ENTREVISTA A CELINA MURGA: MÁS QUE UNA PROMESA FEMENINA DEL NUEVO CINE ARGENTINO

ENTREVISTA A CELINA MURGA: MÁS QUE UNA PROMESA FEMENINA DEL NUEVO CINE ARGENTINO

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10 Oct, 2009 08:59 | comentarios

Por Roger Alan Koza

Roland Barthes decía en Mitologías: “El pequeñoburgués es un hombre impotente para imaginar lo otro”. La segunda película de Celina Murga, Una semana solos, constituye una saludable e inteligente anomalía, pues elige pensar la otredad, lo que es diferente, a través de una historia mínima: un grupo de chicos y adolescentes de un barrio privado quedan solos, sin sus padres, por un tiempo breve. La anécdota desviste el inconsciente de una clase específica (media y media alta), y en su striptease ideológico materializa una operación fascinante en donde los ricos quedan despojados de su presunta dignidad y se comportan como aquellos que estigmatizan. Celina Murga, que acaba de trabajar con Scorsese, habla de su última película, un verdadero secreto para nuestros ojos.

Roger Koza: ¿Cómo concibió Una semana solos? ¿Por qué eligió un barrio cerrado y un grupo de chicos y preadolescentes pertenecientes a una clase específica para desarrollar su película?

Celina Murga: Ya en Ana y los otros surgió la primer idea que luego dio origen a Una semana solos. Allí disfruté mucho del trabajo con el niño que hizo el personaje de Matías. A partir de allí me propuse desarrollar una película donde los protagonistas fueran exclusivamente los chicos. Creo que la infancia y la adolescencia son momentos de gran dramatismo, momentos de cambios, de crecimiento. Son etapas muy ricas para el desarrollo dramático. Más adelante leí una serie de notas que analizaban el fenómeno de los countries y, más específicamente, a las primeras generaciones de chicos nacidos y criados enteramente en este tipo de urbanizaciones. Enseguida me atrajo ese mundo, era un mundo cerrado con reglas propias muy particulares pero que a la vez me permitía hablar de otras cosas. Me pareció un ambiente donde podía desarrollarse una historia con los chicos como protagonistas. La película habla sobre una sociedad muy dividida, que tiende hacia una fuerte homogeneidad. Pero este no es un tema excluyente del country. Los barrios cerrados y countries (por su geografía, sus murallas altas, la fuerte seguridad armada que, en su gran mayoría, delimita claramente lo que está adentro y lo que está afuera) ponen de manifiesto este tema que es común a toda la sociedad, solo que en las ciudades más grandes  está más disuelto.

RK: ¿Por qué decidió prácticamente no mostrar la vida fuera del country?

CM: Decidí no mostrar la vida fuera del country porque quería generar esa sensación de encierro. El único lugar al que los chicos salen es a la escuela, adonde van y vienen en una combi que los trasladada, casi herméticamente, de un punto a otro. La escuela es un lugar muy similar al country. Tanto en lo visual como en el tipo de reglas que manejan. También me pareció más interesante que el afuera solo se haga presente a través del personaje de Juan. Es él el que presenta a los chicos ese mundo exterior “lejano y peligroso”.

RK: A diferencia de su película precedente, usted aquí elige a un grupo como protagonista, ¿a qué responde esta opción?

CM: En ambos casos fueron elecciones bastante irracionales. En el caso de Una semana solos, yo quería hablar de la infancia y de la adolescencia. Creo que el grupo es clave en estas etapas. El chico se define a partir del grupo en el que está. Hay una necesidad de “pertenecer” muy marcada. Pensando más en lo formal, era un gran desafío en cuanto a la puesta en escena y lo narrativo. Esto también fue una motivación, aunque no fue algo planeado a priori.

RK: La aparición de un adolescente de otra clase es central en el relato, ¿cómo pensó en la construcción de este personaje?

CM: Tenía claro que necesitaba un elemento del exterior, que marcara cierto contraste. Como te decía antes, me pareció más interesante que el afuera se haga presente a través del personaje de Juan. Juan trae al grupo un afuera que el resto desconoce. Esto genera una tensión que yo quería lograr en la película. También es un personaje con el que yo me identifico mucho. Es misterioso, porque sabemos poco sobre él, casi no habla; pero también es muy humano y esto se trasmite en su forma de mirar, muy directa. La idea de que fuera entrerriano tiene que ver con que quería que viniera de una ciudad de fuera de la provincia de Bs As, para marcar más esa sensación de  extranjero, de alguien que viene de un lugar lejano para los chicos. Él y Sofía son, para mí los dos personajes que ofrecen otro punto de vista posible con el cual identificarse.

RK: La ausencia de los padres, la ausencia de quien impone la ley y los límites, conlleva a un conjunto de actos de rebeldía, ¿por qué eligió, entre otros, una suerte de saqueo y vandalismo?

CM: Los actos de vandalismo, como las entradas a las casas del inicio de la película, quizás más inocentes; plantean de manera evidente el tema de la falta  de límites, del no respeto del otro, del desafío a la autoridad. Todos temas muy propios de la adolescencia pero que toman otro cariz en el contexto del barrio cerrado. Ya que, en un lugar donde la seguridad es una de sus características más fuertes, que los chicos que entren a la casa de un propietario sean los propios habitantes de la urbanización, empieza a manifestar otras, cosas, otros malestares dentro del aparente mundo feliz que propone el country.

RK: La película transmite un aprendizaje, incluso la última línea así parece sugerirlo, ¿es así? ¿Qué aprenden los personajes?

