EL PERPETUO MOVIMIENTO DEL CINE: EL 2015 EN PELÍCULAS

EL PERPETUO MOVIMIENTO DEL CINE: EL 2015 EN PELÍCULAS

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02 Ene, 2016 11:50 | Sin comentarios

Visita ou Memórias e Confissões

Por Roger Koza

Cientos de autos, camiones y motos sin el fulgor propio de una civilización técnica se mueven como una bandada de aves de rapiña agrupadas sin mucha convicción en un horizonte infinito en el que la arena domina el paisaje sin referencias a un tiempo específico. El territorio es inmenso, pero ya no responde a un mapa que le anteceda. Los choferes de esas máquinas solamente parecen querer deslizarse por esa ruta sin contornos que acaso no lleva a ninguna parte.

El argumento propone una persecución. Un demente enmascarado con la cara partida lidera a sus corredores y están convencidos de que deben atrapar a unas mujeres hermosas y jóvenes, cuyos semblantes remiten a un edén incompatible con todo lo circundante. Ellas siguen las órdenes de una heroína aún más hermosa. Poco importa de qué se trata todo esto. Una evidencia: el apocalipsis tuvo lugar y la humanidad vuelve a estar dividida en tribus, que viajan por un desierto interminable. En ese mundo distópico del petróleo ni se habla, pero el agua es aquí un rubí constituido por dos moléculas de hidrógeno y una de oxígeno. Algún día, quizás no tan lejano en el tiempo, así atesoraremos ese líquido insustituible.

Una de las grandes películas del año, mal que les pese a los cultores de un presunto buen cine de calidad en contraposición al cine popular en todas sus variantes, fue Mad Max: Furia en el camino. Lo que George Miller pone en escena, más allá de la obligatoriedad hermenéutica de proponer un argumento para que cada espectador elucubre un sentido, es el cine como una máquina de propagación de movimientos. En verdad, todo comenzó con esa curiosidad de poder seguir el movimiento en movimiento. El cine empezó como el arte de capturar la duración de un movimiento; ¿no fue justamente eso lo que se quiso registrar en 1895 cuando el famoso tren llegaba a la estación? El sabio cineasta y pensador ocasional, Jean Epstein, decía: “La representación del movimiento es la razón de ser del cinematógrafo, su facultad maestra, la expresión fundamental de su genio”. La afirmación se lee en ese libro insólito titulado El cine del diablo, publicado en 1947. En ese entonces, George Miller apenas empezaba a aprender a recorrer por sí mismo el espacio. Tenía dos años.

Ant Man: El hombre hormiga

Los prejuicios desvían la vista y confirman casi siempre lo que ya se ha visto. Eso sucede en el cine y fuera de él. Es de suponer que frente a un filme como Ant-Man: El hombre hormiga nadie pueda tomarse muy en serio la propuesta, sobre todo si el espectador en cuestión ya es mayor de edad y no ha quedado atrapado en esa edad definida por el narcisismo y la revolución hormonal. El prejuicio, en principio, suena justificado. La conducta de la mayoría de los superhéroes está en sintonía con el espíritu juvenil.

Pero la película de Peyton Reed es realmente una proeza secreta sobre la exploración del espacio mientras el argumento se limita a contar cómo un tipo cualquiera, que alguna vez estuvo preso, deviene superhéroe y con ello consigue recuperar la confianza y el respeto de su pequeña hija. Quien haya vencido el prejuicio recordará entonces ese pasaje memorable en el que el héroe elige para salvar a su hija desmaterializarse y atravesar lo infinitamente pequeño como último recurso a su alcance. Contemplar al genio cómico de Paul Rudd flotar y deslizarse a través de un universo subatómico es uno de los grandes deleites visuales del año, un momento en el que el asombro científico se entromete en la lógica del entretenimiento. Una vez más, resulta pertinente citar a Epstein. El pasaje bien podría haber sido una sinopsis (óptica) de esta película para toda la familia: “Pero nunca antes del cinematógrafo nuestra imaginación había sido llevada a un ejercicio tan acrobático de la representación del espacio, como aquel al cual nos obligan los filmes donde se suceden sin cesar primeros planos y long shots… En la pantalla, el ojo puede ser más grande que la cabeza y, en el instante siguiente, el hombre más pequeño que una hormiga”.

