CINECLUBES DE CÓRDOBA (35): LOS AMORES DE SCORSESE

CINECLUBES DE CÓRDOBA (35): LOS AMORES DE SCORSESE

por - Cineclubes de Córdoba, Críticas
16 Jun, 2014 11:20 | comentarios
Orilla

La tercera orilla

Por Roger Koza

Algo muy malo tiene que haber pasado para que ese colectivo llamado juventud se desespere por ver películas como El pacto o las de las sagas Crepúsculo, Los juegos del hambre y ahora Divergente e ignore olímpicamente una película como La tercera orilla, de Celina Murga, un filme que interpela directamente al núcleo secreto de la incomodidad de ser joven.

Naturalmente, el extraordinario filme de Murga no postula la imbecilidad recurrente del camino del héroe sino el duro proceso por el cual se elige la autonomía. Hasta sería deseable un poco de mímesis con la furia pírrica e incendiaria del protagonista al final. El conservadurismo y conformismo juvenil son una peste.

La tercera orilla, que se podrá ver desde hoy hasta el miércoles en el Espacio INCAA de Ciudad de las Artes, transcurre en Concepción del Uruguay, Entre Ríos. El protagonista central es Nico, un joven a punto de dejar la escuela secundaria. Es posible que siga los pasos profesionales de su padre: estudiará medicina y pasa parte de su tiempo libre en el hospital que éste dirige.

El padre de Nico no es cualquier padre. Este patriarca de clase media alta no solamente da órdenes en el hospital y a los peones de su chacra: también circula abiertamente y frente a sus propios hijos entre dos casas. Tiene dos familias y satisface a sus dos mujeres casi a la vista de todos, en una suerte de exhibicionismo de su goce que es una de las fuentes de violencia del filme. “Matar al padre” dicen los psicoanalistas; en este filme preciso y delicado se entiende perfectamente qué se quiere decir con esa sentencia simbólicamente homicida.

En su cuarta película Celina Murga demuestra por qué es una especie de ahijada de Scorsese: el tiempo del relato, el trabajo magnífico con todos los actores y la puesta en escena (de)muestran a una directora inspirada y segura como pocas. Las decisiones de encuadre son ejemplares. Véase una secuencia de transición en la que el padre y Nico sacan leña de una camioneta y al fondo del plano se ve a uno de los hermanos jugando y a la hermana mayor concentrada en su celular. Todo lo que se ve es pertinente. Hay escenas de una fuerza inagotable, como la que transcurre en un karaoke, cuando los hermanos mayores interpretan un tema de Spinetta y Charly García. Hermosa forma de filmar la furia, sublimada por la mirada de una cineasta grandiosa.

the_conquest_of_the_pole

La conquista del polo

Encuentro con Méliès

Cuando se habla de la prehistoria del cine se insiste siempre con los hermanos Lumière, pero fue George Méliès, recientemente resucitado por Scorsese, quien llevó al cine a desarrollarse en el camino de la ficción. Con él el cine se libera de las constricciones de lo real y da rienda suelta al libre uso de la imaginación.

El Cineclub Municipal Hugo del Carril (Bv. San Juan 49), de este jueves 19 al domingo 22, exhibirá una considerable cantidad de cortometrajes del director de Viaje a la Luna, su película más conocida, aunque no necesariamente la más creativa. Títulos como El castillo embrujado, El sueño del astronauta, Los viajes de Gulliver, El reino de las hadas, El viaje imposible, La conquista del polo, entre otros, demuestran cómo el director se las ingenió para traducir sus diversas fantasías en la puesta en escena, marca distintiva de su obra. El ciclo viene acompañado por dos sólidos documentales sobre Méliès, que funcionan como una excelente introducción al director: La magia de Méliès, de Jacques Mény, y El gran Méliès, del gran Georges Franjú.

Antes de la Palma de Oro

Érase una vez en Anatolia es la penúltima película de Nuri B. Ceylan, reciente ganador de la Palma de Oro en Cannes 2014 por Winter Sleep, filme muy inferior al que exhibirá Cinéfilo Bar (Bv. San Juan 1020) el próximo miércoles 18 a las 20.30hs. Esta pieza magistral gira en torno a la búsqueda de un cadáver que precipita en todos los personajes involucrados en la pesquisa policial una meditación filosófica no exenta de momentos humorísticos sobre el deseo como motor de toda la vida humana. El segmento que transcurre en una aldea perdida de Anatolia durante una noche es un prodigio narrativo y un verdadero orgasmo óptico.

Esta nota fue publicada en La voz del interior en el mes de junio 2014

Aquí se pueden leer más notas sobre La tercera orilla (son tres los links)

Roger Koza / Copyleft 2014