CRÓNICA DE UNA PROTESTA, UNA REPRESIÓN Y UNA VICTORIA CORTA

CRÓNICA DE UNA PROTESTA, UNA REPRESIÓN Y UNA VICTORIA CORTA

por - Varios
12 Abr, 2022 04:42 | comentarios
¿Qué pasó ayer? Un relato en primera persona sobre los acontecimientos que tuvieron lugar en la sede del INCAA

Para el sábado, la convocatoria pública a la manifestación en las puertas del INCAA ya había sido masivamente compartida en redes sociales por cineastas, intérpretes, trabajadores cinematográficos, estudiantes de cine y críticos de cine. Entre las organizaciones que convocaron a la asamblea en la calle Lima 319 estaban Colectivo de Cineastas, ADN, ADF, DOCA, Ojo Obrero, ATE, Actrices Argentinas, CENERC, entre otras.

Solo unas nubes lejanas cargadas con agua auguraban algún pasaje de mal tiempo durante la tarde. Entre la gente que se acercaba a la manifestación brotaban los saludos, los abrazos y los reconocimientos. Somos pocos y nos conocemos mucho. Eran las 15:00 cuando llegué y recién se empezaba a colgar la bandera que haría de telón de fondo de los oradores y que rezaba en letras rojas: “Fuera Puenzo”.

En líneas generales la manifestación buscaba iluminar tres ejes específicos: se pedía por la no caducidad de los ingresos por impuestos específicos que la ley 27.432, sancionada en 2017, le quitaria a fin de año a institutos que financian producciones culturales como el INaMu (Instituto Nacional de la Música), el INT (Instituto Nacional del Teatro), La CoNaBiP (Comisión Nacional de Bibliotecas Populares), el FOMECA (Fondo de Fomento Concursable para Medios de Comunicación Audiovisual) y, claro, el INCAA; también, se pedía la reincorporación de la injustamente despedida Secretaria Académica de la ENERC Laura Gismondi y el llamado a concurso por la rectoría de la escuela para sustituir al actual rector de mandato largamente cumplido; en tercer lugar, se alertaba sobre el borrador de un decreto que circula en las esferas directivas del INCAA y el poder ejecutivo, el cual establecería fuertes limitaciones y ajustes al Fondo de Fomento Cinematográfico, perjudicando letalmente a las pequeñas productoras y beneficiando a las grandes productoras nacionales. Pero en principio, como la bandera lo indicaba, se apuntaba contra la gestión de Luis Puenzo, la cual, tras un 2021 de silencio sin informes de gestión o diálogo con la comunidad, comenzaba el 2022 incumpliendo su principal promesa conjurada a comienzos de ciclo: la ayuda a las producciones más chicas y el incentivo en pos de un cine más federal y diverso. 

“Tristan Bauer, Tristan Bauer / no te lo decimos más / si no lo sacas a Puenzo / qué quilombo se va a armar”, el canto que tomaba más fuerza a medida que se congregaban los manifestantes resumía el tono de la convocatoria: el basta para una gestión y el ultimátum para la otra, la mayor, la ministerial.

Comenzaban las pruebas de sonido y la gente seguía llegando. Con ellos, los primeros policías se acercaban a las personas más cercanas al flujo de tránsito que continuaba su marcha, pero restringido a un carril por la calle Lima. Con curiosidad, me acerqué a escuchar lo que decían: dos policías le pedían a la gente que dejen libre el carril próximo al contrafrente del edificio del Ministerio de Desarrollo Social. Los manifestantes presentes les explicaban que con gusto se corrían, pero que el corte sería eventualmente inevitable por el caudal de gente que minuto a minuto seguía llegando. Uno de los policías que parecía tener la autoridad sobre la situación cedió ante la evidencia y dio la orden a los efectivos que se apostaban en la esquina de Lima y Moreno junto a unos controladores de tránsito de que desvíen el tránsito por la calle Moreno. El cuarto carril fue cedido y la gente amuchada encontró un poco más de espacio. Una vez resuelto el conflicto deambulé un poco entre las personas hasta encontrar cerca del lugar de los oradores a Miguel “Migo” Savransky, amigo crítico y cinéfilo. Juntos esperamos el comienzo de la asamblea. Los primeros bombos y platillos comenzaban a sonar.

Les cineastas Francisco Márquez y Andrea Testa abrieron la asamblea, luego muches otres cineastas, como Virma Molina e incluso el casi octogenario Miguel Pérez, pusieron cuerpo y voz a las distintas consignas de la movilización. La oratoria variaba pero la casi homogénea agenda se mantenía de disertante en disertante; el orador de Ojo Obrero fue el de la demanda más compleja: remarcó que pedir la renuncia de Puenzo es válido, pero que no alcanza para repensar los problemas de la producción audiovisual en el contexto de deuda y desastre social en el que se sume el país. Fue también el portavoz más crítico de la gestión de Tristan Bauer. Representantes sindicales de ATE y miembros de ADF se hicieron presente poniendo el acento en las problemáticas específicas de los trabajadores de la cultura. Y dos representantes de Actrices Argentinas hicieron hincapié en que esto es una problemática transversal que incumbe a todos los sectores de la cultura argentina. 

