EL BAFICI EN EL BAFICI 2016 (09): ANDRZEJ ŻULAWSKI: UN POCO MÁS GRANDE QUE EL UNIVERSO ENTERO

EL BAFICI EN EL BAFICI 2016 (09): ANDRZEJ ŻULAWSKI: UN POCO MÁS GRANDE QUE EL UNIVERSO ENTERO

por - Entrevistas
14 Abr, 2016 02:22 | Sin comentarios
749346368

Żuławski

Por Boris Nelepo

En la siguiente entrevista, el Maestro polaco habla sobre su último film, una adaptación de “Cosmos” de Witold Gombrowicz.

¿Cómo traducir al cine los libros de Witold Gombrowicz, uno de los grandes modernistas del siglo XX? Pocos se han atrevido. La adaptación televisiva de Peter Lilienthal de Pornografía (Die Sonne angreifen, 1971) fue prácticamente consignada al olvido total y el famoso director polaco Jerzy Skolimowski interrumpió su carrera por 17 años luego de su fallida adaptación de Ferdydurke (30 Door Key, 1991). Se podría afirmar que el de Andrzej Żuławski es el caso opuesto, ya que terminó un párate de 15 años para adaptar a la pantalla Cosmos (1965), la cuarta novela de Gombrowicz, a la vez la última y la más compleja de entre todas ellas. Desafortunadamente, esto significó un trabajo póstumo también para Żuławski.

¿De qué tipo de cosmos se trata? Ante todo es el bizarro microcosmos de una pensión a la cual llega el joven escritor Witold (Jonathan Genet) junto a su amigo Fuchs (Johan Libéreau), con la idea de terminar su novela Los hechizados. A poco de llegar, se encuentran con un gorrión ahorcado de un hilo que los hace sospechar de los dueños, la excéntrica Madame Woytis (Sabine Azéma) y su espeluznante marido el Sr. Leon (Jean-François Balmer). Obsesionado con una criada con un labio deforme (Clémentine Pons), Witold se encuentra además embelesado con la hija de Woytis, la encantadora y recién casada Lena (Victoria Guerra).

Esta breve sinopsis casi agota la totalidad de la historia, porque el verdadero tema de interés de la narración es la diligente máquina interpretativa de los personajes, puestas en funcionamiento para explicar el enigmático mundo que los rodea. Dejemos que Gombrowicz haga el sumario más preciso de su propia obra maestra: “Con gusto digo que este trabajo es una novela sobre una realidad que se está creando a sí misma. Y como una novela policial es precisamente esto -un intento de organizar el caos- Cosmos tiene un poco la forma de un policial romántico”. La prosa de Gombrowicz le sienta como un guante al estilo de Żuławski, que acelera el ritmo y arroja a cada personaje al delirio, al tiempo que gustosamente les entrega espadas verbales para armarlos para la plática ingeniosa. La inescrutabilidad constitutiva del mundo, su rechazo a someterse a la indagación racional, conduce a la inquietud y eventualmente induce la locura. ¿Quién colgó al gorrión?, ¿Por qué mataron al gato? Quizás esta ansiedad profundamente arraigada sea lo que hace humanos a los humanos. Es imposible olvidar uno de los planos más hermosos de Cosmos: el primer plano del rostro de Sabine Azéma casi al final. Es poco frecuente que el cine nos conceda imágenes tan delicadas.

Rodada en Portugal, Cosmos es una película única, cuya singularidad resiste etiquetas. ¿Se trata de una parodia filosófica? ¿Una comedia surrealista? ¿Una historia de detectives metafísica? No es una mera coincidencia que Cosmos se bifurque en su último acto, ofreciendo al menos dos finales para elegir. El estreno mundial de la película tuvo lugar en el Festival Internacional de Cine de Locarno, donde Andrzej Żuławski ganó el Leopardo a Mejor Dirección y anunció que había escrito un nuevo guión. Allí, en el festival, tuve el privilegio de hablar con él de Cosmos.

Gracias a Paulo Branco por su invaluable ayuda al organizar la entrevista.

***

get-8

Cosmos

Boris Nelepo: Lena y Witold recitan un poema de Fernando Pessoa, «Magnificat.» Su versión en inglés proviene de una colección titulada A Little Larger Than the Entire Universe (Un poco más grande que el universo entero), que es a su vez una cita a otro poema de Pessoa. Se trata realmente de una descripción perfecta de Cosmos.

Andrzej Żiulawski: Por esa razón está en la película.

BN: Como a Pessoa, a Witold Gombrowicz también le gustaban los seudónimos.

AZ: ¿A Gombrowicz? Jamás.

BN:: ¿De verdad? Cuando me preparaba para la entrevista leí que había utilizado nombres artísticos para sus obras periodísticas. Por ejemplo, Jorge Alejandro y Andrzej Frycz.

