PRIMERA MUESTRA DE CINE INDEPENDIENTE EN VILLA GIARDINO

PRIMERA MUESTRA DE CINE INDEPENDIENTE EN VILLA GIARDINO

por - Muestra
10 Ene, 2008 06:08 | comentarios

DEL 13 AL 28 DE ENERO

TODOS LOS DOMINGOS Y LUNES EN LA SALA ALEJANDRO GIARDINO

Sostener una muestra de estas características no es una tarea fácil. Hay que buscar películas, verlas, pensarlas, escribir sobre ellas, incluso, en muchos casos subtitularlas previo a realizar una traducción e intentar luego hallar cierta coherencia respecto del conjunto de películas elegidas que permita explicitar una noción de cine, un concepto de él, al menos para distinguir la imagen cinematográfica de la imposición del audiovisual.

Entiendo por imágenes un tipo de registro que nos devuelve algo del mundo, algo que precisamente no se pueda ver de otro modo y al que el cine muchas veces puede darle visibilidad. Dicho de otro modo: una imagen ofrece alteridad, aquello que no es igual a uno, una dimensión de la vida, una evidencia que el mundo es múltiple y habla de muchas maneras. El cine es ese viaje sin movilidad por modos de vidas, concepciones cosmológicas, nociones de justicia, amor, insurrección, invención que de pronto se materializan en una película. Lo audiovisual, en este sentido, es exactamente lo opuesto: un estimulo óptico, algo que simula ser una imagen pero no devuelve absolutamente nada del mundo, excepto una voluntad de transformar todo registro de lo real en mercancía. Que el cine es un vehículo ideológico no es un descubrimiento.

Nuestra primera  muestra intenta alcanzar al espectador esas imágenes robadas, que no llegan nunca por vías normales a nuestro cine y tampoco a los videoclubes. Hay películas para todos los gustos, pero todas, sin excepción, pueden expandir el gusto. Una muestra, un festival de cine amateur, si se quiere, debe impugnar la norma del gusto, pues el gusto suele ser producto del control de un mercado que selecciona lo que podemos ver y lo que no.

En definitiva: hay cine, mucho cine, películas destinadas, como decía el cineasta cubano Gutiérrez Alea a un espectador activo, alguien que sabe que con sus ojos asume un proceso de comprensión crítica de la realidad.

Bienvenidos.

Roger Alan Koza, programador.

PRIMERA SEMANA

DOMINGO 13

20.30hs: Película de apertura

 

Cine, aspirinas y urubúes, de Marcelo Gomes, Brasil, 2005.

99 minutos / No recomendada para menores de 16 años.

Antes de la película principal y después de la breve ceremonia de apertura se proyectará el cortometraje Las 400 chupadas, de Walter Salles, Brasil, 2007.

Esta bellísima e intimista meditación indirecta sobre la violencia y su expresión bélica se hilvana a partir de una trama mínima: durante la segunda guerra mundial un alemán vive en el sertao brasilero pasando cine ambulante, método de seducción para vender sus revolucionarias aspirinas. El alemán cimenta una amistad con un campesino. Y cuando Brasil rompe las relaciones diplomáticas con Alemania, el extranjero deviene en un enemigo potencial y tendrá entonces que huir o esconderse. Desprovista de cualquier ornamento folclórico, Gomes explora un contexto rural que, a pesar de la distancia en el tiempo, poco debe haber cambiado y su interés parece ser advertirlo. Pero la gloria de Cine, aspirinas y urubúes consiste en su delicadeza y austera puesta en escena, capaz de transmitir emociones reconocibles sin la manipulación característica del cine contemporáneo y eludiendo todo tipo de subrayado que indique una interpretación determinada. La sugerencia es la regla. La sutileza, una norma. Y la magia, si se quiere, la del cine, una alusión, acaso un milagro, como lo experimentan algunos campesinos en plena noche mirando absortos la ciudad de San Pablo proyectada en una pantalla. (Roger Koza, programador)

22.30hs:

 

Buscando la comedia en el mundo musulmán, de Albert Brooks, EE.UU., 2006

98 minutos / Apta para todo público

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Dirección equivocada, de Elia Suleiman, Palestina, 2007.

