EL AVISPÓN VERDE / THE GREEN HORNET

EL AVISPÓN VERDE / THE GREEN HORNET

por - Críticas
04 May, 2011 05:55 | comentarios

**** Obra maestra  ***Hay que verla  **Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

Por Roger Alan Koza

MEGABOBO


El avispón verde /  lThe Green Hornet,  EE.UU.,2011 

Dirigida por Michel Gondry. Escrita por Seth Rogen y Evan Goldberg

** Válida de ver

Película menor, y quizás un paso en falso en la carrera del director, y sin embargo puede ser mucho más relevante de lo que parece. 

Una hipótesis: El avispón verde, como lo fueron Un maldito policía en Nueva Orleans y Juegos sádicos en su momento, es una película enmascarada. Parece una cosa, pero es otra. Diríase que el director francés Michel Gondry ha repetido un viejo truco castrense. Su película es una suerte de caballo de Troya, un filme paródico aunque piadoso sobre los superhéroes y la cultura en la que nacen y se representan.

Esta adaptación de una serie radial de la década del ’30, llevada más tarde a la televisión, funciona como una de(con)strucción festiva del concepto mismo de superhéroe: un superhéroe es, esencialmente, un imbécil, a menudo un aristócrata infantil, y siempre un narcisista incurable cuya obsesión más evidente es imponer una tendencia. Quizás el único superhéroe proletario, el hombre araña, sea una excepción, pero con El avispón verde se desenmascara una superlativa banalidad de exportación.

El dilema es conocido: el hijo irresponsable de un magnate de la prensa debe tomar la posición de su padre tras su (dudosa) muerte. Dirigir un diario no está en sus planes hasta que entiende que contar con un periódico no es otra cosa que construir un relato, lo que puede fomentar su nueva diversión filantrópica: ser un superhéroe, más bien pretender serlo, aunque el malísimo del filme, Chudnofsky, luego Bloodnofsky, dará una lección inicial precisa sobre la cultura light, en donde todo resulta una pose.

Pero Britt Reid no será nunca el héroe en cuestión sin su chofer chino Kato, alguna vez huérfano hasta ser adoptado por el padre de Reid. Este sirviente chino es dibujante (sólo para homenajear a Bruce Lee, el “Kato televisivo”), inventor, karateca e inteligente. ¿Hermanos? ¿Pareja? ¿Rivales? La nueva secretaria de Reid será motivo de disputa entre ellos, aunque da lo mismo, pues la lógica del relato es un disparate, y la lucha del bien y el mal en las calles de Los Ángeles resulta irrelevante.

Gondry organiza un despropósito con un propósito: demostrar la trivialidad de los superhéroes, un personaje conceptual que domina un imaginario, lo que no impide que a su vez diseñe un par de secuencias notables: el entierro de un auto, una pelea doméstica entre Kato y el Avispón y la confrontación final en el edificio de un diario.

El estilo de Gondry prevalece: sus encuadres son heterodoxos (poca profundidad de campo, detalle aquí paradójicamente exacerbado por el 3D) y el diseño de arte tiende a convertir lo real en maqueta o en espacio lúdico dispuesto para la fantasía. El avispón verde bien podría ser un largometraje de los personajes de Rebobinados. En el inicio, un falso raccord enlaza simétricamente un plano cenital de una mansión en picado sobre un féretro; durante todo el filme los ralentís típicos de la era Matrix sufren alteraciones visuales, como sucede en la primera lucha callejera del dúo después de decapitar la estatua del padre de Britt Reid. La inquietud de Gondry por retratar la fluidez de las asociaciones mentales tampoco queda relegada, a pesar de que se trata de un gag que reproduce la velocidad mental de un héroe cuyo coeficiente intelectual puede que no sea muy alto.

Los fanáticos de la serie se sentirán defraudados: poco tiene que ver con ella. Los defensores de Gondry (y Seth Rogen) sentirán que ha sido un paso en falso. Pero El avispón verde, película destinada al olvido y al descrédito, es mucho más de lo que parece.