AZ: Oh sí. Pero no para su obra “seria”. El caso de Pessoa es diferente. Algunos de sus mejores trabajos en poesía están firmados con dos nombres distintos.

BN: Su película a menudo menciona Los hechizados, que, hasta donde yo sé, no es uno de sus trabajos «serios».

AZ: No, la escribió sólo por el dinero, justo antes de la Guerra. Creo que la última entrega ni siquiera fue impresa porque comenzó la Guerra. Es un librito tonto.

BN: ¿Y sin embargo usted hace referencia a él porque…?

AZ: El tipo en mi película, Witold, también escribió un libro y no es un buen libro. Y se llama Los hechizados. La anécdota que le cuenta a su amigo cuando van a la playa es de ese libro. No es un libro “real”, creo.

BN: El actor, Jonathan Genet, hace de una persona llamada Witold que interpreta en cierto sentido a… Witold Gombrowicz. Comparten muchos detalles biográficos: él es también un estudiante de Derecho, es oprimido por su padre…

AZ: ¡Y también escribió un mal libro! Es una caja dentro de una caja dentro de una caja. Lo único que no comparte con Gombrowicz es su aspecto. Luce muy distinto. Pero es una película, ¿no? Y una película necesita caras y cuerpos, es muy físico. Encontré a Jonathan Genet en el teatro de una provincia, ni siquiera en París. Es muy llamativo: puede ser muy horrible, pero a la vez puede resultar bastante apuesto. Muy inteligente también y… ¿cómo debería decirlo? Muy valiente como actor. Puede hacer lo que sea. Si lo conocés de noche, pensarías que está loco. Realmente chiflado [se ríe]. Es una muy buena combinación para mí.

cosmos06

Cosmos

BN: : ¿Cuál es el poema que recita al principio?

AZ: ¡Es Dante! Es el comienzo [de La Divina Comedia]: «En medio del camino de nuestra vida/me encontré en un oscuro bosque…» ¡Es el primer verso!

BN: ¡Me da vergüenza no haberlo sabido!

AZ: Debería darte. [Se ríe]

BN:: Mencionó el aspecto físico de su película. Lo que a mí más me impactó fue su traducción de la prosa de Gombrowicz y su entonación -convulsiva, espasmódica-, en un estilo actoral que contiene esas cualidades.

AZ: No estoy de acuerdo con vos. No creo que Gombrowicz sea espasmódico. Es rápido, es veloz, es breve y extremadamente rítmico y… ¿Sabés lo que significa la palabra “cáustico”? Su forma de escribir nunca es desquiciada. Es cáustica, es galopante pero seca. Y no creo que lo de los actores sea espasmódico en lo absoluto. Están en sus propios delirios, pero para ellos sus delirios siempre tienen una lógica profunda. No es un montón de locos en un manicomio. Ellos son pequeños burgueses. Witold quiere escribir una novela hasta que se enamora de esta chica, que nunca tiene nada inteligente para decir. Su relación con su joven amigo es muy íntima, casi homosexual. Así que es un pequeño cosmos complicado.

BN: Los personajes de Gombrowicz casi se inventan un lenguaje propio. Cuando trabajó en el guión, ¿lo hacía traduciendo de polaco a francés o usando la traducción francesa que, hasta donde sé, Gombrowicz aprobó?

AZ: Él nunca la vio, porque murió. Terminó el libro y murió (Nota del editor: En realidad, la traducción al francés fue publicada por Denoël en 1966; Gombrowicz murió en 1969] La traducción francesa es un trabajo decente pero no era muy fiel, así que solo consulté la traducción de [Georges] Sédir, porque no lo encontré igual al texto en polaco en lo absoluto. Por suerte, soy polaco así que lo puedo leer. Y, con más suerte aún, hay palabras como «bleurgh» en Gombrowicz no significan nada. ¿Qué es? ¿Alban Berg, el compositor? ¿Un acantilado tal vez? Pero en francés connota náuseas—bleurgh. Queriendo decir que querés vomitar. Si ves una película mala y alguien te pregunta cómo estuvo, eso es lo que le decís: bleurgh. Así que… es una coincidencia feliz.

BN: Y en el libro vomitan.

: En la película también vomitan. Hacen «bleurgh».