Por primera vez desde su brillante debut con Real life (1979), Albert Brooks interpreta un personaje mitad ficción y mitad verdad llamado Albert Brooks, en esta ocasión un tipo que lidera una misión de Estado mal concebida sobre qué provoca risa en la gente de India y Pakistán. Cuestionándose y burlándose de sí mismo, Brooks combina sus cavilaciones sobre su menguante carrera como cómico con inquietudes respecto de la falta de inteligencia a la hora de interactuar con países del Tercer Mundo. Rodada casi en su totalidad en Nueva Delhi, esta comedia provocativa no podría ser más contemporánea. Como siempre, su proclividad al realismo implica planos extensos y distantes, a veces desafiantes para la interpretación del espectador respecto de Brooks como figura de identificación o como un tonto, aunque aquí su detestable personalidad está amansada, haciendo todo un poco más confuso. (Jonathan Rosenbaum, Chicago Reader)

LUNES 14

20.30hs:

 

Una buena mujer, de Mike Barker, Reino Unido, 2004.

93 minutos / No recomendada para menores de 13 años.

Antes de la película principal se proyectarán los cortometrajes Cine erótico, de Roman Polanski, Polonia-Francia, 2007

Esta perspicaz adaptación de una obra no tan conocida de Oscar Wilde, Lady Windermere, cuya trama original transcurre en Londres en 1892 está situada en Amalfi, Italia, y en 1930 en esta versión cinematográfica. Es un tratado exquisito sobre la hipocresía en general aplicada a una clase particular, mientras se escucha los ecos de la depresión económica mundial. En efecto, retrata una clase social pudiente e hipócrita que pretende un estándar de moral, cuyo discurso inmaculado oculta y maquilla una práctica indecorosa, falsa y decadente. Se trata de cuidar las apariencias mientras el chisme sobre lo ajeno colma y anestesia la banalidad propia. Es este el universo social que habrá de visitar Stella, la buena mujer, en apariencia una inescrupulosa cuarentona que elige andar con ricos y que decide probar suerte en Europa para eludir deudas y una reputación dudosa. Pero no todo es lo que parece: la dirección de Barker acentúa la perplejidad, quien además a través de una puesta de escena inteligente va sugiriendo la incompatibilidad entre el paisaje y esta cultura de la abundancia. En otro lugar Wilde dijo: «La única diferencia entre santos y pecadores es que cada santo tiene un pasado y que cada pecador posee un futuro». Epígrafe perfecto para la película y su desenlace, que no debería, por otro lado, ser pensado como una objeción al conjunto de la trama. (RK)

22.30hs:

 

Día noche, día noche, de Julia Lotkev, EE.UU., 2006.

91 minutos / No recomendada para menores de 13 años.

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Anna, de Alejandro González Iñárritu, México, 2007 y Artaud: Doble entrada, de Atom Egoyan, Canadá, 2007.

Día noche, día noche, la inquietante opera prima de Julia Loktev sobre una adolescente que decide inmolarse en Times Square a plena luz del día, elude el lugar común y humaniza la figura del terrorista sin por ello justificarlo. El film de Loktev es prácticamente mudo, aunque materializa la determinación y el dolor de quien decide matarse en nombre de una causa política, jamás develada en la película y cuidadosamente desmarcada del Islam (excepto por una escena menor), aunque sí vinculada al fundamentalismo religioso. Y si en apariencia los últimos 40 minutos de película giran en torno a una posible explosión, Día noche, día noche, paradójicamente, se convierte en una exploración vital y colorida de los actos cotidianos y la vida cosmopolita de una ciudad, así como también se descubre una solidaridad disponible y sorprendente entre quienes conviven en la Gran Manzana. Estéticamente prodigiosa, los primeros planos se combinan con una concepción del sonido específica, y en esa amalgama Lotkev dota a algunas de sus escenas de un suspenso casi existencialista. La música de la película es la ciudad, el multilingüismo y el pulso sonoro de la calle. Las manos y los rostros son los protagonistas. Cada detalle es un mundo. También hay una elección sobre los tonos, decisión que acompaña los estados de ánimo de la protagonista. Así, el sabor y color de una manzana, por ejemplo, puede convertirse, para quien mira, en una experiencia transcendental. Día noche, día noche deja constancia de que New York sigue siendo vulnerable. ¿Quién puede imaginar a una niña de 15 años a punto de dinamitarse?  (RK)

SEGUNDA SEMANA

DOMINGO 20

20.30hs:

 

La rueda del tiempo, de Werner Herzog, Alemania, 2003.