CM: Yo creo que, luego de la última escena, los personajes ven a Juan de otra manera.  No creo que tengan claro lo que hicieron, los chicos actúan mucho por imitación. Reflejan su entorno.  Los chicos de esta película no tienen padres que los ayuden a poner en palabras lo que viven, como ven las cosas. Mi intención con la escena final es dejar abierta la posibilidad de entablar otro vínculo, un vínculo de pares, todos sentados a la misma mesa, compartiendo algo.

RK: El trabajo actoral es notable, ¿cómo dirigió a estos niños, todos ellos intérpretes no profesionales?

CM: El trabajo con los chicos fue muy largo. Desde el comienzo Juan Villegas ( coguionista y productor) y yo tuvimos claro que la gran clave de la película eran los chicos. Realizamos un proceso de casting muy largo, de unos 6 meses donde veíamos a chicos con alguna experiencia y a otros que no. Por el tipo de registro naturalista que plantea la película, teníamos claro que, probablemente, un chico con mucha experiencia en tv o en teatro podía tener incorporados códigos de actuación muy particulares y marcados. Por esto buscamos chicos que si tuvieran la inquietud y el deseo de pasar por la experiencia de hacer una película pero que no necesariamente tuvieran experiencia previa. Esto también nos llevó a un proceso de ensayo y entrenamiento de unos dos meses. En este proceso nos juntábamos 3 veces por semana. Ensayábamos las escenas, hablábamos sobre los personajes, sobre las relaciones entre los personajes, se planteaban juegos, improvisaciones, todo tipo de ejercicio que nos acercara a los personajes  y a las escenas que estábamos construyendo. En este proceso fue clave la participación de María Laura Burche, directora de casting y coach de los chicos en la película. Su aporte fue invaluable y determinante tanto en la previa como en el rodaje.

RK: Usted evita ese vicio espantoso de musicalizar todo instante dramático de importancia, ¿por qué la película carece de música, aunque sí es ostensible su trabajo sobre la banda de sonido?

CM: Bueno, es que no me gusta escuchar música que no provenga de la película. Para mí uno de los pocos directores que sabe usar la música en relación a la imagen en Scorsese. Hay otros, pero son pocos, es muy difícil de lograr. Para mí es más importante generar una banda sonora a través de los sonidos propios de las escenas, de los ambientes. Me gusta más trabajar el sonido de esta manera. Me parece que los resultados son más sutiles pero más poderosos, más sugerentes. Me gusta mucho también elegir las músicas para las escenas donde los personajes están escuchando algo. Son pocas pero las hay.

RK: ¿Ya está pensando en una tercera película?

CM: Sí, se llama temporariamente La tercera orilla del río. Es sobre un joven de 16 años y su relación con su padre. Es una relación conflictiva, donde hay amor pero también violencia e Incomprensión. Transcurre en una ciudad chica de Entre Ríos.

Trabajando junto a Scorsese

 RK: ¿Cómo fue que quedó seleccionada por la Fundación Rolex para ser apadrinada por Martin Scorsese y trabajar a su lado por un tiempo?

CM: Rolex tiene un programa de ayuda a artistas emergentes. Este programa funciona con varias categorías y una de ellas es cine. El programa está muy bien pensado y trabaja sobre la idea de maestro y discípulo. Entonces ellos primero convocan a un maestro en cada disciplina. Este maestro manifiesta que espera de un discípulo y a partir de esta idea tienen un grupo de gente ( especialistas en cada área) que busca jóvenes talentos en todo el mundo. Así fue como un día recibí una carta invitándome a presentarme a la beca. Luego de aplicar, quedamos 3 preseleccionados. Esos 3 viajamos a tener una charla personal con Scorsese. Luego de esa charla, y de haber visto nuestras películas, fue él quien me eligió como su discípula.

RK: ¿Cree que su aprendizaje con él influenciará sus próximas películas?

CM: Estoy empezando a creer que sí. En los últimos encuentros que tuvimos fueron muy interesantes nuestras charlas en relación a mi nuevo guión. Tiene una manera de ver a los personajes muy interesante, muy empática. Esto me ayuda muchísimo en  esta etapa. El es claramente un maestro de la narración clásica. Y es claro que el tipo de cine que yo hago tiene que ver con un tipo narrativo diferente. Mis películas cuentan a través de los personajes, de los climas, de lo que no se dice. Justamente por estas diferencias de estilo creo que es muy valioso para mí su aporte.

RK: ¿Qué dijo de sus películas?

CM: Le gustan mucho, especialmente UNA SEMANA SOLOS. Me dijo que tengo una manera de narrar muy particular, no directa, que veo las cosas desde un ángulo diferente. Eso le gusta mucho. También me ha dicho que tengo un sentido del espacio y del tiempo muy interesante.

RK: Más allá de esta increíble experiencia con el realizador de Taxi Driver, ¿a qué realizador hubiera elegido para tenerlo como padrino?

CM: Claramente Scorese hubiera estado en mi lista de 5 directores. Por eso fue tan increíble recibir la carta. También me hubiera gustado conocer a Rohmer y a David Lynch. Por enumerar sólo a los que están vivos. Nombrar a Godard sería una obviedad, aunque me tienta….Aunque la verdad  no sé que capacidad de  entablar un vínculo maestro discípulo tendrá…

Fotos: Celina Murga; 2)  Una semana solos; 3) Una semana solos; 4) Scorse y Murga

Esta entrevista fue publica en una versión más pequeña en el diario La Voz del Interior de la ciudad de Córdoba en el mes de octubre.

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