FICSUR: PRIMERA EDICION

FICSUR: PRIMERA EDICION

por - Festivales
11 Jul, 2017 12:38 | Sin comentarios
Jorge García dedica unas líneas al debutante Festival Internacional de Cine de los Países del Sur del Mundo y también comenta algunas de las películas más interesantes de esta primera edición.

Por Jorge García

Siempre es bienvenida -aun en una ciudad bastante prolífica en estos eventos- la llegada de un nuevo festival de cine. Sin embargo, conviene señalar que el FICSUR- Festival Internacional de Cine de los Países del Sur del Mundo, cuya primera edición acaba de terminar en Buenos Aires aparece, tanto por la integración de su staff, como por el contenido de su programación, como una suerte de continuación del UNASUR, que se realizara en San Juan entre 2012 y 2014 y que se suspendiera intempestivamente en 2015 (dicen las malas lenguas que para destinar sus fondos a la campaña política de ese año en la provincia).

Aquel evento contaba con alrededor de 200 películas y era, en volumen y desarrollo el más grande del país, después del BAFICI y el Festival de Mar del Plata. Este debut del FICSUR resultó más modesto que su antecesor, ya que contó con alrededor de cien títulos entre largos y cortometrajes, aunque también presentó una gran cantidad de actividades paralelas, todas ellas, lo mismo que las proyecciones, con entrada libre y gratuita (el único requisito para concurrió a los diversos seminarios era la inscripción previa). Se destacaron así, entre las actividades señaladas, la charla abierta de la actriz brasileña Sonia Braga, designada madrina del festival, con el público en la que desplegó todo su carisma y su simpatía (está espléndida con sus lozanos 67 años), seminarios sobre las relaciones entre el cine y la literatura, acerca de la producción de cine y televisión, el inevitable encuentro alrededor de la crítica y también sobre montaje y dirección. Y como para justificar el pomposo y en mi opinión bastante arbitrario nombre del evento se exhibieron películas de América Latina, África y Oceanía, donde se entremezclaron títulos recientes y obras ya con algunos años, junto a películas argentinas ya vistas, incluida alguna en cartel,  con una respuesta de público, sobre todo en la Alianza Francesa y la sala del cine Gaumont (junto con la UMET, sedes del evento), según los organizadores mayor de la esperada, lo que da pie para pensar en la continuidad del festival en los próximos años. La exhibición de cada película, salvo en el caso de Elis, el film de apertura, era única, lo que sin duda dificultaba la posibilidad de visionarlas. Pero bueno, algunos títulos pudimos ver y a ellos nos abocaremos brevemente.

Elis Regina Carvalho Costa fue una figura fundamental de la canción popular brasileña y para muchos, entre los que me incluyo, la cantante más importante del país en ese rubro. Nacida en Porto Alegre, empezó a cantar desde muy niña y, siendo aun adolescente, se fue a Río de Janeiro donde grabó su primer disco, comenzando una exitosa carrera, truncada prematuramente a los 36 años por una sobredosis de drogas y alcohol. Elis, la película de Hugo Prata, es un biopic de estructura clásica que recorre la vida de la intérprete, su meteórico ascenso, su conflictuado matrimonio con Ronaldo Bóscoli y el posterior con el gran pianista César Camargo Mariano, hasta desembocar en su inesperada muerte. El film se apoya esencialmente en la potente interpretación de Andreia Horta y la notable banda de sonido. Es pobre, en cambio, el desarrollo del personaje, con un tono no muy alejado de las telenovelas de su país y escenas francamente inconvincentes como la del interrogatorio por parte de un militar que desemboca en su participación en una olimpíada castrense, lo que le valió el repudio de sus amigos de izquierda. Es buena, en cambio por lo ascética y concisa, la escena de su muerte.

