CRÓNICAS MEJICANAS 6

CRÓNICAS MEJICANAS 6

por - Festivales
13 Mar, 2008 11:17 | Sin comentarios

FESTIVAL INTERNACIONAL DE CINE EN GUADALAJARA 12/03/08

Por Roger Alan Koza

 

Faltan dos días para que esta edición XXIII Festival Internacional de Cine de Guadalajara concluya (en verdad mañana es el último día, el viernes hay pocas funciones y está la entrega de premios) y no hay indicio que las películas que faltan proyectarse habrán de elevar las dos competencias más importantes, incluso, la dos correspondientes a los  documentales, que no he seguido sistemáticamente aunque sí visto varías de las películas de la sección iberoamericana.

Hay una evidencia: el criterio de selección, si es que existe, necesita de una revisión, un ajuste y una redefinición. En efecto, debería haber algún tipo de condición mínima para que un film pueda ser exhibido, como pronto que se vea bien. Muchas películas, si se las analiza solamente en términos técnicos, no alcanzan ni siquiera el estándar mínimo y deseable para considerar que se está viendo un plano y no una mancha. Esto implica un problema de fondo: las condiciones de producción en Latinoamérica derivan en un debilitamiento de la calidad del registro. Los soportes digitales disponibles, sin una idoneidad específica, sabotean cualquier cuidado estético: el plano se devalúa y entonces todo pasa por contar historias. Y la verdad es que las que se cuentan aquí carecen de inventiva, sutileza, pertinencia histórica, curiosidad intelectual.

Pero el día comenzó muy bien. Juego de escena, del brasilero Eduardo Coutinho, es un ejemplo de cómo concebir el cine desde recursos mínimos pero guiado por un relevante proyecto cinematográfico en el que la conversación es el método de indagación sobre el funcionamiento estructural de diversos agentes sociales, lo que está conjugado, a su vez, por una concepción precisa y económica de la puesta en escena.

Algún distraído, como alguna vez alguien me dijera a propósito de Hamburgr lectures, de Karmakar, podría objetar que la película de Coutinho no es cine porque sus imágenes no tienen movimiento. Mi respuesta: el movimiento en el cine debería definirse no por el concreto movimiento de registro sino por una concepción del plano que derive en una movilidad de la percepción respecto de la superficie completa del plano.

 

Juego de escena es fundamentalmente una película de entrevistas. A veces se ve la espalada de Coutinho, por lo general está fuera de campo. Se lo escucha. Su delicado modo de preguntar es  inconfundible, a pesar de que su voz siempre aparece en un decibel menos que la voz de quien habla en la entrevista. Los planos son fijos. Quien habla nunca ocupa el centro del cuadro, más bien está desplazado hacia la derecha del mismo. Los planos son medios, y se conjugan cada tanto con primeros planos.

A través de un aviso publicitario Coutinho recluta a casi más de ochenta mujeres. Ellas hablarán sobre distintas temáticas de su vida, cuyo espectro es muy amplio pero revela un patrón discursivo, síntoma de un orden simbólico determinado. En esta ocasión, algunas de las historias están retomadas por actrices conocidas y desconocidas, que rehacen y versionan las historias originales. El dilema es que si uno no conoce a las actrices, la distinción entre ficción y no ficción, entre quien interpreta y que confiesa, entre quien recuerda y quien memoriza, es eclipsada por el procedimiento estético elegido, pero no por ello se diluye la veracidad y autenticidad de quienes hablan.  

Estas mujeres cuentas sucesos traumáticos de sus vidas: embarazos, anhelos personales y excentricidades varias. Pocas veces se articula un discurso social en el libre fluir del habla de las entrevistadas. Las clases sociales están expuestas en el modo de enunciación, y Coutinho, socráticamente, consigue que por ellas hable algo que está más allá de ellas. Llamémosle, que hable la ideología.

En un momento hilarante, un mujer expone y explica oblicuamente su dolor como madre (e hija) respecto de su propia vida a través de Buscando a Nemo, lo que revela cuán profundamente cala Hollywood y sus productos en la constitución de la subjetividad. Es probable que la mujer intuye algo de eso, pues desafiando amorosamente a Coutinho por su aversión a los Estados Unidos, le dice: «Usted es medio comunista».

El film de Coutinho podría ser una objeción a la tesis sobre la hegemonía de los primeros planos, propio de un cine reducido a un mero arte narrativo. La realidad es que los rostros de Coutinho no son los protagonistas de sus discursos. Es el habla el protagonista, y si bien todas las historias que se escuchan son interesantes, lo que se impone es la repetición del orden del discurso y no aquel que cree ser dueño de lo que dice.

A continuación llegó el turno de una película que merece pensarse, no por sus valores cinematográficos, nulos, sino por su condición modélica u objeto paradigmático de una situación de desorientación generalizada sobre cómo juzgar el cine que vemos. Perro contra perro es un film colombiano que está en competencia, que fue parte de la selección del Sundance y que tiene distribución de Celluloid dreams, la etiqueta de los directores, slogan que identifica a la compañía.

13.jpg 

Perro contra perro no existiría como tal si en los ‘90 una generación completa no se hubiera educado bajo la sombra del cine de Tarantino. Este festín de violencia gratuita, cuenta la historia de un matón que se roba un dinero de su jefe, robo que el líder de la banda desconoce hasta que ciertos elementos conducen al matón en cuestión. Hay una trama secundaria: uno de los miembros de la banda ha sido embrujado. Paulatinamente habrá de enfermarse, hasta que la magia negra lo lleve a otro mundo y allí lo espere un muerto que forma parte del gualicho.

Perro contra perro, que se podría llamar Simplemente sangre, celebra, en su afán consciente de demostrar cómo se puede hacer un thirller de autor en Sudamérica, un arquetipo de latino en consonancia con los prejuicios eurocéntricos (y anglosajones de América): los latinos son seres brutales, supersticiosos, apasionados, atrasados.

Fotos: 1) algunas mujeres de Juego de escena; 2) fotograma de Juego de escena; 3) fotograma de Perro contra perro.

Copyleft 2000-2007 / Roger Alan Koza