APUESTA MAESTRA / MOLLY’S GAME

APUESTA MAESTRA / MOLLY’S GAME

por - Críticas
26 Ene, 2018 02:56 | comentarios
Ni el gran Kevin Costner, ni la versátil Jessica Chastain consiguen disimular las deficiencias estructurales y estéticas que este extenso ejercicio audiovisual basado en un best-seller autobiográfico dispensa por más de dos horas.

**** Obra maestra  ***Hay que verla  **Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

ILUSTRANDO EL CAPITAL 

Apuesta maestra /Molly’s Game, EE.UU., 2017

Escrita y dirigida por Aaron Sorkin

* Tiene un rasgo redimible

Este remedo de un buen film de Scorsese intenta retratar la vida de Molly Bloom. 

En una escena alguien pregunta: “¿Otra palabra para definir ‘estoy cansada’? ‘Débil’”. He aquí el rudimentario corazón de este enmarañado aunque esquemático biopic sobre Molly Bloom, alguna vez eximia deportista, más tarde una “empresaria” del juego clandestino y también “escritora”. El guion es del señor Aaron Sorkin, presunto conocedor de personalidades ligadas al desmedido éxito económico, venerado por la supuesta perspicacia de los diálogos y también por la capacidad que detenta para delinear los meandros psicológicos de los capitalistas creativos de nuestro tiempo. Ahora, además, Sorkin dirige.

Después de ayudar a desentrañar las irrelevantes profundidades espirituales del creador de Facebook y Apple, prefirió ahora adentrarse en los pocos reveladores secretos de la intimidad de una mujer, en consonancia con el perfil elegido de sus retratos: la vulnerabilidad de los poderosos. Es indesmentible el don del guionista para describir solo estereotipos, como también la impericia sociológica para sugerir cómo se constituyen sujetos de esta índole.

El drama freudiano que articula este cuento de redención pasa por el reencuentro entre padre e hija, aunque este móvil narrativo es subterráneo. En verdad, a los 15 minutos de película ya hay tres películas en una: la historia de un padre con su hija, el relato de una deportista y la crónica ascendente y descendente de un capitalista. En cierto momento, el FBI detiene a la protagonista, a quien se la acusa de tener vínculos con la mafia rusa. De ahí en más, el film transcurre en gran parte en el despacho del escéptico abogado que la defiende, entre flashbacks que van reconstruyendo la historia de la acusada hasta alcanzar la resolución del caso.

Apuesta maestra debe estar entre las 10 películas con más voz en off de la historia y también entre aquellas que abren todas sus escenas de “acción” con planos semicirculares; es una fiesta del verbo y del paneo, o una ampulosa combinación de excesos que simulan inteligencia y estilo. La categórica insignificancia se conjura con ruido y movimiento de cámara. Es que el dilema del renombrado guionista es “¿cómo puedo filmar lo que escribo?”; el problema es que filmar no es ilustrar, y saber narrar tampoco consiste en unir situaciones por la palabra. El raccord es aquí puro copy and paste: una escena sigue después de otra por mero arbitrio o elementales asociaciones temáticas.

Este es un film propio de nuestra época. El celebrado apogeo de las series es también la supremacía y la vindicación de la escritura sobre el registro. El estímulo verbal permanente de la voz de la hermosa Jessica Chastain es la encarnación de la palabra escrita. Lo que sucede visualmente podría haber sido escenificado por un algoritmo. Ni qué decir sonoramente: todo se resuelve llenando los silencios con monólogos y fondos musicales tan impersonales como la propia película.

* Esta crítica fue publicada por el diario La Voz del Interior en el mes de enero 2018. 

Roger Koza / Copyleft 2018