APRENDIENDO A VOLAR: KAUWBOY / KAUWBOY

APRENDIENDO A VOLAR: KAUWBOY / KAUWBOY

por - Críticas
17 Oct, 2014 04:58 | comentarios

**** Obra maestra  ***Hay que verla  **Válida de ver  * Tiene un rasgo redimible ° Sin valor

Por Roger Koza

SUSTITUCIONES AFECTIVAS

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Aprendiendo a volar: Kauwboy / Kauwboy, Holanda, 2012

Dirigida por Boudewijn Koole . Escrita por B. Koole Y Jolein Laarman 

** Válida de ver

Buen debut en la ficción de Koole, una película insólitamente calificada como no apta para menores de 13 años, como si una muerte y un beso fugaz (entre un niño y una niña de 10 años) fueran filosofía y pornografía inaceptables para los niños. 

Es lamentable que la retórica del mercado nos haya convencido de que existen películas para niños y de que éstas siempre deben ser de animación, como si un niño de 9 años no pudiera procesar imágenes que se refieran directamente al mundo y no tanto a una recreación imaginaria de él.

Aprendiendo a volar: Kauwboy no se publicita como un filme para niños, pero cualquier niño entre 8 y 11 años podría sentir una inmediata empatía con su protagonista, un niño de esa edad que, a diferencia de la mayoría de sus pares, tiene que lidiar con la ausencia irreversible de su madre. Quizás la muerte de una madre puede parecer un tema excesivo para una película (para niños; aunque este filme no pertenece al linaje de Ponette, película cruel sobre ese tópico, que definitivamente no era para niños), pero es bueno recordar que en la tradición de Disney la muerte articula la mayoría de los dramas infantiles animados. ¿Hace falta enumerar?

No obstante, Aprendiendo a volar: Kauwboy trabaja más sobre cómo un niño se las ingenia para atravesar su duelo. Y es así que Jojo encontrará cierto reparo en un animal salvaje. Camino a casa dará con un cuervo recién nacido, tan desprotegido y desamparado como él. Cuidarlo contribuirá a aliviar la ausencia de su madre, a quien Jojo suele llamar por teléfono para simular una conversación, operación imaginaria que suele tener lugar en compañía de su peculiar mascota. La sustitución afectiva, diría un psicoanalista, es del orden del fetiche. La presencia del ave retiene la confrontación con la ausencia, acaso un reemplazo investido de afecto que conjura por un tiempo el dolor. Naturalmente, Jojo tiene a su padre, un guardia de seguridad, quien ama a su hijo pero no siempre cuenta con las herramientas simbólicas para acompañarlo.

El meticuloso registro del director holandés Boudewijn Koole, que intenta respetar el punto de vista del niño tanto en la percepción como en la sensibilidad, a veces se contrapone a ciertas decisiones de guión que parecen pertenecer a otra película, pues la crueldad poco tiene que ver con el espíritu general del filme. La ternura es aquí la regla y la excepción no parece tener justificación.

Aprendiendo a volar: Kauwboy no está a la altura de las grandes películas (para niños), como ¿Dónde está la casa de mi amigo?, de Abbas Kiarostami, o El espíritu de la colmena, de Víctor Erice, pero es suficiente para recordarnos que los niños son seres sensibles e inteligentes y que, para entretenerse en el cine, no siempre necesitan un oso panda bailarín y un cachorro de león adoctrinado en filosofías sospechosas como la del “círculo de la vida”.

Esta crítica fue publicada en otra versión en el diario La voz del interior durante el mes de octubre 2014

Roger Koza / Copyleft 2014