Virgem Margarida es una película rodada en Mozambique con actores y técnicos de ese país por el brasileño Lizinio Azevedo, residente allí. El film está ambientado en 1975, en los primeros tiempos del triunfo de la revolución que acabara con la colonización portuguesa, y narra el intento de reeducación de un grupo de prostitutas para que se conviertan en mujeres “nuevas” a cargo de representantes de la guerrilla triunfante, entre las que se encuentra una muchacha virgen convocada erróneamente. El film tiene el tono algo naif de muchas producciones africanas y su mayor acierto se encuentra en el tratamiento ligero y poco recargado de un tema dramático. En el debe se cuenta el esquematismo con que están presentados los diversos personajes (los guerrilleros son auténticos estereotipos), algo que le quita  interés y fuerza al relato.

Nacido en Argel como Michel Dahmani y con ascendencia gitana y argelina, Tony Gatlif reside en Francia desde los 12 años. Con una adolescencia y juventud turbulentas que incluyeron relaciones con la delincuencia, fue el gran actor Michel Simon quien lo conectó con el mundo del cine. A lo largo de cuatro décadas, Gatlif ha desarrollado una obra de trazos algo gruesos en la que siempre están presentes los problemas de la migración y la cultura gitanas y en particular la importancia de su música. Gerónimo es su penúltima película y es un drama con ecos de Romeo y Julieta (el viejo Shakespeare sigue dando dividendos) que narra la lucha sin cuartel que se desata entre dos clanes cuando una joven turca huye de un matrimonio forzado y se escapa con un gitano del que está perdidamente enamorada, mientras una joven educadora catalana trata de mediar entre ambos bandos. El film es una suerte de melodrama “étnico” recargado con claras influencias de West Side Story que, sin embargo, en varios momentos logra trasmitir una poderosa carga de sensualidad y salvajismo.

Curumim, de Marcos Prado, narra la historia de Marco Archer, un brasileño detenido en Indonesia por tráfico de drogas y que se convirtió en el primer brasileño ejecutado en el mundo por narcotráfico. Lo atractivo del film es que el director consiguió entrevistar al protagonista en su prisión y que este le contara su calvario. Aquí estamos en un claro caso de que el personaje y su relato están por encima de los méritos de la película que resulta bastante convencional en su estructura. De todos modos, lo bizarro del relato y el tono desprejuiciado con que la narra el protagonista provocan que el film sea seguido con cierta dosis de interés.

Sin Norte es la tercera película del chileno Fernando Lavanderos y es por momentos un curioso road movie que sigue las peripecias de un joven publicista que ha sido abandonado por su novia y decide ir a buscarla guiándose por las filmaciones que ella realiza en su celular y el sube a su computadora. El mayor atractivo del film reside en el recorrido que realiza el protagonista por el norte de Chile, un paisaje permanentemente árido (una aridez que por momentos se traslada al film) en el que se va encontrando con una galería de personajes que oscilan entre la calidez y la excentricidad y que le otorgan cierta densidad a la película hasta llegar a un final en el que se fusiona la previsibilidad y la desolación.

El secuestro, desaparición y muerte de los hermanos Carlos Santiago y Pedro Andrés Restrepo en 1988, durante la presidencia de León Febres Cordero no solo conmocionó a Ecuador sino que se transformó en un caso emblemático de violación de derechos humanos en América Latina. María Fernanda Restrepo, hermana de las víctimas, que cuando ocurriera el hecho tenía 10 años y estaba a cargo de los muchachos ya que sus padres estaban de viaje, rodó en el año 2011 Con mi corazón en Yambo, un documental que reconstruye el calvario de su familia en la búsqueda de los adolescentes. Las constantes negativas de los implicados, la policía y el ejército ecuatorianos, el cinismo con que le enviaron a una agente que, con el pretexto de ayudarlos, se encargó de desviar las pistas y la inclaudicable lucha de su madre hasta su muerte y su padre hasta nuestro días, son testimoniadas en un potente documental que tiene el tratamiento de un thriller. La aparición de un agente que participara en el hecho y denunciara a los implicados provocó algunos juicios y prisiones pero varios de los principales responsables continúan aún libres. Un film poderoso y contundente, que no ha perdido fuerza sino que, por el contrario, acrecienta su vigencia con el paso del tiempo.

* Foto de cierre de la primera edición en el encabezado; 1) Elis; 2) Gerónimo.

Jorge García / Copyleft 2017