FILMOTECA -TEMAS DE CINE-: SERGEI EISENSTEIN

FILMOTECA -TEMAS DE CINE-: SERGEI EISENSTEIN

por - Críticas, Críticas breves, Filmoteca
21 Nov, 2017 07:03 | comentarios
Un inventor de formas, un director imprescindible, un cineasta que hizo y filmó la Historia.

La semana que viene en Filmoteca – Temas de Cine Roger y yo volvemos a evocar a Eisenstein, porque nunca está de más repasar a los más grandes. Daremos las películas siguientes:

Lunes

1. HUELGA (1924). Como observó su biógrafa Marie Seton, el realizador unió en este film las dos líneas más importantes que se estaban desarrollando en el primer cine soviético: el cine-verdad, que representaba Vertov, y el cine argumental, encarnado en ese momento por Kuleshov y eventualmente Pudovkin. HUELGA sintetiza ambas tendencias mediante el uso apropiadamente revolucionario de la fotografía y el montaje, organizados como una fuerza de choque para sacudir al espectador con máxima violencia. Los personajes aparecen reemplazados por “tipos”, generalizaciones que luego se volvieron parte esencial del cine soviético. En su momento Eisenstein consideró al film un fracaso, pero hoy cuesta creer que esta obra maestra sea una ópera prima. Fue además el film que marcó el principio de su extensa colaboración con el fotógrafo Eduard Tissé.

2. EL PRADO DE BEZHIN (1937). La obra sonora de Eisenstein está marcada por films incompletos y proyectos nunca realizados, por gentileza del camarada Stalin (o de sus obsecuentes), que le hicieron la vida imposible. De todos ellos el proyecto más ambicioso fue EL PRADO DE BEZHIN, cuyo rodaje fue interrumpido poco antes de terminarse. El material filmado fue destruido pero Eisenstein conservó pequeñas tiras de dos o tres fotogramas, de cada toma, y a partir de esas imágenes (y del guión) se elaboró una reconstrucción de media hora. Varias escenas, como una en la que los revolucionarios profanan un templo, tienen tal poder que el espectador llega a olvidarse de que está viendo planos fijos.

Martes

3.LA LÍNEA GENERAL (1929), también conocida como LO VIEJO Y LO NUEVO, debió ser un film sencillo para promover y promocionar la organización de las granjas colectivas, pero Eisenstein aprovechó esa relativa simpleza temática para desplegar una serie de ideas formales experimentales hasta la abstracción. Contiene además algunos de los ejemplos más célebres del humor eisensteniano, que podía ser escatológico. Marie Seton describe al director poseído por una especie de fiebre creativa durante el proceso de montaje de este film, un éxtasis personal al contemplar lo filmado que le permitía expandir su conciencia y extraer sentidos ocultos mediante combinaciones imprevistas.

Miércoles

4. ALEJANDRO NEVSKI (1938) fue para Eisenstein una primera forma de hablar sobre el presente político soviético recurriendo al pasado remoto ruso. La película no es una biografía del príncipe del siglo XIII cuyo nombre titula el film sino la recreación de su guerra contra los teutones. De ese modo el film fue una profecía de la derrota del nazismo en territorio ruso, tras largos y dolorosos meses de invasión. La madre de todas las batallas es la que se desarrolla famosamente sobre el lago congelado Peipus, un prodigio formal en el que el cineasta desplegó por primera vez todas sus ideas sobre el montaje, la música (de Prokofiev) y el uso del sonido en general, ya que esta fue, tardíamente, su primera película sonora. Además de todo lo que se ha escrito sobre el film corresponde destacar dos rasgos que se suelen pasar por alto: 1) el humor de Eisenstein, expresado aquí en la anécdota de la liebre y la zorra pero también en momentos más raros, como el del teutón que sin rostro cuyos bigotes asoman por fuera del casco; 2) con los teutones venía la Iglesia Católica y pocos realizadores han sido tan expresamente anticlericales como Eisenstein. Los pasajes del film que dedica al tema, cuidadosamente coreografiados, constituyen un pacer agnóstico pocas veces superado en la cultura occidental.

Jueves y viernes

5. IVÁN EL TERRIBLE (1943) y LA CONSPIRACIÓN DE LOS BOYARDOS (1945) refinan los procedimientos formales que el realizador había comenzado a explorar en ALEJANDRO NEVSKI y abandona toda intención de naturalismo en favor de un estilo más próximo al de la ópera, no sólo por la manera en que urde sus escenas al ritmo de Prokofiev sino además por el control obsesivo sobre la gestualidad de sus actores. Cada movimiento, cada mirada, es parte de un sistema expresivo enrarecido y desbordado que representa simultáneamente el decir exterior y la pasión interior de los personajes. Este es el gran film sobre el poder o más exactamente sobre la tragedia y la soledad del poder, parafraseando a Emilio García Riera. Iván se aísla poco a poco (y lógicamente también se aliena) a medida que se ve abandonado o traicionado por propios y ajenos, hasta que deja de importar si esos abandonos o traiciones son reales o imaginarios. Hay mucho de Stalin y su entorno en la parte más feroz de ese retrato, lo que provocó la prohibición de difundir LA CONSPIRACIÓN DE LOS BOYARDOS (recién se liberó en 1958, una década después de la muerte de Eisenstein) y la interrupción del rodaje de una tercera parte, que quedó inconclusa.

Fotogramas: 1) La línea general (encabezado) / 2) Alejandro Nevsky

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