CRÍTICAS BREVES(184): ¿A DÓNDE? / ILA AYN

CRÍTICAS BREVES(184): ¿A DÓNDE? / ILA AYN

por - Críticas, Críticas breves
26 Jun, 2021 07:43 | comentarios
La ópera primera del padre del cine libanés puede recordar a clásicos del neorrealismo europeo, pero no deja de ser una expresión de un territorio (y de un tiempo).

¿A dónde? / Ila Ayn, Georges Nasser, Líbano, 1957

Para un observador lejano la cordillera del Líbano es un paisaje de ensueño: los valles espaciosos, las montañas rocosas pero no enemistadas con las plantas y las flores, las vacas dispuestas a cooperar fielmente con los campesinos que trabajan la tierra como fuente exclusiva de supervivencia. Georges Nasser, el cineasta al que suele adjudicársele el título de “padre del cine libanés”, en ningún momento desmiente la hermosura de este ecosistema ni la discreta felicidad que puede intuirse en el hecho de vivir en una región alejada de las grandes metrópolis, pero tal convicción sí es cuestionada por dos de sus protagonistas, que sienten que en grandes ciudades lejanas tendrían un mejor destino. El primero es el jefe de la familia protagónica, dueño de su tierra aunque hastiado de trabajar solo para una subsistencia digna; el otro es su hijo menor, que tras veinte años sin saber nada de su padre, que vive en Brasil, también proyecta una esperanza abstracta en el gigante del Sur. Estos anhelos no son compartidos por el hijo mayor y todavía menos por la madre, que los ha criado a todos en una abnegada soledad desde que su marido se fue en barco a Sudamérica. Este drama inmigratorio y familiar de fines de la década de 1950 no deja de ser inesperadamente actual, a diferencia de la aproximación estética y antropológica: ¿A dónde? remite abiertamente al neorrealismo italiano y prodiga una amabilidad democráticamente compartida por cada uno de los personajes, influencias y cualidades extintas en películas del tipo. La proeza de Nasser radica en la simpleza de tono y en la circunspecta sofisticación formal, lo que puede verse en una escena que en términos formales no tiene mucho que ver con la poética de la película:  el hermano menor planea en un bar el gran viaje al extranjero con dos amigos mientras un hombre sentado en una mesa cercana recita misteriosamente una poesía. Esta notable secuencia no desentona con tantas otras que se distinguen por una vitalidad asombrosa, como toda la ceremonia del casamiento, o por una nostalgia desgarradora, como cuando padre e hijo buscan sosiego en un paraje en las alturas en el que la contemplación del mar funciona como un alivio.

Roger Koza / Copyleft 2021