TODO EL DINERO DEL MUNDO / ALL THE  MONEY IN THE WORLD

TODO EL DINERO DEL MUNDO / ALL THE MONEY IN THE WORLD

por - Críticas
09 Feb, 2018 10:29 | Sin comentarios
La última película del director de Blade Runner y Gladiador pretende ser un retrato de la vidas de los ricos. No es justamente la puritana decisión de reemplazar a Kevin Spacey por Christopher Plummer el problema del film; tampoco el material que lo inspira.

**** Obra maestra  ***Hay que verla  **Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

LOS INESCRUTABLES

Todo el dinero del mundo / All the Money in the World, EE.UU., 2017

Dirigida por Ridley Scott. Escrita por David Scarpa.

* Tiene un rasgo redimible

Un tema interesante, un director (excesivamente) valorado, un elenco de peso no garantizan una buena película. 

En un pasaje del irregular, a veces cautivante y asimismo anodino film del veterano Ridley Scott, uno de los personajes dice: “Es como si perteneciéramos a otro planeta en el que la fuerza de gravedad es tan poderosa que curva la luz”. La descripción autoconsciente del joven John Getty III recae sobre la figura de su abuelo, un hombre millonario, uno de los descaradamente millonarios del siglo XX, centuria que configuró a una nueva especie de ricos, disociados de las monarquías y afines. El abuelo no es solamente rico: “Es el hombre más rico de la humanidad”.

Basada en el libro Painfully Rich: The Outrageous Fortunes and Misfortunes of the Heirs of J. Paul Getty de John Pearson, el relato es la crónica de un secuestro. Después de sortear en las calles de Roma el asedio de unas prostitutas, el joven es secuestrado por una banda. ¿Cuánto se le puede pedir al magnate John Paul Getty por su nieto? En una entrevista concedida a la revista Playboy, Getty declaró que la naturaleza de ser multimillonario consistía en desconocer la fortuna que se acumula, porque ya se ha dejado de contar; la suposición de los secuestradores se predica de ese enunciado. 17 millones de dólares no es una suma menor pero tampoco es, hoy, exorbitante; en 1973 resultaba una cantidad inconcebible para los mortales.

Frente a este hecho delictivo y mediático, Scott prioriza la psicología de los involucrados más que la sociología que supone; también prescinde de profundizar la invención de un millonario y el contexto en el que se erige. La previsible disfuncionalidad familiar de Getty, casado y divorciado en tres ocasiones, es un atajo para centrar la fuerza del relato y no descifrar los taimados razonamientos de Getty. La intersección entre el secuestro y el psiquismo de este platónico capitalista del siglo XX reside en su decisión inicial de no cederles ni un centavo a los chantajistas que tienen a su nieto.

Nadie entiende a Getty: ni la madre ni el padre del hijo, ni el investigador que toma la causa, ni la prensa, ni los abogados, ni siquiera los propios raptores. Scott tampoco, aun si su propia riqueza le podría conferir un lugar de privilegio para imaginar la mentalidad de este hombre capaz de pagar una cuantiosa suma de dinero por una pintura en el mismo período de tiempo en el que su más querido descendiente está en cautiverio.

Habrá insuficientes indicios del funcionamiento de la psicología de la sospecha que define el lugar en el mundo del personaje, pero como sucede con todo el film, el esbozo vence al estudio y el apuro a la precisión. Los pasajes iniciales revelan ese problema; la síntesis aleatoria para contar los orígenes del negocio petrolero de Getty parece un remedo de compresión narrativa propio de un film de James Bond. La apoteosis de la pereza se adivina cuando con un plano aéreo se divisa a un almuédano desde el alminar convocando a los fieles a rezar; así se indica que el personaje pasó por Marruecos. Ese plano es correlativo al simulacro shakespereano en el que Getty pasa al otro mundo; parece una gran escena. ¿Lo es? El abuso del estereotipo clausura cualquier atisbo de clarividencia.

Es por todo esto que poco sabremos sobre la vida de estos seres “extraterrestres” que pasan por nuestro mundo sin el yugo de la incertidumbre material. Viven acaso bajo otras leyes de la física y la economía. La vida de los ricos es inescrutable.

* Esta crítica fue publicada en el diario La Voz del Interior en el mes de febrero 2018

Roger Koza /Copyleft 2018