FESTIVAL DE CANNES 2012 (14): FINAL CUT

FESTIVAL DE CANNES 2012 (14): FINAL CUT

por - Festivales
29 May, 2012 03:22 | comentarios

Huppert, Trintignant, Haneke

 Por Roger Koza

“Por la contribución de sus actores principales…”. Con esa breve introducción ya todos sabían cuál era el título que completaría la frase: Amour de Michael Haneke. Sucede que los trabajos de Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva, los dos protagonistas del filme ganador (dos míticos intérpretes galos) son conmovedores y de una perfección dramática indiscutible. Películas así llevan en muchas ocasiones a zanjar algunas discusiones que los jurados deben atravesar en su tarea. La empatía resuelve diferencias que la razón a veces no puede aceptar, y según algunos rumores la deliberación no fue precisamente pacífica. Y así, dadas las circunstancias, Haneke vuelve a ganar la mayor distinción que un cineasta puede desear: la Palma de Oro de Cannes. En el 2009 fue La cinta blanca, ahora Amour.

¿Cuál es el secreto de su éxito? La muerte es un tema universal, el amor también, y en manos de Haneke, cuya puesta en escena es impecable, este drama seco y cuidadoso sobre la aparición de una enfermedad maldita en una mujer vital a pesar de sus años que la condena primero a la inmovilidad y después a una pérdida del habla fue el filme que conquistó el consenso del jurado. Es sin dudas el primer filme de Haneke en el que la crueldad es orgánica y azarosa y no parte de una sociedad enajenada y de una maldad intrínseca de la naturaleza humana. Por eso será un éxito donde se estrene, a pesar de su tema. Se trata de la primera película de Haneke en la que predomina un humanismo discreto y reconocible: el cuidado del personaje de Trintignant de su esposa moribunda denota literalmente el concepto de amor con el que Haneke se identifica: en el libre albedrío, quien ama es capaz de cuidar hasta las últimas consecuencias a quien ama; sin embargo, frente a la humillación infinita, quien ama puede, por amor, ser llevado a tomar una decisión radical sobre la vida del sufriente.

Hubo premios más previsibles que otros. El jurado eligió a todos los miembros del “elenco estable” del festival: Loach (premio del jurado por The Angel’s Share), Mungiu (guión y sus intérpretes femeninas por Beyond the Hills), Garrone (gran premio del jurado por Reality). No vi ni la de Loach, ni la de Garrone, pero estoy seguro que el guión de Mungiu no es del todo consistente, y si bien las interpretaciones son convincentes, el trabajo de Margarete Tiesel en Paradies: Liebe es infinitamente más interesante y arriesgado que verse alienado por Dios o poseído por el demonio.

Post Tenebras Lux

En donde se tomó una decisión de alto riesgo fue en darle un premio a Post Tenebras Lux, el arriesgado filme del mexicano Carlos Reygadas, que trastoca y desafía todas las convenciones narrativas dominantes y que además apuesta por un tipo de registro en el que las imágenes por momentos se duplican. Después del abucheo generalizado, el mexicano rio último, cuando supo que era él quien se llevaba el premio a mejor director.

Post Tenebras Lux es una legítima rareza, y debe ser una de las propuestas más arriesgadas que se ha visto en Cannes en años, digan lo que digan sus detractores. La peculiar historia de una familia en un pueblo de montaña de México le sirve al director de Luz silenciosa (con el que había ganado un premio similar aunque menor en Cannes 2007) para insistir en su deseo de explorar sobre el lenguaje del cine y a la vez retomar temas que están presentes en toda su obra: la tensión de clases, la relación entre la naturaleza y los hombres, la fuerza del deseo sexual. Es una película notable.

Cierra la 65 edición del festival de Cannes. Los directores argentinos pasaron sin llevarse ningún premio. La presencia latinoamericana, no obstante, fue poderosa, y el cine mexicano se llevó tres premios: Después de Lucía, mejor película en Una Cierta Mirada (aquí mi preferida era Student, muy por encima del resto), y Aquí y allá en la Semana de la Crítica, junto con el mencionado filme de Reygadas. No hubo reconocimiento ni para una de las películas más bellas, Like Someone in Love, el genial filme de Kiarostami, ni para la ligereza y la libertad de In Another Country, del brillante director coreano Hong. Los cinéfilos esperan más de Moretti. Todos creían que su reconocida cinefilia habría de llevarle a tomar el camino menos transitado. No sucedió. La gran Holy Motors, de Leos Carax, ganó solamente en el corazón de los cinéfilos.

***

Ésta es la última entrega de Cannes. Después de 12 días intensos terminó todo. Algunas películas llegarán al circuito comercial de varios países. Si Holy Motors hubiera ganado, casi con seguridad, la hubiéramos tenido en cartelera. Se verá en Valdivia, en BAFICI, en FICUNAM, casi con seguridad. Los mismo sucederá con los filmes de Hong, Kiarostami, Lotnizta e incluso Reygadas. Los filmes de Mungui, Haneke y Garrone, los veremos en sala.

Como sea, siempre he sentido que es un privilegio poder asistir al festival de Cannes. Mi trabajo como programador me lo permite, y así van ya siete años consecutivos en los que llegó en el mes de mayo al sur de Francia con la esperanza de ver algo extraordinario. Se trata de dar noticias desde cualquier lugar del mundo en el que aparezca un film que renueve nuestra fe en el cine. Dar aviso, prender el fuego, enviar el mensaje sobre la aparición de algo conmovedor. Y como sé que se trata de un privilegio intento socializar mi experiencia, aun si tengo que dormir tres horas, o, como en alguna oportunidad, pasar de largo la noche para estar a las 7.45am en el gran Teatro Lumière para ver la última de Cronenberg.

A todos los que pasaron por aquí (y según la estadística de WordPress fueron muchos y de lugares muy dispares) les agradezco la confianza y la fidelidad a nuestro blog. Seguirán las críticas, las entrevistas, los ensayos. Aquí los estaremos esperando.

 Roger Koza / Copyleft 2012