BALANCE (PRIMERA PARTE): EL 2012 EN PELÍCULAS ESTRENADAS

BALANCE (PRIMERA PARTE): EL 2012 EN PELÍCULAS ESTRENADAS

por - Top 10 anual, top ten anual
31 Dic, 2012 05:55 | comentarios

NUESTRO SIGLO 

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Figuras de guerra

Por Roger Koza

La gran noticia del año es estadística: se vendieron 46 millones de entradas. Los números son auspiciosos, y no sólo en la cantidad de espectadores: se estrenaron más de 300 películas ¿Una utopía? ¿El renacimiento de la cinefilia? El fracaso de Frankenweenie (una gran película en 3D) y otros episodios similares desdicen la contundencia festiva de los números. Un ciclo sobre Claire Denis y otro de clásicos del cine argentino (ambos en 35mm y 16mm) tuvo un promedio de 15 a 20 personas por función en una sala céntrica de Córdoba. La cinefilia no está del todo recuperada y los millones de entradas tal vez simplemente denoten el poder de los superhéroes, los vampiros teen, las ficciones apocalípticas y algún que otro filme de animación para niños. El 3D y el marketing poco tienen que ver con el amor al cine.

Sin embargo, a pequeña escala, sí hubo triunfos. En Córdoba, casi más de 1000 personas vieron Figuras de guerra, la extraordinaria película de Sylvain George, que dura tres horas. Ver la persecución alevosa por parte de la policía francesa contra los inmigrantes africanos y asiáticos y la vida cotidiana de estos nómades del malestar global no fue incompatible con el interés de un público diverso que prefirió un encuentro con lo real y no la sublimación fantástica y metafísica de Los vengadores, Batman: El caballero de la noche asciende y Prometeo, incluso de la notable Misión Imposible 4: Protocolo fantasma.

Como el cine, por definición, es un arte del presente, ciertas películas, más que otras, capturan nuestro tiempo y establecen un puente con el siglo pasado. De ese modo puede leerse el extraño anacronismo de la puesta en escena de El puerto, un filme que transcurre en nuestro presente y también gira en torno a la figura del inmigrante en el norte de Francia, pero que a su vez introduce a través del mobiliario y ciertos objetos un tiempo pretérito. La sugerencia de Kaurismäki es precisa: antes se denunciaba a los judíos, ahora la alcahuetería cívica reaccionaria se centra en la turba paradójicamente atomizada que viene de África. Eso no impide que una cineasta notable como Claire Denis insinúe en 35 rhums una práctica discreta de amabilidad entre inmigrantes y blancos en los suburbios de París.

Tierra de los padres, de Nicolás Prividera, fue el filme que sintonizó más que ninguno nuestro presente y nuestras discordias, a pesar de que supuestamente se trata de un filme sobre 200 años de historia argentina y transcurre en un cementerio aristocrático. Se trata de una genealogía de nuestro presente cuya lucidez permite pensar con cierta distancia las tensiones discursivas de la actualidad.

El cine nacional tuvo algunos títulos sobresalientes: de Los actos cotidianos, de Raúl Perrone, a El último Elvis, de Armando Bo, pasando por filmes sobre asuntos familiares tan diversos como Papirosen, de Gastón Solnicki, y Abrir puertas y ventanas, de Milagros Mumenthaler, o experimentos vanguardistas como Accidentes gloriosos, de Mauro Andrizzi, La casa, de Gustavo Fontán y en cierta medida, Cornelia frente al espejo, de Daniel Rosenberg, es ostensible la calidad y diversidad de la producción nacional, lo que no significa que el público elija verla. El único éxito “millonario” del cine argentino fue Dos más dos, una fantasía cómica de clase media acerca del agotamiento del deseo y su posible redención en la práctica swinger cuya supuesta insolencia erótica siempre viene matizada por un acompañamiento musical a todo volumen. El procedimiento es genial: una especie de condón sonoro para proteger la incomodidad de la audiencia frente a una transgresión de poca intensidad.

