La programación de una sección es lo más parecido al oficio de montaje. En el caso de Vitrina, el primer gesto consiste en ver muchas películas unidas por geografías y lenguas en común; luego, viene el tiempo de la selección y también de la exclusión. ¿Qué dicen todas las películas juntas? 

Las películas escogidas responden a razones estéticas y conceptuales. En las ocho películas seleccionadas este año hay apuestas formales ostensibles. Lo que sucede con la luz en Jesús López, los primeros minutos enigmáticos y la poética elegida para dar a conocer la ciudad de La Paz en El gran movimiento, el empleo del fuera de campo en Piedra noche, la experimentación narrativa en Eles Transportan a Morte y los últimos minutos gloriosos e inclasificables de Memoria, donde la realidad deja de ser tal, son ejemplos sustantivos del cine como forma.

Esquirlas, El planeta, Mis hermanos suenan despiertos son relatos que trabajan sobre distintas experiencias signadas por la injusticia: La corrupción en un caso y el desempleo en otro lesionan la vida familiar y la intimidad; y en otro, la indignidad que sienten muchos menores en un penitenciario se vuelve ingobernable. Estas tres películas no prescinden de concebir una forma cinematográfica, pero la fuerza que expresan radica en dar visibilidad a lo inaceptable. 

Si las ocho películas fueran en verdad una sola que hablara en el nombre del cine, el honor de este último estaría salvado, pues entre todas se afirma una relación virtuosa entre la Historia, la memoria, la política, la inteligencia y los sentimientos.

*Fotograma de encabezado: Memoria.

Roger Koza / Copyleft 2021