CINEFILIA ONLINE (09): DOS CINEASTAS ARGENTINOS

CINEFILIA ONLINE (09): DOS CINEASTAS ARGENTINOS

por - Cinefilia online
05 Ene, 2015 03:26 | Sin comentarios
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Un mundo misterioso

Por Roger Koza

Ante la impaciencia de los exhibidores frente a películas “pequeñas”, tanto argentinas como de algún país que no sea Estados Unidos (si es que las estrenan), es lógico que muchos directores decidan subir sus películas a plataformas propias para que sus trabajos se encuentren con el público. Es el caso de dos directores argentinos como Andrés Di Tella y Rodrigo Moreno.

En la sala virtual de Di Tella se pueden revisar varias de sus películas recientes: ¡Volver a las montañas!, Hachazos, El país del diablo; excepto Un mundo misterioso, que es un largometraje, en el canal de Moreno se pueden ver sus cortometrajes, entre ellos Dame tu mano, del proyecto Sucesos intervenidos.

Di Tella participa en parte del llamado giro subjetivo en el documental. Sus inquietudes personales y familiares suelen articular algunas de sus películas, como sucede en La televisión y yo (que está disponible) y Fotografías. Subjetivo no es sinónimo de narcisista, y esto es algo que se puede corroborar justamente en Fotografías, en donde el realizador reconstruye literalmente el árbol genealógico de su madre nacida en la India, país que, en el comienzo del filme, el director solamente había visitado a sus 11 años. Si bien su propio hijo y su padre, como otros miembros de la familia, están presentes en el filme (incluidos los que descubrirá en un segundo viaje a la India, como su primo Gautan), su periplo identitario labra un mundo universal en su propio mundo.

El primer giro inesperado estriba en la figura de Ricardo Güiraldes, el autor de Don Segundo Sombra, quien solía viajar a la India en una búsqueda espiritual que anticipaba el viaje de los Beatles varias décadas después. Aparentemente, Güiraldes fumaba hachís, le interesaba el hinduismo y el gaucho famoso de su novela estaba más inspirado en un gurú (¿Ramana Maharsi?) que en un habitante de las pampas, algo que confirma un pariente indio del escritor adoptado de muy niño por un familiar de Güiraldes. El testimonio de Ramachandra, quien vivió en el sur de Argentina, no solamente es significativo para los amantes de la literatura sino también para comprender el punto de vista del filme: Di Tella, hijo de un intelectual argentino (Torcuato Di Tella) y una mujer india, ha sido siempre un extranjero en su propio cuerpo.

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Fotografías

Probablemente, esa misma experiencia paradójica de libertad y desarraigo fue la que vivió la madre del cineasta, algo sugerido por la artista plástica Marta Minujín, una de las grandes amigas de Kamala, que junto a su marido habían creado el famoso Instituto Di Tella. El espíritu libre de aquella época parecía coincidir con el sentimiento de una mujer díscola que fue la primera de su familia en desobedecer los mandatos de su tradición, lo que explica tanto su matrimonio interracial con un argentino y algunas de sus amistades, como la que tuvo con R. D. Laing, psiquiatra escocés frecuentemente asociado al movimiento de la antipsiquiatría.

Fotografías es una película amable y apasionante que sintetiza la subjetividad del siglo XX. (Se puede ver aquí)

En Un mundo misterioso, el segundo largometraje dirigido íntegramente por Moreno, que pasó prácticamente desapercibido en el momento de su estreno, se puede verificar un notable rigor en la composición de los encuadres y un concepto sonoro general formidable; es una película secretamente refinada, tan abstracta como material. La película arranca con una pareja que acaba de tener sexo y no obstante está a punto de separarse por un tiempo. Ese es el pedido de Ana, un requerimiento enteramente inesperado para Boris, que terminará instalándose por un tiempo en un hotel de dos estrellas.

Pero a Moreno no le interesa tanto el previsible malestar y desorden emocional de su protagonista varón, sino más bien un conjunto de situaciones cotidianas desmarcadas de la valencia funcional establecida, lo que intensifica la experiencia óptica de su personaje masculino respecto del mundo que lo rodea.

Como sucedía en El custodio y también en Réimon (que se estrena en marzo), el empleo del tiempo es el tema secreto del filme: el tiempo está intrínsecamente ligado al movimiento, de ahí que los viajes en auto, colectivo y ferry ocupen gran parte del relato. A veinte minutos del final, una escena que transcurre en un taller mecánico mientras suena un tema de Atahualpa Yupanqui es sin duda el corazón del misterio al que alude el título, una secuencia que prodiga una discreta ternura entre los hombres, en uno de los menos estereotipados retratos del año nuevo jamás vistos en el cine. (Aquí se puede ver Un mundo misterioso)

Este artículo fue publicado en el diario La voz del interior en enero de 2015

Roger Koza / Copyleft 2015