COW

COW

por - Críticas
16 Feb, 2022 03:42 | comentarios
El retrato de Luma es un cuestionamiento a fondo sobre el especismo y su praxis, como también un retrato indirecto sobre miles de hombres y mujeres que trabajan en fábricas o empresas como animales.

CRÓNICA DE UNA VACA EXPLOTADA

Hay una escena recurrente de Cow, una versión extraordinaria de la alienación contemporánea que no se limita a develar un sistema de explotación injustificable en el tratamiento de las vacas. De inmediato se podría inferir que se trata del violento procedimiento de extracción de leche. Las urbes hinchadas son escandalosas, no menos que el sometimiento a las invenciones técnicas para simular con un caño de plástico la teta de una vaca en la boca de un ternero. Esos pasajes no están ausentes en Cow, pero no son los más indignantes y reveladores.

En las mañanas o en las noches, las vacas son alimentadas en fila por un sistema de segmentación grupal en el que se suministra la ración de alimento balanceado. A medida que llegan las vacas al “comedor” comienza, a sonar canciones pop que acompañan el almuerzo o la cena. La primera vez parece una elección curiosa e incluso simpática. En la repetición y en las variaciones de encuadre, ese matiz sonoro transforma todo el ritual en un ejercicio de tortura dietética. Sin gran imaginación, eso que sucede con las vacas puede extrapolarse a otros animales. También a la cotidianidad de cientos de trabajadores del mundo. La sobrestimulación indetenible atonta a las vacas, las anula. La alienación no es un concepto vetusto. 

Cow no es otra cosa que el seguimiento minucioso de la vida de Luma en una granja que ni es familiar ni industrial. De los cientos de vacas que tienen en función de producir litros de leche, Luma es la única con nombre. Condición que singulariza al animal y quizás humaniza (falsamente) a sus dueños, pero que no le reporta ningún beneficio; ni siquiera el ternero que da a luz en el inicio tendrá nombre, por supuesto sí un número y una marca fijada en su cabeza con el ardor de un hierro candente. Como el resto de las vacas, Luma está al servicio de un régimen producción planificado con rutinas propias de un campo de concentración. Por eso, el acto en que las vacas están en el campo, tragando pasto y descansando en la noche, es un instante en que puede aún sentirse la experiencia de liberación los animales. Ni hace falta verles la mirada. 

Un par de siglos atrás, Jeremy Bentham entendió que la defensa de los animales y sus derechos no consistía en saber si razonaban, sino en constatar si sufrían. La película es narrativamente elocuente, como pueden serlo el contundente tratado Empty Cages: Facing the Challenge of Animal Rights de Tom Regan o la obra maestra de Robert Bresson Al azar Baltasar. Lo que se ve acá suele incomodar; hasta el cínico detrás de su risa obscena sabe que el desafío de pensar sobre la vida de las otras especies será éticamente ineludible.

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Cow, Reino Unido, 2021.

Escrita y dirigida por Andrea Arnold.

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*Publicada con otro título en Revista Ñ en el mes de febrero 2022.

Roger Koza / Coypleft 2022