CINECLUBES DE CÓRDOBA (15): VIAJES Y ROMANCES

CINECLUBES DE CÓRDOBA (15): VIAJES Y ROMANCES

por - Cineclubes de Córdoba, Críticas
02 Sep, 2013 05:39 | comentarios
Before_midnight

Antes de la medianoche

Por Roger Koza

El misterio ya fue revelado: Jesse y Céline, finalmente, tuvieron hijos y vivieron felices para siempre… ¿Fue así? Toda una generación (de clase media, mayoritariamente) esperaba la tercera entrega de un presunto clásico del cine romántico de todos los tiempos. Primero fue Antes del amanecer, después Antes del atardecer y ahora Antes de la medianoche. Durante casi dos décadas, Richard Linklater, acompañado por Ethan Hawke y Julie Delpy, reinventaron en sus propios términos la aventura romántica, el tema predilecto de muchos hombres y mujeres que todavía creen en el proyecto amoroso y van al cine a refrendar su creencia más preciada.

Se ha dicho de todo: la pareja resulta demasiado burguesa; sus dilemas filosóficos sólo tienen asidero si uno se va de vacaciones a Grecia; él es demasiado narcisista y adolescente, ella demasiado feminista e histérica y el punto de vista del filme secretamente machista. Para algunos se habla demasiado y no hay mucha diferencia con el teatro (filmado). Las objeciones de los detractores de Antes de la medianoche pueden entenderse y atenderse si se las considera aisladamente y no se mira el filme a fondo y como un todo.

Antes de la medianoche extrae su fuerza de otra dimensión de la vida humana que va más allá de los avatares del corazón y su gramática. La fuerza reside en habilitar una experiencia colectiva sobre el tiempo. La historia de amor se desenvuelve década a década, y nos reencontramos con los personajes envejecidos. Son ellos pero hay variaciones, y eso se duplica fuera de la pantalla: sus fieles espectadores tampoco somos los mismos. De ahí el fervor generacional: la experiencia es un ida y vuelta.

Pero Antes de la medianoche sigue siendo el mayor referente de una noción lúcida del romanticismo. El amor solamente puede sostenerse en la conversación. Tener buena cama es una condición inicial, pero sin la palabra los amantes agotan sus promesas iniciales. Lucidez que también anuncia el discreto alcance de la vida en pareja, como sugiere magistralmente la primera escena. Linklater demuestra ser uno de los directores que mejor entiende cómo se filma el habla. (Del jueves 5 al domingo 8, en el Cineclub Municipal Hugo del Carril, Bv. San Juan 49).

Una historia sencilla

Pies en la tierra es la ópera prima de Mario Pedernera. El intenso y talentoso actor cordobés Francisco Cataldi compone a Juan, un joven paralítico que se gana la vida vendiendo pescado. La inesperada muerte de su madre, con quien ha vivido toda su vida, lo obligará a buscar a algunos familiares que viven lejos. Esta road movie se predica de las dificultades motrices de su protagonista, pero justamente de ese impedimento surge su fuerza narrativa y visual: los planos generales de Juan viajando con su silla de ruedas son parte del encanto del filme, que siempre evita convertir el paisaje en postal e insiste en la fuerza de voluntad del personaje y su paulatina transformación. Como en todo filme del género, los encuentros con transeúntes y otros viajeros son fundamentales para que el héroe en cuestión pueda acceder a un nuevo estadio de su propio aprendizaje. Un buen debut, en el que se nota los aciertos y las vacilaciones en la puesta en escena.(Del lunes 2 al miércoles 4, en el Espacio INCAA de Ciudad de las Artes).

Demasiada lucidez

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Singularidades de una chica rubia

Singularidades de una chica rubia, de Manoel de Oliveira: ¿qué decir de una pieza breve y genial? “Lo que no se puede contar a un amigo o a una esposa, se lo puede contar a un desconocido”. Esto es lo que piensa Macário mientras viaja en tren, y efectivizará su pensamiento minutos después con la pasajera que tiene al lado. El relato en cuestión será la película, una historia de amor fallida entre él y una rubia bellísima y muy joven que verá por primera vez desde la ventana de su trabajo. No será la última vez que veremos a su confidente, pues la puesta en abismo articula el relato y no sólo habrá un par de flashbacks entre quien relata y el relato en sí sino también una visita a una casa dedicada a Eça de Queiroz, autor de la pieza aquí adaptada, y un homenaje a Fernando Pessoa (referencia constante en la obra de De Oliveira), citado y leído por el gran Luís Miguel Cintra: “Existir claramente, y saber hacerlo sin pensar en ello”, frase que pertenece a “El cuidador de rebaños” y que tácitamente alude al comportamiento del amante alicaído. La sencillez de la historia, un joven contador que pierde injustamente su trabajo y busca la forma de garantizar seguridad económica a su enamorada sin lograrlo del todo, hasta que su tío y previo empleador acepta la decisión del sobrino de casarse, se combina perfectamente con la magistral puesta en escena: el extraordinario uso de la profundidad de campo en varias escenas (como en varias ocasiones sucede con las miradas entre los enamorados desde las ventanas, o como se elige mostrar y vincular el recitado de Pessoa con el devenir del relato entre los personajes, durante una reunión social aristocrática), el contrapunto entre las convenciones y conductas de un cuento moral decimonónico y la contemporaneidad política aludida en algunas ocasiones y la inteligencia del director de 103 años para transmitir a través de planos generales de Lisboa y sus calles y monumentos la Historia (y la civilización) contenida en los ladrillos y el espacio público. (Cineclub Municipal Hugo del Carril, 20.30hs)

Otro viaje

Caravana de paz (1950), una de las grandes películas de John Ford, es un extraño viaje por el Oeste. Dos vagabundos son los guías de un duro periplo en carreta emprendido por una comunidad de mormones en pos de un nuevo sueño. Ford vuelve a demostrar su capacidad infinita para filmar los vínculos en el seno de una comunidad pequeña y para transformar el paisaje desértico en una entidad cinematográfica cuyo horizonte es siempre el anuncio de una esperanza. (Martes 3, a las 20.30, en Cinéfilo Bar, Bv. San Juan 1020).