EL SECRETO DE ALBERT NOBBS / ALBERT NOBBS

EL SECRETO DE ALBERT NOBBS / ALBERT NOBBS

por - Críticas
10 Dic, 2012 02:19 | Sin comentarios

**** Obra maestra  ***Hay que verla  **Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

Por Roger Koza

TRAVESTIDOS POR UN SUEÑO

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El secreto de Albert Nobbs/ Albert Nobbs, Reino Unido, Irlanda, Francia, EE. UU., 2011

Dirigida por Rodrigo García. Escrita por John Banville y Glenn Close

*Tiene un rasgo redimible

El hijo de Gabo y director de Nueve vidas y Madres e hijas no supera una vez más la medianía de sus previos films, a pesar de que el período elegido en esta ocasión y el tema central del film nunca dejan de ser interesantes. 

Glenn Close despertará admiración. Un poco por el exceso de maquillaje, otro poco por la psicología represiva del personaje, que incita casi a un grado cero de expresividad. Su composición de Albert Nobbs, una mujer escondida en el semblante de un sirviente, consiste en un dominio selectivo de ciertas expresiones faciales mínimas y un trabajo meticuloso sobre el lenguaje corporal.

El contexto no podría ser otro que el de la era victoriana, aunque este drama íntimo y social tiene lugar en Dublin. Nobbs es uno de los muchos sirvientes de un hotel para aristócratas; vive en una pieza del edificio y durante décadas obedecer y atender ha delimitado su vida. De su salario y sus propinas sueña con comprar una propiedad, abrir una tabaquería y unos años después irse a vivir al lado del mar.

Si bien el sexo es un accidente que tiene lugar en la vida de los otros, Nobbs concebirá algo parecido al erotismo después de conocer al pintor del hotel, un tal Hubert Page, con quien tendrá que compartir involuntariamente su habitación. Nobbs no está sola: disfrazarse de hombre parece un método de supervivencia para muchas mujeres victorianas, pero en el caso de Page viene acompañado de una revelación: él (o ella) se ha casado con una mujer.

Así, Nobbs empezará a pensar en un posible matrimonio con una de las criadas de la casa, alguien con quien podría compartir la utopía burguesa de ser dueña de su propio negocio, pero la joven está enamorada de un empleado del hotel cuyo objetivo es emigrar a “América”. No tienen dinero; Nobbs, sí: el conflicto es inminente.

Basada en Vidas célibes (1927), una novela de George Moore, la sensiblera versión cinematográfica de Rodrigo García, hijo del mítico García Márquez, incorpora mecánicamente cierta sensibilidad sociológica de Moore. La opresión de clase se percibe mediante un registro en el que predominan los planos cerrados, y es por eso que un paseo a la orilla del mar, tras una hora de metraje, es visualmente un alivio. Pero García no puede con su genio y necesita subrayar la felicidad del personaje pidiéndole a su actriz un gesto unívoco de alegría. Un ademán semejante en primer plano invoca la ridiculez: ¿qué decir entonces de las secuencias donde los sueños de Nobbs se “hacen realidad”?

Travestirse para sobrevivir. En esa decisión se condensa el misterio de un orden simbólico; en El secreto de Albert Nobbs tan sólo vemos la primera capa de su maquillaje.

 Esta crítica fue publicada en otra versión por el diario La voz del interior en el mes de noviembre 2012.

Roger Koza / Copyleft 2012