CARTA ABIERTA 2019: POSICIONES Y ANHELOS

CARTA ABIERTA 2019: POSICIONES Y ANHELOS

por - Varios
03 Abr, 2019 05:08 | comentarios
Con bastante retraso, nuestra carta anual: intenciones, posiciones, deseos.

He perdido la cuenta de cuándo y por qué empecé con este sitio. Primero fue un blog para la actividad de cineclubismo que realicé hasta el 2013, luego un espacio de reunión de textos propios, más tarde un territorio literario dedicado al cine en el que gente a la que admiro y respeto quiso también participar. En este momento, enfrente de mí, tengo un libro que amo y que me abstengo de nombrar solamente por pudor. Lo cito: “La esencia de una cosa no aparece nunca al comienzo, sino hacia la mitad en la corriente de su desarrollo, cuando sus fuerzas se han consolidado”. ¿Es hoy la mitad del camino? Es posible. Tengo 51 años recién cumplidos, puedo imaginar seguir con esto por unos 15 años más y creo entender hoy qué es Con los ojos abiertos.

¿Qué es entonces esto que me reclama horas diarias, esté dónde esté, sin descanso y sin interrupciones? Respondo en forma breve: un hogar para el cine en el que todos pueden hospedarse, más allá de sus anfitriones.

Quienes me acompañan tienen visiones distintas del cine, no siempre son compañeros generacionales y los he conocido gradualmente a lo largo de unos ya 12 años. ¿Fuimos siempre amigos? La amistad fue primero una intuición, luego una constatación empírica, misteriosa en ocasiones. Lo cierto es que entre todos nosotros no compartimos mucho en común, apenas un tenue sentimiento y una posición dilatada frente al cine y el mundo. Luego percibo las diferencias, las que, paradójicamente, nos unen, quizás porque el núcleo mínimo que sí compartimos es indudable.

Un colega al que aprecio debido a su compromiso literario y tesón profesional me envía un mail pidiéndome participar en este espacio. Lo he leído mucho y me interesa siempre lo que escribe, pero en un momento descubro su posición política, que es también una estética, y me entristece darme cuenta que no es aquí el lugar para expresarse. No se lo dije aún, personalmente. Eso no significa desdeñar su posición, menos aún considerarlo un enemigo, ni siquiera un rival. Tiene una lectura del mundo que para mí perpetúa el statu quo y los lugares prefijados de todo. Me sorprende que no se dé cuenta, al ofrecerse, del límite que nos limita y nos diferencia. Discutir, pensar juntos e incluso establecer una forma de amistad no es solamente posible, sino deseable, pero una posición de trabajo tiene un límite, y es aquí cuando puedo divisar qué significa Con los ojos abiertos.

Quienes ponen su firma en este sitio participan de una posición que no es mayoritaria en la crítica de cine. El desdén y la burla suelen caer sobre nuestra posición. Es que ser progresista resulta para muchos una infección decorativa propia de personas que no asumen sus contradicciones y que suelen traicionar a menudo sus propios ideales. Es cierto que muchos progresistas se traicionan, pero no es esto una prerrogativa de esa posición. Los cristianos, los liberales, los anarquistas, tanto de izquierda como de derecha, también lo hacen. Pero es muy frecuente entre nosotros enfatizar las incoherencias de todo aquel que sintió que la nivelación colectiva de la justicia es un deseo por el cual vale la pena luchar. ¿No es esto el progresismo? ¿No es creer, como lo concibió Stanley Cavell, que el cine nos puede hacer mejores? Quien así lo sienta debe saber que con la honestidad no se juega, y que la voluntad de verdad también condiciona al crítico de este cuño. El capricho y el perspectivismo es la virtud de otros; un progresista también orienta su mirada y su escucha a los sonidos y las figuras de la verdad.