Pero este 2012 no sería el mismo en materia cinematográfica si dos filmes del gran David Cronenberg no se hubieran estrenado. El expresionismo heterodoxo y el clasicismo narrativo de Un método peligroso y el hiperrealismo gélido de Cosmópolis, el primero sobre Freud y Jung (y la invención del deseo moderno en el siglo XX) y el segundo sobre el capitalismo abstracto del siglo XXI, estuvieron entre lo mejor del año. Las películas de George, Kaurimäki, Prividera, Denis y Cronenberg hablan de nuestro siglo, son justo imágenes de un malestar reconocible en todos los rincones del mundo.

***

LOS DIEZ MEJORES ESTRENOS DEL AÑO

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Cosmopolis

1. Figuras de guerra, de Sylvain George, Francia, 2011

Sin el auxilio de un equipo de filmación, George es capaz de registrar con su cámara la vida cotidiana de los inmigrantes ilegales en Calais (Francia). El resultado es la reinvención del cine militante y del documental político.

(Leer dos críticas completas aquí y acá)

2. Cosmópolis, de David Cronenberg, Canadá-Francia-Portugal-Italia, 2012

La adaptación cinematográfica de la novela de Don DeLillo es literalmente un fresco del capitalismo abstracto a comienzos del siglo XXI y los efectos psíquicos sobre los sujetos privilegiados en ese orden económico.

(Leer dos críticas completas aquí y acá)

3. Un método peligroso, de David Cronenberg, Reino Unido-Canadá-Suiza-Alemania, 2011

Caligrafía cinematográfica de alto vuelo y precisión narrativa para contar la superación de la histeria y la invención del psicoanálisis a principios de un siglo sombrío.

(Leer crítica completa aquí)

4. El puerto, de Aki Kaurismäki, Finlandia-Francia, 2011

Un cuento de hadas materialista en el que los que menos tienen defienden a los inmigrantes ilegales mientras las fuerzas del orden acechan.

(Leer dos críticas completas: aquí y acá)

5. Tierra de los padres, de Nicolás Prividera, Argentina, 2011 

La película argentina más controversial y formalmente radical del año tiene detractores y defensores, pero es imposible ser indiferente a su lectura de la historia argentina.

(Leer dos críticas: aquí y acá)

6. El reino bajo la luna, de Wes Anderson, EE.UU., 2012

Una historia de amor en el nacimiento de la adolescencia es el motor de este retrato sobre excéntricos y desamparados, ciudadanos ilustres de la cosmología obsesiva de Anderson.

(Leer dos críticas: aquí y acá)

7. Fuera de Satán, de Bruno Dumont, Francia, 2011

El cineasta de la crueldad pero también el de los milagros, y sin duda el único de su generación capaz de interrogar la experiencia religiosa a partir de signos inmanentes como los elementos de la tierra y la materialidad de los cuerpos.

(Leer dos críticas: aquí y acá)

8. 35 rhums, de Claire Denis, Francia, 2009

Un film sobre operadores de trenes, taxistas y estudiantes en el que la solidaridad es una evidencia.

(Leer crítica completa aquí)

9. La invención de Hugo Cabret, de Martin Scorsese, EE.UU., 2011

Intento lúdico y lúcido, por parte de uno de los grandes realizadores contemporáneos, de establecer un puente amoroso y necesario entre la prehistoria del cine y su devenir en 3D. George Méliès es un texto y un pretexto perfectos para explicitar el amor de Scorsese por el cine.

(Leer crítica completa aquí y una segunda defensa aquí)

10. El mal del sueño, de Ulrich Köhler, Alemania, 2011

Gran película sobre los límites de nuestra racionalidad (blanca) y la ingenuidad de las ayudas económicas y sanitarias concebidas desde la omnipotencia y el cinismo del llamado Primer Mundo.

(Leer crítica completa aquí)

Roger Koza / Copyleft 2012