80 minutos / Apta para todo público

Antes de la película principal se proyectará el mediometraje Hércules, de Werner Herzog, Alemania, 1962.

Este documental sorprendente sobre una fiesta y rito de iniciación budista, el Kalachakra, no parece ser un tópico ortodoxo para el heterodoxo Werner Herzog. Pero una mirada atenta podrá constatar que el realizador de Aguirre, la ira de Dios, ha estado siempre interesado en los fenómenos extremos, siendo la religión experimentada como un paso más allá de la existencia ordinaria una variante del catálogo de sus intereses. Aquí se puede ver desde devotos que se postran por miles de kilómetros hasta llegar a Bodh-Gaya, India, el lugar en donde el Buda histórico se iluminó sentado bajo un árbol, hasta el Dalai Lama explicando algunos conceptos característicos del Budismo, aunque son las imágenes de Herzog las que ilustran con mayor precisión esta pasión colectiva por una religión en cuyo centro domina el vacío y la única certeza es la impermanencia de todo. (RK)

22.10hs:

 

Ebrio de mujeres y pintura, Corea del Sur, 2002

117 minutos / No recomendada para menores de 13 años.

Antes de la película principal se proyectará Una vida afortunada, de Alexander Sokurov, Rusia, 1996.

El veterano realizador Im Kwon-taek ganó por esta película el premio a la mejor dirección en el festival de Cannes del 2002, y no es difícil entender por qué. Este biopic sobre la vida del artista plástico Jang Seung Up posee la suficiente maestría para apropiarse de una técnica excelsa de pintura y traducirla en imágenes, sin abandonar el contexto social y político en el que éste vivió: la Corea del siglo XIX, disputada por chinos y japoneses, gobernada por facciones conservadoras vernáculas. Jang fue un iconoclasta, cuya debilidad por las mujeres y el alcohol, y su total irreverencia respecto de las autoridades políticas y artísticas, además de sus orígenes humildes, le valió una reputación paradójica no exenta de admiradores y detractores. Misteriosamente, este lejano «pariente» de Jackson Pollock desapareció a los 54 años, aunque su obra permanece como un hito de la pintura oriental. En esta película la belleza gobierna; cada fotograma recuerda el sentido del arte popular: regalar consuelo a quienes no tienen tiempo para producir hermosura. (RK)

LUNES 21

20.30hs:

 

Apuntes de Frank Gehry, de Sydney Pollack, EE.UU., 2006.

83 minutos / Apta para todo público

Antes de la película principal se proyectará Contraplano, de Eduardo Chapero Jackson, España, 2005.

Este documental de Sydney Pollack sobre el arquitecto Frank Gehry, poco tiene que ver con el cine de ficción del realizador. Casi nada emparenta Africa mía y La intérprete con estos Apuntes de Frank Gehry, excepto una necesidad por parte de Pollack de saberse parte de un sistema sin querer dejar por ello el deseo de ser personal. Situación de la que no es ajena Gehry, este heterodoxo e intuitivo arquitecto, más cerca de Le Corbusier y Lloyd Wright que de Gaudi, que también suele trabajar por pedido o condicionado por el deseo de un cliente. La amistad del cineasta y el arquitecto se pone de manifiesto en el transcurso de la película, cuyo objetivo es no sólo entender la gramática esencial de la creatividad, sino también concebir el espacio mismo como una superficie potencialmente artística. Algunas construcciones son admirables, aunque en algunas ocasiones, por ejemplo en el caso del museo Guggenheim de Bilbao, es ostensible la discontinuidad radical del edificio con la tradición arquitectónica de esa ciudad, a pesar de la positiva afluencia de turismo concomitante a la construcción del museo. De lo que se predica una meditación sobre cómo se construye en donde se habita. (RK)

22.30hs:

 

Kundun, de Martin Scorcese, EE.UU., 1998.