BN: Hay una frase en la película sobre la organización irracional del mundo…

AZ: Sí, y en el libro es la organización racional ¿Te diste cuenta de eso? Una pequeña diferencia entre nuestras maneras de pensar…

BN: Es interesante pensar en las profesiones que ejercen los personajes. Un estudiante de Derecho, obviamente organiza el universo que lo rodea de forma racional, mientras que la organización de un escritor es irracional; Lena es una profesora de lenguas, que también intenta de alguna manera organizar el caos circundante, pero sueña con convertirse en actriz…

AŻ: … lo que significa volver a un mundo desorganizado. Volver al caos que, en mi opinión, es la esencia de la actuación. ¡Muy bien! Estoy de acuerdo con vos. Incluso Witold lo dice aunque brevemente: “Odio la ley”. Abre el libro y se queda dormido. Eso no fue fiel a Gombrowicz. El personaje lo decía en términos más simples, “la organización racional”. Y ahí el viejo le dice: “¿Crees que existe?”. Es un nivel superior decir “irracional”. Pero, ¿vos crees que existe algún tipo de orden? No lo hay. Ni racional ni irracional.

BN: : Me preguntaba también por la escena del gato. Se referencia a Sartre un par de veces en el film…

: Bleurgh!

-1

Cosmos

BN: …así que me hizo pensar en El extranjero de Camus, cuyo protagonista no sólo mata a un hombre sino que le dispara al cuerpo muerto cuatro veces más. De forma similar a Witold, que no puede explicar porque ahorca al gato, el personaje de Camus no sabe por qué hace lo que hace. Es un gran misterio. Me refiero a los cuatro disparos, no al asesinato. Pero la explicación es clara: hacía calor.

: Sí, era un día muy caluroso. Tenía 18 o 19 cuando leí a Camus, pero, por lo que recuerdo, el héroe era iletrado. No era un intelectual. Es un hombre muy básico y hacía calor así que mata. Para mí, El extranjero es la mejor obra de ciencia ficción de todos los tiempos. La segunda mejor es Alien, que cuenta la misma historia. No podés comprender a esta criatura, no te podés aproximar. Incluso si pudiera hablar, incluso cuando el héroe de Camus empieza a hablar, no dice nada. El alien (Nota del traductor: aquí hay un juego con la ambigüedad del término, que puede traducirse cómo “extraterrestre/extranjero” y también como “lo extraño”), el concepto del alien es la esencia de la ciencia ficción. En cierto sentido los personajes de Gombrowicz a menudo eran aliens. El héroe de Cosmos es un alien tratando de estar entre nosotros y de construir algo a partir de un caracol, un gato, un pájaro, una chica tonta. Pero… Yo pienso casi igual, por lo tanto puedo hacer una película.

Lo peor que le puede pasar a un cineasta es tener una causa, un tema, ya sea social o político. Como por ejemplo un taxista… No me refiero a la película americana, que es muy buena. De Niro en Taxi Driver también es un alien, es maravilloso. Pero a menudo pasa en el cine del Este europeo… Algo como: “hagamos un film sobre la guerra, ¡somos humanistas después de todo!”. Yo no lo soy, no creo que los seres humanos se merecen algo mejor que lo que tienen. Es terrible, terrible, terrible… Viste esta película extraordinaria de Charles Laughton, ¿La noche del cazador? Es maravillosa porque trata sobre nada. Es un cosmos. ¿Recordás a la rana mirando a la chica mientras canta? El caballo, odio, amor… ¡Maravilloso! Nunca funcionó: nadie la vio y Charles Laughton murió de… desánimo.

BN: Vio alguna otra adaptación de Gombrowicz?

: No. ¿Debería? Oh bueno, es muy tarde de cualquier forma.

BN: Witold dice que Gombrowicz nunca supo cómo terminar las cosas. Desde la escena del bosque, usted abandona completamente la novela hasta que pone la última frase del libro [«Hoy cenamos fricasé de pollo con salsa bechamel»]. En sus diarios, Gombrowicz escribe mucho acerca de la Forma, con “f” mayúscula. El final también es la pregunta por la forma. Usted le dio a su film no uno, sino dos finales.

: Tres. Si te acordás del libro, no hay final ahí. Los franceses le llaman finir en queue de poisson. Ellos vuelven a la pensión, Lena está enferma, va al hospital y él vuelve a la familia que odia; y comen pollo. Eso es todo. No quiero contar más nada, dice Gombrowicz. Mi película también le escapa a la conclusión. Me reía en la conferencia de prensa. Había una jovencita, muy francesa, muy intelectual, muy aplicada. Muy parisina, muy seca. Utilizó un montón de palabras intelectuales que hice de cuenta no entender. Pero su verdadera pregunta en definitiva era: “¿Witold y Lena van a estar juntos o no?”. Le dije: “Mirá, sos una perfecta contradicción a vos misma. Vos querés que mi película sea una telenovela argentina”. No sé, le dije. Sé que si terminan juntos van a ser muy infelices, así que elegí vos.

frog

La noche del cazador

BN: Witold dice que quiere hacer una película. Luego vemos una escena muy cinematográfica en el bosque. Leon está cantando como en un musical y se deja ver la estructura.