Otra película notable sobre el movimiento fue La maestra de jardín. La puesta en escena concebida por el director israelí Nadav Lapid se desenvuelve con total fluidez. Los travellings y los planos secuencias refuerzan el movimiento, quizás en sincronía con el movimiento anímico de un niño que se mueve de aquí para allá porque no puede contener los versos poéticos que vienen a su mente. La precocidad poética puede resultar tanto admirable como un disparate, pero este Mozart de la rima existencialista sugiere que la sensibilidad extrema en un país como Israel es imposible e intolerable para el Estado. Un poeta en ese país no es muy distinto a un palestino. Un ser sin espacio.

Quienes hayan visto la magistral Cavalo Dinhero, del mayor cineasta en actividad, Pedro Costa, pensarán que ahí lo que justamente falta es movimiento. Los severos planos fijos de Costa y el mundo fantasmal que escenifica a través de su mítico personaje llamado Ventura, un sobreviviente (o no) de la Revolución de los Claveles en Portugal, parecen detenido en el tiempo. Se trata de un mundo quieto y deletéreo, suspendido en el sufrimiento, pero aquí el movimiento es de otra índole, digamos espiritual. Cada plano sobre el rostro de los hombres y mujeres del filme mueve y conmueve. En este filme se ve la escena del año, que tiene lugar en un ascensor y que se circunscribe al encuentro de Ventura con un soldado en un hospital fantasma.

Los ejemplos sobre el movimiento son muchos. ¿Qué decir sobre Te sigue, la mejor película de terror en años, en donde los personajes no pueden detenerse jamás porque de lo contrario una entidad ominosa lenta pero constantemente los persigue para matarlos?

El clan

El clan

Películas argentinas en movimiento

La película argentina más vista en el año, El clan, finaliza con un plano secuencia inesperado en el que un hombre decide terminar con su vida. El movimiento desesperado del personaje es comprensible cuando se sabe que toda su familia sostenía una empresa de extorsión y muerte.

Si se la compara con Relatos salvajes, el otro título precedente y exitoso que ya había refrendado un modelo de representación y producción en el 2014, se trata de un avance. A la trivialidad categórica de la primera y su despolitización lúdica de la violencia, donde el odio constituía el fundamento de toda relación con los otros, en el filme de Trapero se llega a intuir que la psicosis familiar no tiene nada que ver con la naturaleza humana, sino más bien con una vida colectiva en un contexto social que puede producir monstruos o al menos incitar a que una familia se convierta en una célula homicida. Ninguna de las dos películas modélicas se caracterizan por sutilezas, pero es preferible que películas como las de Trapero y Szifrón (o La patota, de Santiago Mitre) llenen los cines y no experimentos esperpénticos y falsamente populares como esos productos que transcurren siempre en la costa argentina con un par de bañeros acompañados de mujeres desnudas, matizado con la presencia de animales domésticos.

Las grandes películas argentinas fueron otras. Mi amiga del parque fue olímpicamente ignorada por el público (y las salas que no le dieron ni tiempo, ni espacio), al igual que Cuerpo de letra (otro filme extraordinario sobre el movimiento), La sombra, Damiana Kryygi, La mujer de los perros, La princesa de Francia, 327 cuadernos y algunos otros filmes de ese ejército de reserva estético que queda relegado a salas pequeñas o algún que otro espacio INCAA. En estos títulos el cine argentino brilló y demostró tanto su fuerza estética como su diversidad temática y poética. Hay que decir que la racionalidad empresarial no favorece mucho a la hora de evaluar la importancia de que estas películas se sigan haciendo. Tarde o temprano, conocerán un público. ¡Qué importa si a largo plazo, Damiana Kryygi, la película de Alejandro Fernández Mouján, alcanza los 10.000 espectadores! Su existencia se autojustifica, pues resulta insustituible, si todavía tiene vigencia el trabajo político sobre la sensibilidad de los espectadores. Todo cine es un humanismo. En efecto, lo que se aprende de esa joven aché de 14 años, que muriera de tuberculosis en 1907, es infinitamente superior en el impacto sobre la conciencia a todas las reivindicaciones triviales que suelen hacerse de los pueblos originarios, que apenas tienen un efecto en la conciencia colectiva. He aquí una película que conjura la necedad de los blancos, como también su ignorancia y su desmemoria.

