BERLINALE 2022: VISIONES DE CINE, VISIONES DE MUNDO

BERLINALE 2022: VISIONES DE CINE, VISIONES DE MUNDO

por - Festivales
14 Feb, 2022 09:29 | Sin comentarios
Dos películas antitéticas de la competencia oficial de Berlinale: Manto de gemas y Les passagers de la nuit.

La compresión de la duración del festival define la experiencia en estos días vertiginosos en Berlín. La decisión de que fueran menos días (y no menos películas) para la prensa internacional y por ende que la distribución del tiempo de las competencias oficiales fuera acotada a siete días no da respiro a nadie y permite rápidamente comprender la agenda de la programación. En Cannes, por ejemplo, a esta altura ya se hubieran visto muchas películas en donde se afirma alguna calamidad del mundo con la adecuada estética que hace de la violencia su principal patrimonio. En la Berlinale no se desconoce el malestar, pero hay un límite para las películas con discursos grandilocuentes que cosechan prestigio con golpes bajos maquillados de piruetas formales. En estos días ya se pudo constatar hasta dónde negocia el festival con la estética de la sordidez que tanto rédito le ha dado, por ejemplo, al cine latinoamericano.

En Manto de gemas, de Natalia López Gallardo, están todos los signos de ese cine consagrado en Cannes, pero tallados conscientemente y neutralizados por una honrosa estetización que opera como resguardo y reparo. La película es sin duda una glosa de los hits de la crueldad, pero es también un intento de superación formalista y sensible sobre todo lo que define al cine de autor mexicano. Están los secuestros, los narcos y también la acallada guerra de clases, pero en la resolución que depara en cada una de las tres historias el recato amparado en el fuera de campo o en la alusión se impone sobre el sensacionalismo del realismo de autor (excepto en el desenlace), cuya superstición simbólica de primer orden consiste en ser explícito en la violencia ante las injusticias del mundo.  Si López Gallardo elige tomar el camino menos transitado en el cine mexicano para la próxima película todo lo bueno que acá se constata resplandecería aún más.

En las antípodas del universo impiadoso de Manto de gemas transcurre una de las películas más hermosas del cine francés reciente: Les passagers de la nuit. La dirige Mikhaël Hers, la protagoniza Charlotte Gainsbourg y la acompañan Emmanuelle Béart y tres intérpretes jóvenes cuyos talentos iluminan los 111 minutos de duración. El relato comienza en mayo de 1981 con el triunfo de François Mitterrand. Es un momento feliz para el país, no tanto para Elisabeth y sus hijos, pues el esposo acaba de alquilar otro departamento para vivir con una nueva mujer. 

Este es el punto de partida. Para una mujer que estudió pero que jamás trabajó, empieza una etapa novedosa que coincide con la eventual transición de sus hijos a la vida adulta. Habitué de un programa nocturno de radio en el que los oyentes llaman para conservar acerca de sus penas y anhelos con el conductor como si este fuera un terapeuta, un buen día termina trabajando en él. A esta situación particular se suma la adopción simbólica de una chica de unos 18 años que no tiene hogar ni vínculos. 

Así descripta parece una película corriente, pero el optimismo ubicuo que la conduce no proviene de una toma de posición inauténtica, sino de una conciencia cabal sobre una vida afectiva virtuosa labrada en modos de construcción vincular que van a contramano no solamente de lo que sucede en el cine contemporáneo sino también de las formas vinculares de hoy, atravesadas por la resignación y el resentimiento. La inteligencia para retratar los procesos de comprensión y maduración de los personajes es magistral por la elipsis que dan cuenta de las transformaciones. Les passagers de la nuit es también un retrato amoroso de París y de la relación del cine con esa ciudad. La inclusión de un plano en el que se llega a ver a Jacques Rivette viajando en subte en la década del relato se justifica por el amor que transmite por la ciudad y la tradición cinematográfica que nació dos décadas antes. Es una anomalía en el 2022 encontrarse con una película en la que se dispensa amor por las personas. Mayor anomalía sería que se llevara un premio mayor.

* Publicado en La Voz del Interior en el mes de febrero 2022.

Roger Koza / Copyleft 2022