137 minutos / Apta para todo público.

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Noche de película (3′), de Zhang Yimou, China, 2007.

Las dos grandes películas religiosas de Scorsese jamás se estrenaron en Argentina. La última tentación de Cristo, una verdadera película sobre la experiencia de la fe, llegó al cable en carácter de estreno, pero las aduanas de la verdad detuvieron la transmisión (aunque años más tarde, ya sin escándalo, se distribuyó en videos y ocasionalmente se pasó en canales privados). La otra es Kundun, una suerte hagiografía del Dalai Lama, en donde todas las virtudes (y también defectos) del realizador de Taxi Driver están presentes como nunca, siendo una película fascinante y problemática. Fascinante porque la cultura tibetana es materializada visualmente por Scorsese bajo un esplendor formal pocas veces visto en el cine. Los movimientos de cámara son coreografías; algunas secuencias son inolvidables, por ejemplo, un plano secuencia que nace en un primerísimo plano para finalizar en un plano general cenital sorprendente, momento en el que muchos monjes tibetanos han perdido la vida. Kundun es prodigiosa por donde se la mire. Como en todo el cine de Scorsese el problema radica en su propensión a reducir la historia y la política a una contienda entre buenos y malos; aquí condensado en un encuentro entre Mao y el Dalai Lama, cuya representación está a un paso del ridículo. Sostener que los tibetanos son los buenos y los chinos los malvados no sólo es un reduccionismo, sino un prejuicio propio de una ideología ramplona. Pero eso no impide que Scorsese sí dé una visión precisa y exquisita del Budismo Tibetano, y de la vida de su actual líder,  y el modo elegido para hacerlo es casi una epifanía. (RK)

TERCERA SEMANA:

DOMINGO 27

 20.30hs:

 

Los niños del barrio rojo, de Zana Briski y Ross Kauffman, EE.UU., 2004.

83 minutos / No recomendada para menores de 13 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Es un sueño (3′), de Tsai Ming Liang, Taiwán, 2007.

La fotógrafa Zana Briski viajó a Calcuta en 1997 para fotografiar el distrito rojo y se hizo amiga de varios niños hijos de prostitutas; en su viaje posterior les facilitó cámaras para fotografiar y les enseñó lo esencial de la fotografía. Como se documenta en esta película del 2004 de Briski y Ross Kauffman, los chicos no retrataron la servidumbre sexual, sino como suele ocurrir con el arte realizado por niños, sus fotos irradiaban frescura y a veces una gran vitalidad. Así, la historia en sí se convirtió en una experiencia viviente, sobre todo cuando Briski organiza una muestra de las fotos en Nueva York y en Calcuta, embarcándose además en una fuerte campaña para que estos niños accedan a colegios decentes y no tengan que ser absorbidos por un rumbo fatal. Pero el verdadero drama pasa por ver cómo la educación artística de los niños agudiza la percepción de la identidad, cambia el modo en cómo observan el mundo, y genera cierto orden sobre la dolorosa vida en sus hogares. (J.R.Jones, Chicago Reader)

22.30hs:

 

Me voy a casa, de Manoel de Oliveira, Portugal, 2001.

90 minutos / No recomendada para menores de 13 años

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Encuentro exclusivo (3′), de Manoel de Oliveira, Portugal-Francia, 2007.