El 2016 que se avecina obligará a los cinéfilos más exigentes visitar con premura algunas librerías. Hay que leer o releer dos libros formidables de la literatura argentina: Zama, de Antonio Di Benedetto, y El limonero real, de Juan José Saer. En el otoño, se conocerán sus respectivas versiones cinematográficas. La primera transposición está a cargo de Lucrecia Martel; la segunda, de Gustavo Fontán. Prometen mucho, como otros títulos que se conocerán desde febrero en adelante, cuando los festivales de cine den su puntapié inicial y todos los amantes del cine despierten al movimiento que convoca el arranque de un nuevo año.

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Las mejores películas estrenadas en sala durante el 2015

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Cavalo Dinheiro

1- Cavalo Dinheiro, Pedro Costa, Portugal, 2014:

El director más importante de la actualidad vuelve sobre los inmigrantes de Cabo Verde que pueblan como fantasmas los barrios marginales de Lisboa desde hace décadas. Nadie sabe filmar la dignidad del rostro humano como Costa; nadie entiende como él que el cine político poco tiene que ver con la denuncia sino más bien con la reorganización imaginaria (y poética) del lugar físico y simbólico que le toca al desposeído.

2- Ave Fénix, Christian Petzold, Alemania, 2014  / La maestra de jardín, Nadad Lapid, Israel, 2014

El mejor director alemán y el mejor director israelí en la actualidad; Petzold trabaja sobre el lugar de la voz como vehículo de la identidad y la memoria; Lapid descubre que la vida sensible es incompatible con un país militarizado y culturalmente obsesionado por la acumulación de riquezas.

3- Favula, de Raúl Perrone, Argentina, 2014 / Ragazzi, Raúl Perrone,2014

El cineasta independiente por antonomasia del cine argentino profundiza su giro expresionista en sus dos últimas películas estrenadas, en las que inventa una selva en un mundo alternativo, escenifica la muerte de Pasolini e imagina algo así como un spa para jóvenes marginales al lado de un río repleto de suciedad en la ciudad de Córdoba.

4- Vicio propio (EE.UU.), Paul Thomas Anderson / Mad Max: Furia en el camino, George Miller, Australia-EE.UU

Anderson consigue mimetizar su registro con las operaciones cerebrales de su protagonista saturado de cannabis mientras explora el final de la contracultura de la década de 1970, a propósito de una novela infilmable de Thomas Pynchon; Miller regresa a las ruinas de un capitalismo futuro cuyo único vestigio es el automóvil.

5- Te sigue, David Robert Mitchel, EE.UU. 2014

El terror más insoportable es aquel que se sitúa en el psiquismo. Mitchell materializa la experiencia de la psicosis paranoica en un filme sin precedentes en el género.

6- Cuerpo de letra, Julián D’Angolillo, Argentina, 2015 / No todo es vigilia, Hermes Paralluelo, España, 2014

La película argentina más política del año es también un filme trance sobre la percepción de un grupo de hombres que pintan las paredes del conurbano con propaganda política. En su segunda película Paralluelo registra el movimiento final de sus abuelos, primero en un hospital, después en la casa en la que viven, en una película misteriosa y amable por igual, sobre el cuerpo como una potencia finita.

7- Mi amiga del parque, Ana Katz, Argentina, 2015 / La sombra Javier Olivera, Argentina, 2015

Una comedia articulada en la distinción de clase y en el desacople entre ser una mujer y una madre; un exorcismo simbólico en el que el hijo de un cineasta y empresario del cine consigue vencer a su padre a través del cine.

8- Mia madre, Nanni Moretti, Italia, 2015 / Terapia en Broadway,  Peter Bodganovich, EE.UU., 2014

La mejor película de Moretti en años no es otra cosa que un fascinante duelo en clave cómica; el regreso del gran Bodganovich es una comedia sostenida en la ineficacia de la comunicación y el ritmo del lenguaje que le rinde a su vez un homenaje sincero al gran Ernst Lubitsch.

9- Misión: Imposible 5: Nación Secreta, Christopher McQuarrie, EE.UU., 2015

Acción, elegancia, ritmo en un filme que remite a la tradición de Alfred Hitchcock y cuyo relato se destina a priorizar la amistad frente al fin del mundo.