: Como en Hollywood.

BN: ¡Sí! Y luego vemos los créditos finales con un making of de una escena. Es como otra pista que usted nos provee.

: Tenía un final que asustó a todo el mundo, en el que esta cosa se convertía en la película. Los planos que vemos ahora durante los créditos estaban en la propia película. El tipo era bajado por la chica, el Sr. Leon venía a hablar con el tipo supuestamente muerto, había un poco de diálogo, luego comenzaba a llover y eso era todo. Un final sobrio. A algunas personas no les gustó, por eso hice este doble final, o mejor dicho, triple final. El primero es él quedándose con ella, el segundo es él volviendo con sus padres sin ella. Ahí están los dos finales, ¿no? El tercero es el de los créditos donde vemos el material del making of. Es una película dentro de una película dentro de una película. Así que tres finales. Quizás cuatro, si contamos la última frase. 

BN: El montaje de Cosmos es muy especial. Cuando comienza a llover en el momento que Witold y Fuchs van a la playa, hay un jump cut muy repentino, que anticipa un poco los múltiples finales. La música de su frecuente colaborador, Andrzej Korzynski, es hermosa pero también es cortada brutalmente.

: Nada debería ser predominante. La película es lo predominante. Al punto que… amo a Jean-François Balmer, que hace de Leon. Hizo algo fantástico: cantó todo en las montañas en un sólo plano de tres minutos. Es una joya en sí mismo. La cámara se mueve lentamente, él cantando… Pero tuve que cortar la mitad porque le daba mucha importancia a él, que pasaba a apoderarse de la película y yo no lo podía permitir. Me rompió el corazón, pero tenía que hacerlo. Por eso corté algo de la música, porque de otra manera se convierte en el elemento más importante de la escena. Y si te gusta vas a querer volver a escucharlo y yo no quiero que lo hagas.

BN: Hay un motivo recurrente: los planos con Witold, Lena y Leon mirando directamente hacia cámara, hacia el público. Es muy claustrofóbico porque vemos sólo sus rostros, completamente solos en este cosmos. ¿Cómo fue que usted…?

: Con una cámara, una lente, y algunos actores. [Se ríe]

BN: En la pensión hay un TV donde se ven las noticias y se muestran imágenes de una guerra. ¿Cómo eligió ese material?

: Es fácil, está en la TV todo el tiempo. Elegís al azar. Tenés la guerra en Siria y otras guerras en camino en otros lugares, aquí y allá. Mi asistente me trajo un montón de material así que el verdadero problema era ¿qué podemos usar sin pagar? Nunca para: la violencia, los misiles, los niños muriendo. Si la película se situaba acorde al libro, en Polonia en 1939… Pero no había televisión. Sería Hitler preparando su ataque, dándose la mano con Stalin y atacando Polonia por ambos frentes.

BN: Usted declaró en el diario del festival que quería liberar a la novela de su contexto de claustrofobia de preguerra.

: Exacto. Una película no es una novela. Una novela no es escrita para ser una película. No fue un acto de traición. La única diferencia que me importa, más allá de las cosas circunstanciales, es que a Gombrowicz no le gustaba la gente. Incluso las odiaba, excepto por los jóvenes del puerto de Buenos Aires. Yo no odio a la gente en lo absoluto. Cuando lees Cosmos, te das cuenta lo horrible y estúpidos que son los Woytis, lo pesada y poco interesante que es Lena, lo espantoso que es el compañero de cuarto de Witold, siempre quejándose de algo. Yo no puedo hacer eso. No puedo físicamente ir a ver una película que no me dé algo de placer, intelectual o sentimental, o humorístico. O que me dé una idea de descubrimiento. De otro modo, ¿para qué ver una película? Si Cosmos hubiera sido filmada siguiendo la novela, hubiera sido una película muy fea y deprimente. ¿Por qué diablos debería ver a esa gente espantosa? Suena a una pregunta básicamente estúpida. No lo es. Es como la vida. ¿Por qué debería pasar mi vida con gente pequeño burguesa fea y estúpida? No lo voy a hacer. Tampoco voy a pasar mi vida en Hollywood. No me gusta esa gente, no me gustan sus historias. Así que eso te lleva a quedarte solo por quince años. En mi bosque. Deberíamos concluir.

BN: Bleurgh!

: Bleurgh! [Se ríe]

***

Versión al español de Santiago González Cragnolino.

Agradecemos la gentileza de Boris Nelepo por haber cedido desinteresadamente su entrevista realizada en Locarno durante el mes de agosto de 2015.

La versión en inglés de esta entrevista fue publidada por Notebook. Se puede leer aquí.

Boris Nelepo / Copyleft 2016