Pero ser progresista no significa establecer un criterio inamovible por el cual se analiza todo film de acuerdo a un principio político que sirve como contraste y criterio de cualquier obra de arte. Este es el razonamiento que les encanta a nuestros oponentes: si un film se acerca a esa vara hermenéutica, pues entonces este es mejor que otro que no lo logra. Debo advertir que tal vez el progresismo en la crítica es otra cosa; no se trata de un contenido, sino de una posición. Es ante todo un saberse y entonces exponerse en una posición de recepción, de lo que no se predica una imposición al objeto. La libertad estética no está limitada por una posición semejante, excepto cuando el progresismo cobija una sombra moralista que poco tiene de progresista. En materia moral, y en la máxima exigencia de esta posición, no hay prácticamente límites al respecto. Películas como Sweet Movie o Conspiradores de placer deberían ser para nosotros hitos dionisíacos de celebración, tan importantes como cualquier film que enuncie y denuncie la cosificación de los hombres y las mujeres, la explotación de los trabajadores o las mallas del poder. Recuerdo ahora el paródico señalamiento de un colega que creyó ver en mí alguna incomodidad frente a un film de Suzuki, como si la violencia en sí, por fuera de la elección representacional y el código elegido por el cineasta, suscitara escándalo en mi presunta noble alma progresista. Es curioso: yo no suelo estar pensando sobre los placeres y los desdenes ajenos, quizás porque no anhelo desear lo que otros desean, lo que no significa no tener curiosidad sobre por qué sienten como sienten. La rigidez no es consustancial a la posición progresista.

No sé si esto puede o no interesarles a los lectores, pero me parece apropiado explicitar nuestra posición. Desde aquí escribimos, por aquí empezamos.

II

¿Qué tendremos en los próximos meses del año? ¿Podremos cumplir con algunas promesas del pasado y sumar a estas algunas nuevas? Tres nuevas plumas tendremos en Con los ojos abiertos: Kent Jones, Martín Pawley y Victor Guimarães se sumarán al staff de redactores. En el caso de Jones, quien ha dejado prácticamente de escribir, con su anuencia, publicaremos algunos textos extraordinarios de su notable producción que no han conocido traducción al español. Pawley tiene un especial interés en la ciencia y su relación con el cine, y espero que parte de sus columnas puedan plasmar esa genealógica relación entre el cine y el conocimiento. Guimarães nos ofrecerá noticias desde el país del diablo. Lo que viene sucediendo en el cine de Brasil no puede ser analizado disociándolo de lo que ha acontecido en materia política y social. En Con los ojos abiertos, hemos dedicado muchísimo tiempo al cine del país hermano. Con Guimarães tendremos una lectura más acabada de lo que sucede en ese país conducido por un psicópata.

Es conveniente recordar que Julia Kratje sumó dos textos magníficos sobre el cine de Ana Katz en el mes de enero; no fue una incursión azarosa, pues desde ese mes se ha sumado a los redactores de Con los ojos abiertos. Seguirán las columnas de Gustavo Fontán, Sebastián Menegaz y Ramiro Sonzini. Es difícil saber qué pasará con Koger Roza, aunque estimo que no dejará de contribuir con algún texto. Por las dudas: Koger Roza no soy yo, ni siquiera en un viaje lisérgico. Otras firmas que supieron tener aquí una columna no estarán presentes en este año, al menos no he tenido noticias de ellos. Por su parte, Prividera, García, Gamberini y González Cragnolino seguirán firmes, como lo vienen haciendo a lo largo de todos estos años, y el queridísimo Jaime Natche proseguirá con sus precisas reseñas de libros de cine.

Este año espero poder cumplir con viejas propuestas anunciadas: las entrevistas a los críticos de cine de todo el mundo de menos de 35 años, los ensayos audiovisuales como extensión a la crítica de cine, el análisis de la obra de directores emergentes son áreas de interés que intentaré abordar. Sumaremos una sección sobre oficios del cine (entrevistas a directores de fotografía, montajistas, sonidistas), otra sección titulada “Estudios”, en la que se intentará examinar la obra completa de un cineasta clásico no canonizado, y asimismo sumaremos otra llamada “Historias del cine”, en la que entrevistaremos a críticos de un país específico para extraer de su saber una lectura histórica sobre el cine del país en cuestión.

Seguiremos cubriendo festivales y estrenos, haciendo entrevistas y reseñas de libros, como también repetiremos La Internacional cinéfila y otras secciones similares. Este año reforzaremos la sección Cine online, y muy pronto anunciaremos algo muy concreto al respecto.

Con esta carta que debería haber sido publicada en enero, empezamos el año en abril. Por distintas razones no pudimos tomar un descanso ni en el mes de enero ni en el siguiente.

Ojalá nos acompañen durante este año. Nosotros, como siempre, intentaremos dar lo mejor que tenemos. En nombre de todos los que aquí publican, les damos la bienvenida.

Roger Koza