10- Damiana Kriyygi, Alejandro Fernández Mouján, Argentina, 2015

Película política que jamás renuncia a la dignidad de su personaje principal, cuya osamenta todavía porta la memoria de los que quedan siempre en un colosal fuera de campo de la Historia oficial de un continente.

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Las 10 mejores películas no estrenadas durante el 2015

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Ausma

Una aclaración: en esta ocasión privilegié las películas «grandes», un poco porque en la reciente votación que hice para Otroscines.com excluí las «grandes» y aposté por las «chicas». (Ver aquí)

1- Visita ou Memórias e Confissões / Memories and Confessions, Manoel de Oliveira, Portugal,1982-2015

Aquí se puede leer lo que escribí sobre este film.

2- Nie yin niang / The Assassin, Hou Hsiao-hsien, Taiwán-China-Hong Kong-Francia, 2015

Aquí se puede leer lo que escribí sobre este film.

3- Rak ti Khon Kaen / Cemetery of Splendour, Apichatpong Weerasethakul, Tailandia-Reino Unido-Francia-Alemania-Malasia-Corea del sur-México-EE.UU-Noruega, 2015

Aquí se puede leer lo que escribí sobre este film.

4- Samuray-S, Raúl Perrone, Argentina, 2015

Aquí se puede leer lo que escribí sobre este film.

5- Homeland (Irak: Year Zero), Abbas Fahdel (Irak-Francia, 2015)

Aquí se puede leer lo que escribí sobre este film.

6- Comoara / The Treasure, Corneliu Porumboiu (Rumania-Francia, 2015) y Ji-geum-eun-mat-go-geu-ddae-neun-teul-li-da / Right Now, Wrong Then, Hong Sangsoo, Corea del sur, 2015

Aquí se puede leer lo que escribí sobre el film de Porumboiu. Aquí sobre el de Hong.

7- Sangue del Mio Sangue / Blood of my Blood, Marco Bellocchio, Italia-Francia-Suiza, 2015

Otra genialidad del mejor director italiano en actividad, en esta ocasión muy cerca de la incomprendida Il regista di matrimoni tanto en tono, indeterminación narrativa y en el circunspecto sentido alegórico que trasunta en el relato. Posesiones diabólicas, erotismo cristiano, aristocracia decadente constituyen algunos de los temas que aparecen en este film divido en dos períodos históricos muy distantes que tiene lugar en una zona periférica de Italia.

8- Kommunisten, Jean-Marie Straub (Francia-Suiza, 2014) y L’aquarium et la nation, Jean-Marie Straub, France-Suiza, 2015

Aquí se puede leer lo que escribí sobre uno de los filmes de Straub (y sobre el otro viene pronto un texto)

9- Pod elektricheskimi oblakami / Under Electric Clouds, Aleksei German Jr., Rusia-Polonia-Ucrania, 2015) y Ausma / Dawn, Laila Pakalnina, Letonia-Estonia, 2015

Aquí se puede leer lo que escribí sobre el film de German. Sobre Ausma: la última película de la directora letona está inspirada en un proyecto de Eisenstein, pero esta comedia heterodoxa y políticamente ambigua acerca de una comunidad rural en tiempos de Stalin remite directamente a la extraordinaria obra maestra póstuma de Aleksei German, Hard to Be a God. Aquí no es la civilización y su fracaso el tema elegido, sino la constitución y las coordenadas simbólicas de la subjetividad comunista en ese tiempo”.

10- Francofonia, Alexander Sokurov, Francia-Alemania-Holanda, 2015

En principio Sokurov vuelve a filmar un museo (Louvre) y la relación de un espacio de la memoria artística con un capítulo oscuro de Europa en el siglo XX (que no puede ser otro evento que el nazismo), pero este extraordinario ensayo ficcional va más allá de un período específico y termina siendo una amarga aunque poética aseveración sobre la invencible tendencia de nuestra especie a aniquilarse.

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Más alla de las listas y las palabras, el 2015 será el año que Manoel De Oliveira y Chantal Akerman abandonaron nuestro mundo. Sí, lo abandonaron, se fueron, devinieron en pura nada, porque no partieron a ninguna lado. Nos quedan sus películas, las que nos sobrevivirán incluso a nosotros, los admiradores fieles que venimos del siglo pasado y que algún día también seremos materia inexistente.

*  El texto principal fue publicado por la revista Ñ en el mes de diciembre de 2015

Roger Koza / Copyleft 2015