoven en La naranja mecánica, de Kubrick, no menos interesante que la deconstrucción, desacralización mediante, de Zabriskie Point, de Antonioni. Para los lectores de Zizek, la explicación de la lógica del deseo vía el huevo kinder o la experiencia de satisfacción de los consumidores progresistas en Starbucks tendrá sabor a remake: la metodología es típica del filósofo, que siempre se esfuerza para encontrar un ejemplo banal de la vida cotidiana que explicite un problema filosófico. El lado humorístico de Zizek tampoco está ausente: su peculiar análisis sobre el costado hedonista del cristianismo sugerido en La novicia rebelde y una secuencia que viene después de los créditos finales son pasajes cómicos por derecho propio.

Odiado tanto por los partisanos de derechas como también por sus oponentes de izquierdas, Zizek es un personaje siempre estimulante, pese a las continuas acusaciones de charlatanería que debe afrontar y al rechazo que puede suscitar el conjunto de tics que define su conducta corporal. Sólo desde la necedad, la envidia y la intolerancia se puede desestimar de un plumazo el conjunto de asociaciones (libres) del filósofo, cuyo interés por el cine no es reciente y mucho menos utilitario.

Roger Koza / Copyleft 2014