CANNES 2023 (02): DE REYES Y SÚBDITOS

CANNES 2023 (02): DE REYES Y SÚBDITOS

por - Festivales
18 May, 2023 04:58 | 1 comentario
Algunas palabras sobre la película de apertura y el western de Almodóvar.

La ceremonia de apertura tuvo una sola virtud: la brevedad. El empeño por parecerse a la de los Óscar persiste cada año, y el momento Hollywood de la noche fue cuando en el gran Teatro Lumière sonó una versión espantosa de Stand by Me. Los arreglos y la orquestación del tema eran indiscutiblemente ideales para que un grupo de aficionados copie la versión y pruebe suerte en un restaurante cercano al puerto con música en vivo. Excepto por la voz del cantante de Gabriels, Jacob Lusk, cuyos agudos sostenidos no deben haber sido ignorados por las 2300 personas presentes, todo fue un remedo de cualquiera fiesta de apertura concebida en Los Ángeles.

Liderada por la actriz Chiara Mastroianni, la ceremonia siguió el curso esperado: presentación del jurado y premio anual a la trayectoria. Como sucede en sus películas, la retórica del presidente del jurado de la selección oficial 2023, Ruben Östlund, insólitamente dos veces ganador de la Palma de Oro, fue tan anodina como correcta. Antes de que se lo presentara como un visionario del cine, subió Damián Szifrón, el cineasta argentino que es uno de los nueve miembros del jurado.

La noche tuvo su pico emocional cuando Michel Douglas subió al escenario, tras las amables palabras pronunciadas por la actriz estadounidense Uma Thurman, quien definió la virtud del actor, pronto a cumplir 80 años, como aquella en la que en vez de disfrazarse para componer a sus personajes más bien se despoja de todo al darle vida a cada uno de los que protagoniza. Douglas vertió las palabras de ocasión y con la elegancia que prodiga la experiencia empleó el tiempo justo y supo combinar memorias personales con ideas generales sobre el oficio al que le dedicó toda su vida.

Cortesana para todos

Jeanne Du Barry

En Cannes el vocablo “escándalo” es una divisa que cotiza alto. La presencia de Johnny Depp debido al papel que tiene en Jeanne Du Barry había despertado alguna que otra objeción por parte de la prensa internacional vinculada a las querellas entre el actor y su exesposa Amber Heard, que el propio director artístico de Cannes, Thierry Frémaux, desestimó sin vacilar apoyando la presencia del actor estadounidense.

Depp lleva años sin tener un papel decoroso, y verlo hablando en francés como Luis XV en la nueva película de Maïwenn apenas alcanza para recordar su ductilidad como intérprete. Puede ser una superproducción, puede estar rodeado por grandes estrellas del cine galo, pero la versión cenicienta de la vida de la cortesana decapitada después de la Revolución Francesa no es justamente una película feliz para el relanzamiento del actor.

Jeanne Du Barry debe ser la película más aniñada que haya abierto el festival en décadas, un cuento de hadas reaccionario en el que la indumentaria y el mobiliario pretenden reponer una época antigua signada por el esplendor monárquico mientras la trama y todos los vínculos que necesita para avanzar en la historia de amor entre el rey de Francia y una cortesana sintonizan más bien con la tradición de Disney. Que se prescinda del dibujo animado no garantiza conjurar la caricatura. La infantilización de la Historia es el gran déficit de Jeanne Du Barry.

La genuflexión simbólica de algunos medios acreditados no faltó. Se hizo saber de inmediato que al concluir la película de Maïwenn comenzó una ovación que duró siete minutos. En las circunstancias de cualquier función, con todo el equipo de una película y los directivos del festival, el aplauso cerrado y sostenido es casi un imperativo categórico, como en los ceremoniales en los que los súbditos saludaban a la realeza y sus representantes, costumbre obsequiosa cuya interpretación debería desechar de inmediato cualquier relación entre el aplauso y el auténtico fervor de un cinéfilo.

Almodóvar y el deseo de los hombres 

Nadie se movía de la entrada de la sala Debussy. Bajo la lluvia y con pocos paraguas abiertos, más de mil personas esperaban estoicamente con el propósito de poder ver el primer western escrito y dirigido por Pedro Almodóvar. Se llama Extraña forma de vida, lo protagonizan Ethan Hawke y Pedro Pascal. No dura más de 31 minutos. Debido a las expectativas que genera, parece poco. 

Extraña forma de vida

La trama es sencilla: dos viejos amantes se reencuentran después de 25 años. No se animaron en su momento a quererse y cuidarse, quizás ahora puedan tener una segunda oportunidad, aunque ninguno de los dos tiene en mente ese destino común. Hay otros temas pendientes. Uno de ellos, el que interpreta Hawke, es el sheriff del pueblo y su prioridad pasa por encontrar al asesino de una mujer. El otro hombre acaba de llegar al pueblo con un propósito, pero no es el que le confía a su viejo amor. Con eso basta para cumplir con un objetivo: filmar una película de cowboys en la que el deseo circule entre hombres. 

El conocimiento del género propiamente estadounidense no le es ajeno al cineasta de Dolor y gloria. El placer mayor de la película consiste en observar la apropiación de las marcas de ese género completamente codificado en el propio universo del cineasta. La introducción de los personajes y del mundo al que pertenecen remite al western clásico, pero suena un tema interpretado por Caetano Veloso que enrarece ligeramente la retórica infalible de una tradición. Lo que sucede con los colores en los interiores, el modo en el que elige mostrar a Hawke saliendo de una bañadera o el magnífico recurso del fuera del campo para dejar muy en claro que los amantes han tenido sexo y del bueno llevan la firma del cineasta español. En ese segmento, por ejemplo, el trabajo sobre las voces de los cowboys está concebido para transmitir erotismo, y mostrar un poco más la nalga de uno de los amantes en un plano general es suficiente.

Extraña forma de vida es una extraña forma de película (de Almodóvar). Parece una prueba, un teaser de autor, un capricho cumplido, como si la propia película fuera la preparación de la verdadera que llegará algún día. El inocuo obstáculo consiste en que la película real cobija una potencial que desacomoda la propia lógica lúdica que ampara al pequeño film de Almodóvar con sus reparos y descuidos en los detalles. El adjetivo calificativo utilizado recién carece de malicia y se ajusta a su espíritu y a su duración. 

*Publicado en otra versión por el diario La Voz del Interior en mayo 2023.

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