FICIC 2023 (04): LOS TERRITORIOS

FICIC 2023 (04): LOS TERRITORIOS

por - Festivales
08 May, 2023 03:07 | Sin comentarios
La cineasta oriunda de Barcelona fue la elegida para dar a conocer toda su obra en la última edición del FICIC. Algunos párrafos sobre sus películas más destacadas.

Dúo, Meritxell Colell Aparicio, España-Argentina, 2022

Mónica y Colate, ella española y él argentino, vuelven a estar juntos, deciden viajar por el norte de Argentina, quizás dejen la ciudad para siempre y elijan otra forma de vida. De la vida precedente, solo preservan el teatro, y lejos están de renunciar a ese modo de expresión asociado a las metrópolis, porque en cada pueblo de montaña que visitan ofrecen representar una pieza en la que reconstruyen los inicios de su relación, que lleva más de 25 años. La historia de amor entrecortada es un motivo de la película, algo que se delinea a tal punto de señalar un posible fracaso, pero prescindiendo del drama y matizándolo a través de un contrapunto constante con las costumbres y creencias de los moradores de la cordillera, hombres y mujeres cuya predisposición al drama es inexistente. El término que titula la película es una cifra: la dualidad que es separación y distancia resulta una amenaza que la pareja no puede conjurar, y se duplica en otras series conceptuales en el interior de la película, como drama amoroso y retrato antropológico, cine digital y analógico y también interioridad y paisaje. El placer por filmar el mundo circundante y hacer de la cámara un instrumento de fijación de todo lo hermoso es una pulsión de la directora, quien prodiga varios planos medios de rostros de hombres y mujeres indelebles y otros planos generales de nubes pintadas por el sol en la inmensidad del norte argentino no menos inolvidables.

Con el viento, Meritxell Colell Aparicio, España, 2018.

Mónica se entera en Buenos Aires de que su padre está muy mal y viaja de inmediato a España, a su pueblo natal en la provincia de Burgos. La distancia no solo está signada por los kilómetros, sino por la comunicación intermitente y la inexistente cotidianidad de Mónica con su madre y hermana. Colell Aparicio introduce también una geografía a la ecuación dramática, decisiva respecto del sentido de pertenencia de la madre, en crisis debido a que se ha quedado sola y ya no quiere vivir donde ha pasado toda su vida; e ineludible para la hija ausente, que puede volver a su lugar de origen y acomodarse espiritualmente si baila mirando la montaña y con el viento como partenaire. En esas coordenadas, la cineasta española delinea el trabajo del duelo con sus tiempos irregulares y misteriosos, que siempre resulta en una revisión de las pertenencias comunes, una reconsideración del sentido de hogar, una evaluación económica y una restitución del equilibrio afectivo. Lo que sucede entre la madre y Mónica es prodigioso, porque las actrices son soberbias y les bastan gestos y miradas para avanzar sobre la reinvención del vínculo. No menos notable es la atención que le dispensa la directora a la interacción entre la intimidad y el paisaje, decisión dramática que prodiga planos generales y panorámicas indelebles.

Transoceánica, Meritxell Colell Aparicio y Lucía Vasallo, Argentina-España, 2020.

Dos amigas, primero que nada. Dos cineastas, además, muy distintas en muchos sentidos. En la película, la sobreimpresión cifra la sensibilidad de Vasallo, yuxtaposiciones o capas de intereses y búsquedas zigzagueantes. Basta comparar La cárcel del fin del mundo y Cadáver exquisito, dos películas suyas, para presentar evidencia. En Colell Aparicio, la relación entre subjetividad y geografía resulta una constante en todo lo que filma; el objetivo no declarado: detectar fenómenos dispersos que recuerden lo hermoso del mundo. Tales diferencias se amalgaman con elegancia y coherencia en esta correspondencia filmada en la que las cineastas intentan conjurar la distancia que las separa (una en Buenos Aires, la otra en Barcelona) y en el intento piensan con el cine y se piensan a sí mismas a través del cine. En ese recorrido en conjunto hay pasajes estéticamente reveladores, homenajes a cineastas amados (Mekas, entre otros), confesiones personales y meditaciones esporádicas sobre la maternidad, la soledad, la identidad y la pertenencia. El narcisismo brilla por su ausencia, lo que dice muchísimo sobre la naturaleza de la película.

La ciudad cerca / La ciutat a la voraMeritxell Colell Aparicio, España, 2022.

Este delicado y hermoso retrato de las afueras de Barcelona (de Torre Baró a Vallvidrera) comienza con una cita perfecta de Robert Walser a la que se honra fotograma tras fotograma, porque la cineasta con su cámara de Super 8 comprende a la perfección que en los detalles menores y todo lo que tiende a ser menoscabado en la mirada de los grandes relatos cinematográficos por su presunta insignificancia (las antenas de la ciudad, los huertos, los caminos, hombres y mujeres comunes del vecindario) reside la gracia materialista del cine. Algunos textos breves, algunas cosas dichas en off por Colell, también alguna conversación con los viejos moradores que aún tienen un contacto con la tierra son los contrapuntos de una numerosa cantidad de planos de escala diversa en la que desfilan flores, acróbatas, niños, plazas, árboles frutales, un parque de diversiones y un telescopio gigante. El término “sinfonía de una ciudad” al que adscribe la película resulta excesivo porque no es una ciudad la protagonista, sino su contracampo siempre olvidado. Por eso tal vez se trate de una “bagatela de suburbios”, pero una que bien la podría haber escrito, si no fuera cine, un Ravel o un Debussy. Es momento de afirmar sin temor a excederse en el juicio: Colell es un uno de los secretos mejor guardados del cine español contemporáneo, una cineasta sin laureles que filma como pocos y tiene una sensibilidad en extinción.

Recordant Buenos Aires, Meritxell Colell Aparicio, España, 2008

Buenos Aires en varios planos en fílmico: las calles de la ciudad, un colectivo, una plaza, algunos edificios, un cartonero acarreando la recolección del día, una iglesia, una niña trabajando en mercado. Los planos cortos simulan un poco el encadenamiento de memorias fugaces sobre un territorio querido y conocido por la directora, y no obstante ajeno, de lo que se predica una perspectiva que nunca es de turista, pero tampoco de habitante autóctono.