II

Cuando el representante del Centro de Estudiantes de la ENERC tomó el micrófono y comenzó a hablar se desató el primer griterío. Nos volteamos y observamos un cordón de uniformados antidisturbios de la Policía de la Ciudad formando un cerco con sus escudos y empujando a la muchedumbre hacia la vereda del INCAA. A los insultos se les sumaron algunas escaramuzas de empujones impotentes contra escudos que se mantenían firmes. Contamos más de 50 policías hasta donde nuestros ojos llegaban, un despliegue de fuerzas completamente sobredimensionado en relación al tamaño de la protesta y su ubicación en una vía marginal. “Cineastas y policías cara a cara”, rezaba el graph de algún programa de noticias en una televisión que se asomaba del bar contiguo al edificio del Instituto. El objetivo era abrir el cuarto carril de la calle Lima, el mismo que apenas cuarenta minutos atrás habían decidido ceder a la manifestación. El cuarto carril se abrió, la gente se vio apretujada y la asamblea continuó infundida en un clima de tensión y cierto grado de desconcierto. 

La pared en L de los escudos se mantenía quieta mientras la asamblea terminaba. Finalizadas las palabras del último orador, poco a poco la gente comenzó a desconcentrar; la mayoría se escurría por Lima hasta la calle Moreno y de allí una cuadra hacia la esquina con Salta, frente a la sede central de la ENERC, donde les estudiantes llamaban a movilizarse para continuar con sus demandas. Con Migo emprendimos la retirada hacia nuestras responsabilidades del día, pasamos por Moreno y Salta acompañando una columna de estudiantes, ayudamos a dos jóvenes que nos pidieron una mano para mover un contenedor de basura para cortar una de las calles de la esquina y seguimos hacia el subte. No llegamos a Av. Rivadavia que nos llegó la noticia de que la represión se había desatado: golpes, al menos tres detenidos y una cacería llevada a cabo por uniformados sobre una manifestación en ocaso. Si ya el incoherente despliegue policíaco para liberar un carril de una calle secundaria de la ciudad era la ilustración de los discursos anti-protesta que cada día toman más fuerza entre la oposición y el oficialismo, esta cacería de la Policía de la Ciudad en una manifestación contra una gestión del oficialismo muestra el barro de derecha en donde se sumerge la agenda política.

Ayer Puenzo brilló por su ausencia, el que apareció fue Bauer. De los cantos con tono de ultimátum, se pasó indefectiblemente a una lluvia de insultos cuando el ministro de Cultura hizo acto de presencia, primero para ingresar al INCAA y luego para dialogar con los encargados del operativo policial. Los platos ya estaban rotos, evidentemente hace rato.

III

Anoche en C5N, Andrea Testa declaró que la manifestación resultó victoriosa, que se obtuvo el compromiso de las autoridades del Estado y la promesa de que el día lunes comenzará una nueva gestión para el Instituto, que se va a llamar a concurso para rector de la ENERC y que se va a reincorporar a la secretaria académica de la escuela despedida injustamente. Hoy al mediodía Luis Puenzo hizo su primera aparición pública en Radio Con Vos y confirmó en el programa conducido por Reynaldo Sietecase que no pretende dar por terminada su gestión. La trama continúa con la declaración de estado permanente de alerta y movilización por parte de distintas organizaciones. La renuncia del director del INCAA está al caer.  

Parece insostenible que las consignas de la protesta no encuentren solución más temprano que tarde, pero la realidad no da puntada sin hilo. Además de ser espejo de la avanzada del discurso de derecha antiprotesta, las imágenes de la represión de ayer fueron masticadas por los medios de comunicación masivos que voluntariamente desoyen para desinformar en pos de sostener un sentido común tan manufacturado como reaccionario, tan extendido como falso: que el cine argentino se sostiene a fuerza del hambre del pueblo y que los cineastas argentinos no son más que vagos mantenidos por el Estado. El arma predilecta de la destrucción es la mentira. Para una amplia mayoría, ayer se reprimieron a ñoquis inmorales, y para mucha gente eso estuvo bien. Lo que está en riesgo no es solo la producción audiovisual de un país, sino la realidad, la verdad, o sea, curiosamente, la propia materia del cine. 

El INCAA y el Ministerio de Cultura no solo deben cambiar el rumbo efectivo de las políticas audiovisuales y entablar urgentemente diálogo con les productores, les realizadores, les trabajadores, les docentes y todo el espectro de la comunidad artística; deben también generar políticas concretas que acerquen, informen y eduquen al público en materia audiovisual. La cultura no solo es la manufactura de piezas artísticas; la cultura es principalmente el vínculo virtuoso de una sociedad. Y es, también, un derecho permanentemente vulnerado.

Por estos rincones del mundo el cine también es esto, gestiones, protestas, en fin, luchas, permanentes.

Tomás Guarnaccia / Copyleft 2022