EL MOVIMIENTO

EL MOVIMIENTO

por - Críticas
19 Mar, 2016 04:04 | Sin comentarios

**** Obra maestra  ***Hay que verla  **Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

Por Roger Koza

RADIOGRAFÍA DE LA PAMPA DEL SIGLO XXI

El movimiento

El movimiento, Argentina-Corea del sur, 2015

Escrita y dirigida por Benjamín Naishtat

*** Hay que verla

En su segunda película el joven director confirma su peculiar singularidad entre los miembros de su generación debido a su expreso interés sobre lo político trabajado hasta aquí solamente en el orden de la ficción.

Película inmodesta y escandalosa, El movimiento. ¿De dónde proviene? ¿Cuál es su propósito? ¿Qué decir de su política? Desde que se estrenó en Corea y luego en Suiza, los intérpretes foráneos han visto cosas de las que los hermeneutas vernáculos desconfiaron o que simplemente desmintieron más tarde. Según el contexto de recepción, sin duda, el expresionismo cautivante y virulento de sus imágenes incita a dispares desciframientos. Para el espectador argentino, El movimiento no será inescrutable pero sí inquietante.

“1835. Argentina. Anarquía. Peste” es lo primero que se lee y ve. Luego vienen los preparativos para un fusilamiento tan impío como siniestro. El registro de su cumplimiento no es caprichoso; la considerable distancia del registro habla de una forma de filmar la violencia. Además, en esa escena preparatoria se habla de “un movimiento” y de un innombrable al que se lo califica de una “bestia negra”. Debido al inicial señalamiento epocal, es ineludible asociar los actos en cuestión con La Mazorca, la famosa organización parapolicial del período, y con el segundo gobierno de Juan Manuel de Rosas. Al controversial gobernador no se lo nombra jamás, pero sí se lo puede observar fugazmente en un retrato sobre una pared.

Inmediatamente después, tomará el liderazgo del filme el endemoniado adalid de esta facción en defensa de “el movimiento” interpretado por Pablo Cedrón. Despiadado y convencido, el caudillo recorre la infinita y desolada pampa argentina buscando víveres y riquezas para la tropa y sumar también adherentes al indefinido proyecto político que representa. Hay que vencer la anarquía y restituir la pureza, dos conceptos paradójicos que se repiten en la retórica del líder.

El movimiento es físicamente fascinante. El formato 4:3 y la elección del blanco y negro intensifican el anacronismo del lenguaje de los personajes y el tono expresionista que parece sintonizar con los desvaríos del personaje de Cedrón. La dialéctica entre los planos cerrados de los rostros y los planos abiertos en las locaciones se duplica en un duelo entre la luz y la oscuridad. Todo luce como si se tratara de una contienda de fuerzas malignas nacidas de un magma tenebroso.

La dificultad reside aquí en cómo la Historia y la historia se entrecruzan. Naishtat apuesta por un anacronismo radicalizado en su representación que en su distancia insalvable intenta interpelar el imaginario nacional de nuestro tiempo. La operación formal se evidencia en el final cuando los rostros del pueblo miran a cámara y en el fondo del plano se divisa una moto o un automóvil. Ese giro poético que remite directamente a La comuna de Peter Watkins establece un lazo entre lo pretérito y lo actual.

El director de Historia del miedo sacrifica la Historia para materializar las desordenadas impresiones que atraviesan el inconsciente tormentoso de nuestro tiempo. La negación de la violencia política y los llamamientos a una tolerancia de los buenos modales son inconducentes si se desea mirar a fondo la genealogía de una nación y su enfrentamiento estructural y dual. Es por eso que El movimiento no transcurre hace dos siglos; es más bien una pesadilla confusa y contradictoria que reúne las fuerzas antagónicas que determinan la experiencia colectiva de las primeras décadas del siglo XXI.

Esta crítica fue publicada en otra versión en el diario La voz del interior en el mes de marzo 2016

Lecturas complementarias

* Sobre El movimiento, en un texto que excede a la crítica excluyente del filme (RK), texto que viene acompañado de una larga discusión entre el director y Nicolás Prividera: leer aquí

* Sobre El movimiento, lectura desde Locarno (RK): leer aquí.

*  Sobre El movimiento (NP): leer aquí.

*  Sobre Historia del miedo (RK): leer aquí.

*  Sobre Historia del miedo (MG): leer aquí

*  Sobre Hiistoria del miedo (NP): leer aquí.

Roger Koza / Copyleft 2016