L. Cohen, James Benning, EE.UU., 2018.

El cantautor Leonard Cohen murió el 7 de noviembre de 2016. El 21 de agosto de 2017 se produjo un eclipse solar en Estados Unidos. James Benning reúne ambos acontecimientos separados por menos de un año, uno existencial y el otro cósmico, en un único plano de 45 minutos que no es otra cosa que una elegía naturalista. El paisaje escogido es deliberadamente insustancial. La única distinción de la insípida geografía registrada consiste en un pico nevado de Oregón que apenas se puede observar en el fondo del plano debido a una atmósfera que no luce cristalina. Ninguna presencia humana o animal atraviesa el campo visual; solo se divisan unas casas a lo lejos, un arado de discos, un par de barriles, postes de luz y unas gomas de tractor. El resto es campo sin cultivos reconocibles; podría haber sido un idílico trigal o un arrozal, es decir, algo vistoso, elección contraria a la que toma Benning, y con toda razón: la insignificancia del ecosistema es clave para la revelación cósmica que llega pasados unos veinte minutos, fenómeno ocasional que modifica la consideración de ese lugar. Hasta ese momento las únicas variaciones son de índole sonoro: un ubicuo sonido no identificable de fondo que jamás se detiene, el eco de los motores de una ruta cercana, las moscas, el canto de pájaros diferentes constituyen la banda de sonido. Pero con el eclipse la expresión de algarabía y asombro de un grupo de personas entra sonora y tímidamente al cuadro, con menos circunspección que la de unos grillos que arrancan con sus melodías minimalistas creyendo que ha llegado la noche y es el turno de ofrecer el regular número musical tras la llegada del crepúsculo. Lo extraordinario es todo lo que pasa en 45 minutos sin que varíe el plano, descubrimiento que avanza lentamente y cuya condición de posibilidad reside en la paciencia del espectador y en su capacidad perceptiva para deslizarse en el plano y también para escucharlo. La recompensa no será entonces solamente devenir testigo de un eclipse filmado, sino también escuchar Love Itself, tema de Cohen cuya primera estrofa parece perfecta para nombrar el valor que tiene la presencia del sol en nuestras vidas.

Roger Koza / Copyleft 2021