Esta película del maestro portugués Manoel de Oliveira -la cuarta desde que cumplió 90 años-, fue realizada en 2001 y está ambientada en París (que pocas veces hemos visto tan bella o ha sido evocada con tanto afecto). La trama se centra en un famoso actor francés de unos setenta años (Michel Piccoli en su mejor momento) que está aprendiendo a enfrentar la soledad luego de que un accidente automovilístico cobrara las vidas de su esposa, hija y yerno. La película muestra al protagonista trabajando junto a la coprotagonista, Catherine Deneuve, en la representación teatral de la obra de Ionesco El Rey se muere, luego en el papel de Próspero en una producción francesa de La tempestad y, más tarde, tratando de hablar en inglés en una adaptación del Ulises de James Joyce, dirigida por John Malkovich. Pero Oliveira es igualmente atento como respetuoso cuando su héroe disfruta de rituales cotidianos tales como jugar con su nieto o leer el diario con su café expreso. Por tratarse de un film sobre el dolor que supone la pérdida de un ser querido, es una película sorprendentemente liviana. Si bien esta simplicidad es engañosa, puede ser la obra más accesible de Oliveira que hayamos visto hasta la fecha, una obra maestra de uno de los mejores cineastas del mundo. (JR)

LUNES 28 

20.30hs:

 

Historia de cocina, de Bent Hamer, Noruega, Suecia, 2003.

95 minutos / Apta para todo público

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Diario de un espectador, de Nanni Moretti, Italia, 2007.

El director de Factótum, una interpretación libre y ajustada sobre algunos textos de Bukowski, hizo esta comedia no exenta de secuencias conmovedoras, en la que se puede divisar una crítica difusa aunque efectiva al método de investigación de las ciencias sociales: no hay objetividad, es naturalmente imposible. Increíble pero real, en la década del ‘50 el gobierno de Suecia llevo adelante un estudio sobre el comportamiento de la conducta de los hombres solteros. El lugar elegido de observación fue la cocina. Así Historias de cocina muestra el caso a través de dos hombres, el morador y el investigador, quienes tras un tiempo de convivir bajo la distancia y rigor mediante que se predican de este programa científico, van desarrollando un interés común el uno por el otro. Hamer reconstruye fielmente la época, y cuestiona la metodología (un hombre instalado en la cocina observando la conducta de otro sin interacción alguna) para sugerir, entre otras cosas, no sólo la limitación de este tipo de aproximación a un objeto de estudio específico, sino que concibe un modelo de amistad entre los hombres que elude tanto el machismo como el erotismo. (RK)

22.30hs:

 

Diez canoas, de Rolf de Heer, Australia, 2006.

92 minutos / No recomendada para menores de 13 años.

Antes de la película principal se proyectará el cortometraje Ejemplo de Airón, de Lluis Galter, España 2007.

Una de las películas más fascinantes de los últimos años y sin duda un ejercicio hermenéutico excepcional en donde un director «Balanda» (el hombre blanco) intenta aproximarse sin la imposición de su cosmovisión a una cultura ancestral para realizar un film comunitario. Como advierte el gran actor aborigen, David Gupilil, el cuentista en off de este mítico e inteligente relato, previo a ironizar respecto de la celebrada inscripción narrativa de la trilogía de La guerra de las galaxias, «es una gran historia, aunque no es la de ustedes». Y en efecto, el universo de los Yolngu, sus prácticas, sus costumbres, sus creencias, constituyen un contexto formidable para ser abordado en el cine, y aunque se trate de un verdadero Otro cultural no deja de confrontar con aquellos rasgos más universales de los hombres. Que este gran cuento esté centrado en el deseo amoroso de un joven por una de las tres mujeres de su hermano mayor es una excusa. La anécdota es la introducción a todo un mundo. Si hay un tema ubicuo en el film es del misterio de la vida y la muerte, pues del relato cosmogónico inicial, Diez canoas concluye con una ceremonia sepulcral, más parecida a un trance visual que a una escena lúgubre, en el que se explicita una tesis metafísica: la unión entre los individuos y un magma existencial, el charco inicial como se llama aquí, destino de todo ser viviente particular una vez concluida su vida. Los planos generales ofrecen una composición de lugar. La dialéctica entre los planos fijos y en blanco y negro respecto de los planos secuencias móviles y un vivaz color, sirven para dinamizar y separar dos relatos yuxtapuestos, aunque en un tiempo muy lejano, incluso mítico.  Es un viaje a la Era del sueño, pero también un ejemplo excelso de narración, uno que bien puede definir una de las características singulares de nuestra especie: su voluntad de narrar. (RK).